Milei en un acto reciente en Praga
Milei rechaza «la falsa denuncia del golpe de Estado» por parte del Gobierno boliviano
El comunicado agrega que «el relato difundido era poco creíble y los argumentos no coincidían con el contexto sociopolítico de Bolivia»
El presidente argentino, Javier Milei, condenó este domingo la «falsa denuncia de golpe de Estado» emitida por el Gobierno de Bolivia el pasado 26 de junio, la cual, según él, fue «confirmada como fraudulenta» recientemente.
«Gracias a los informes de inteligencia, el Gobierno argentino mantuvo la calma y serenidad ante los hechos denunciados», dice el comunicado oficial de la Presidencia argentina, publicado en la red social X.
El comunicado agrega que «el relato difundido era poco creíble y los argumentos no coincidían con el contexto sociopolítico de Bolivia», señalando que «el partido gobernante controla el Poder Legislativo, el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo y las Fuerzas Armadas», en referencia al Movimiento al Socialismo (MAS).
Milei comentó que «hace tiempo que la democracia boliviana está en peligro, no por un golpe militar, sino porque históricamente los Gobiernos socialistas derivan en dictaduras. Sobran ejemplos: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte», añade el comunicado.
La Presidencia argentina sostiene que «Bolivia tiene más de doscientos presos políticos, incluyendo a la expresidenta interina Jeanine Áñez y el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho».
«Argentina espera que prevalezca la democracia que ha sido atacada en Bolivia e insta a las fuerzas políticas de ese país a garantizar el Estado de Derecho», concluye la nota.
El 26 de junio, Bolivia fue sacudida por un intento de golpe de Estado liderado por altos mandos militares disidentes que buscaban derrocar al presidente Luis Arce. Los conspiradores intentaron tomar el control de varias instalaciones clave en La Paz, incluida la sede del Gobierno y medios de comunicación.
Tras el fallido golpe, surgieron sospechas entre algunos sectores de la oposición y analistas políticos de que el evento podría haber sido un montaje del presidente Arce para consolidar su poder y desviar la atención de problemas internos como la crisis económica y las acusaciones de corrupción.
Sin embargo, el Gobierno boliviano ha negado estas acusaciones, afirmando que el golpe fue real y que actuaron para proteger la democracia y el orden constitucional del país.
