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07 de julio de 2024

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán

El primer ministro húngaro, Viktor OrbánAFP

Hungría asume la presidencia europea: ¿puede cambiar Orbán el rumbo de la UE?

Las competencias son muy limitadas, pero ya hay políticos que estudian fórmulas para arrebatarle el mandato si bloqueara el sistema

Hungría asume desde este lunes 1 de julio la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Cierra así el ciclo del trílogo que formó con España y Bélgica y lo hace siendo el foco de todas las miradas, ya que unos esperan que cambia el rumbo de la Unión y otros que el semestre de su mandato pase lo más rápido posible.

Bajo el lema «Hacer grande Europa otra vez», Hungría regirá las reuniones del Consejo de la Unión durante los próximos seis meses. Con un guiño hacia el eslogan que utilizó Trump para llegar a la Casa Blanca, Orbán ha conseguido que por primera vez una presidencia rotatoria sea conocida por su lema, ya que nadie recuerda cuál fue el que utilizó España (Europa, más cerca), ni tampoco el de Bélgica (Proteger, Fortalecer, Preparar), que el domingo terminó su mandato.

Hungría ostentará la presidencia hasta finales de 2024 y asume el cargo en un momento clave en el que se inicia una legislatura en la que Europa se quiere centrar en la ampliación de la Unión, la defensa y la competitividad. Orbán será muy observado en este sentido, ya que tiene fama de bloquear las decisiones en el Consejo y ahora estas dependen de él.

El Gobierno húngaro es consciente de ello, pero le quita hierro al asunto. En Europa, cada Estado lucha por sus intereses pero cuando les toca jugar el papel de la presidencia se supone que deben dejar de lado sus prioridades en favor de las del conjunto de la Unión. Por eso el ministro de Exteriores, János Bóka, asegura que serán un «intermediario honesto», aunque en ningún lado esté escrito cuáles son esas prioridades europeas.

En la misma línea se muestra el embajador húngaro ante la UE, Bálint Ódor, que escapa de protagonismos y asegura que será «una presidencia como otra cualquiera». «Intentaremos cooperar sinceramente con los países e instituciones de la Unión», indicó en la presentación de las prioridades de la presidencia.

Aún así hay quien no confía y algunos políticos europeos hablan de estudiar las medidas que se podrían tomar en el caso de que Budapest entorpeciera el sistema de la UE. Querrían, si fuera necesario, retirarle la presidencia, aunque sería un caso muy extraño ya que la el puesto otorga un poder limitado, ya que se pueden seguir poniendo temas sobre la mesa aunque a la presidencia no le guste.

Siete prioridades

Con la imagen de un cubo de Rubik, que representará la presidencia, Hungría estableció siete prioridades por las que peleará durante su mandato: mejorar la competitividad, la defensa común y la defensa de las fronteras exteriores, además de avanzar en la ampliación y promover políticas de cohesión, agricultura y abordar los problemas demográficos.

Se batallará contra la inmigración ilegal y Hungría espera que se pueda avanzar en la eliminación de controles fronterizos terrestres de Schengen para Bulgaria y Rumanía. El Gobierno quiere, además, promover debates sobre la educación superior, el patrimonio cultural y la protección de la familia. Y dejará de lado otros como la integración de Ucrania en la Unión, algo sobre lo que trató de avanzar la presidencia belga pero que necesita el apoyo unánime de los 27 para comenzar las negociaciones. Hungría no lo ve con buenos ojos y lo ralentizará lo máximo que pueda.

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