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Marine Le Pen en un acto tras las elecciones

Marine Le Pen en un acto tras las eleccionesAFP

Le Pen insta a sus votantes a buscar la mayoría absoluta para que Bardella sea primer ministro

Le Pen alertó a los electores de no dejarse «amedrentar ni asustar» por aquellos que quieren perpetuar el actual sistema político

Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional (RN), que ha obtenido una destacada victoria en la primera vuelta de las elecciones francesas, hizo una llamada a lograr «una mayoría absoluta» en el segundo turno del 7 de julio. Esta mayoría permitiría al presidente francés, Emmanuel Macron, no tener otra opción que nombrar a Jordan Bardella, el líder del RN, como primer ministro.

Le Pen, quien fue reelegida diputada en su circunscripción del norte de Francia en el primer turno gracias a su amplia mayoría, declaró: «No hay nada más normal que la alternancia política. Para ello necesitamos una mayoría absoluta». Subrayó la importancia del segundo turno, describiéndolo como determinante para evitar que el país caiga en manos de la Nupes, la coalición de izquierdas ahora conocida como Frente Popular, la cual calificó de extrema izquierda con tendencias violentas.

Según Le Pen, una mayoría absoluta de Bardella contribuiría al «restablecimiento de la unidad y de la concordia nacional». En su discurso, Le Pen alertó a los electores de no dejarse «amedrentar ni asustar» por aquellos que quieren perpetuar el actual sistema político que, en su opinión, no ha funcionado. «Los derechos (de las personas) están garantizados y, en cuanto sea posible, otros derechos nuevos se crearán», afirmó.

El resultado de la primera vuelta ha generado un ambiente de alta tensión y expectativas en el panorama político francés. La Agrupación Nacional ha capitalizado el descontento de una parte significativa de la población, logrando un apoyo considerable. Este contexto ha llevado a que Le Pen y su partido se enfoquen en movilizar a sus bases y atraer a votantes indecisos para asegurar la mayoría absoluta que buscan.

La campaña de Le Pen se ha centrado en promesas de seguridad, identidad nacional y una postura firme contra la inmigración, temas que han resonado con muchos votantes preocupados por la dirección del país. En contraste, Macron ha llamado a una «unión amplia claramente democrática y republicana» para contrarrestar el avance de la derecha y evitar que esta logre la mayoría absoluta en la segunda vuelta.

Jordan Bardella, candidato a primer ministro por Agrupación Nacional (RN), reforzó este mensaje al declarar que su victoria en la primera vuelta es «inapelable» y pidió a los electores que sigan movilizados para la segunda vuelta del 7 de julio. En una breve alocución sin derecho a preguntas, Bardella, subido a un estrado con la bandera francesa, pero sin la europea, apuntó a la izquierda como el enemigo a batir en la segunda vuelta y prometió que si es designado primer ministro, cohabitará de «manera respetuosa» con el presidente, Emmanuel Macron, aunque siendo «intransigente» en los principios políticos de su partido, el RN.

«Respetaré la Constitución y la función del presidente de la República, pero seré intransigente acerca de la política que pongamos en marcha al servicio de Francia y los franceses», afirmó, al tiempo que deseó que la segunda vuelta pueda celebrarse en «un clima de tranquilidad» haciendo un guiño al electorado femenino al decir «francesas y franceses» en su llamamiento.

«Pido que se nos unan y pueda ganar la unión nacional contra los que buscan oprimir nuestros valores (...) Mi idea es ser el primer ministro del día a día, recuperando nuestra política migratoria», recalcó. Para el próximo día 7 de julio «la elección está clara», prosiguió Bardella, y será entre la «alianza de lo peor, que conducirá a la ruina, o la unión nacional que restablecerá la seguridad y defenderá el trabajo».

El próximo 7 de julio será una fecha crucial para Francia, ya que determinará la composición final de la Asamblea Nacional y, por ende, el rumbo político del país. Las tensiones y el discurso polarizado reflejan un electorado profundamente dividido, con un futuro incierto en el horizonte. Mientras tanto, los líderes de todas las facciones políticas intensifican sus esfuerzos para movilizar a sus seguidores y asegurar el apoyo necesario para sus respectivas agendas.

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