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08 de julio de 2024

Ramón Pérez-Maura
La campaña británicaRamón Pérez-MauraEnviado especial a Londres

El porqué del éxito de Farage

Reform UK tiene una política de familia y dice que las uniones homosexuales han de ser acuerdos legales entre individuos. Gustará o no. Pero Farage y los suyos tienen una posición clara

Actualizada 04:30

Maidestone (United Kingdom), 24/06/2024.- Reform UK leader Nigel Farage takes a selfie with a Reform UK supporter after speaking at an election campaign event in Maidstone, Kent, Britain, 24 June 2024. Britain will hold a general election 04 July. (Reino Unido) EFE/EPA/ANDY RAIN

Nigel Farage durante uno de sus polémicos mítinesEFE

Hay un factor que va a ser determinante en la aparente victoria arrolladora del Partido Laborista en las elecciones de mañana jueves: la división en el voto de la derecha. En un sistema proporcional, como el español, esta división tendría una importancia seria. En un sistema mayoritario a dos vueltas como el francés, tiene algo menos de relevancia. Pero en un sistema a mayoritario a una vuelta, la división es crucial. Y esto va a marcar el resultado de estas elecciones generales de 2024.

El pasado 11 de mayo compartí la jornada en Berlín con Richard Tice, líder de Reform UK, el partido al que las encuestas dan el tercer puesto en número de votos, aunque no en número de escaños a obtener. Tice no demostraba ningún optimismo sobre la posición de su partido ante unas posibles elecciones –entonces no habían sido convocadas todavía– pero hacía una crítica cerrada del Partido Conservador del que él mismo se fue en 2019.

A Farage lo que le gusta son las campañas electorales

El mes siguiente, Tice renunció al liderazgo del Reform UK en favor de Nigel Farage que volvía a la primera línea de la política. Dice el excanciller del Exchequer, lord Lamont de Lerwick, que a Farage lo que le gusta son las campañas electorales. Y como me recuerda mi compañero de colegio, Michael Jukes, hoy bien asentado en la City, cuando ahora Farage sea diputado y tenga que ocuparse de atender los problemas de los gatos de su circunscripción o cómo conseguir un mejor sistema de riego para las plantas de sus vecinos en estos tiempos de tanto calor, Farage es capaz de salir corriendo del lugar. Él está para hacer discursos, no para gestionar nada. Nunca lo ha hecho salvo algunos trabajos secundarios en la City en las décadas de 1980 y 1990.

Los valores

Lord Moore de Etchingham afirma sin dudarlo que el auge del partido de Farage se debe entre otras cosas a que él ha sabido poner en el centro del debate muchos de los valores tradicionales que el partido de Thatcher ha ido abandonando. Y Charles Moore sabe de lo que habla: él es el autor de la biografía autorizada de lady Thatcher. Más de 2.000 páginas en tres volúmenes. «El Partido Conservador se ha alejado de esos valores tradicionales y hay un votante huérfano que los ve representados en Farage».

Farage tiene un carácter complicado y acaba saliendo de los partidos en los que milita. Se enfrenta a todos los que trabajan con él. Pero esta vez ha regresado al Reform UK.

En esta elección los conservadores parecen haber perdido un valor que se asociaba siempre con ellos: eran un partido que daba seguridad. Hay dos palabras que los laboristas repiten sin parar y de las que Farage se aprovecha: «Truss» y «caos». Dos caras que en este contexto tienen el mismo significado: el Partido Conservador era el que te daba seguridad en sus políticas económicas. Desde las seis semanas de Gobierno de Liz Truss en septiembre/octubre de 2022 eso se ha evaporado. Ya nadie da esa garantía y Farage ha encontrado ahí un discurso donde recuperar la reivindicación del recorte de los impuestos, aunque eso fue tan mal gestionado por Truss que, en la práctica, ella misma se tiró por la ventana.

En el manifiesto conservador es casi imposible encontrar el término «familia

En el manifiesto conservador es casi imposible encontrar el término «familia» y en cambio sí hay un espacio dedicado al matrimonio homosexual. Reform UK, en cambio tiene una política de familia y dice que las uniones homosexuales han de ser acuerdos legales entre individuos. Gustará o no. Pero Farage y los suyos tienen una posición clara.

Una de las cosas que más daño ha hecho a Farage es que, como casi todos los populismos emergentes en Europa, ha mostrado su sintonía con Vladimir Putin. En eso está en línea con Marine Le Pen. Pero está claramente enfrentado al Partido Conservador que desde el primer momento ha hecho del Gobierno británico el mayor apoyo de la Ucrania de Zelenski. El apoyo manifiesto de Farage a Putin en Ucrania ha sido de las pocas declaraciones que los institutos sociológicos han detectado como negativas. Pero tampoco es probable que provoque un gran cambio en su intención de voto.

A la hora de evaluar el daño que Farage puede causar al Partido Conservador, lord Moore dice que «aunque muchos creen que esto puede ser el fin del bipartidismo, yo creo que es improbable. Pero podría equivocarme». En la madrugada del viernes tendremos una primera respuesta.

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