El disparatado sistema electoral británico
El Partido Laborista ha logrado la mayoría más amplia desde 1832 con el menor porcentaje de voto de un ganador en la historia
El objetivo del sistema electoral británico es facilitar grandes mayorías de Gobierno y castigar las divisiones. Estas elecciones han sido un ejemplo de libro. El Partido Laborista ha logrado la mayoría parlamentaria más amplia desde 1832: 291. Pero ojo al dato: lo ha conseguido con sólo el 35 por ciento de los votos. El peor resultado de un ganador en la historia del Parlamento británico. Estuvo muy cerca Tony Blair en 2005 cuando sacó el 35,2 por ciento. Pero eso sólo le dio 355 escaños. Muchos menos que ahora. Y lo que es más relevante, en las elecciones de 2017 el laborista Jeremy Corbyn sacó el 40 por ciento de los votos y perdió la elección contra Theresa May que consiguió el 42 por ciento.
El partido que más crítico es habitualmente con este sistema electoral es el de los Liberaldemócratas que siempre se ven penalizados. Aunque depende de cómo se compare. Los liberaldemócratas han ganado 1,4 puntos porcentuales, pero han pasado de ocho escaños a 71 con el 13 por ciento de los votos. En cambio, Nigel Farage, el nacionalista británico por naturaleza, defensor de las instituciones y las referencias de las islas se ve perjudicadísimo por el sistema electoral. Con el 15 por ciento del voto popular, dos puntos más que los liberaldemócratas, ha conseguido cuatro escaños, 67 menos que ellos.
Y un último dato para la reflexión: como ya se ha dicho, el voto porcentual de los laboristas es el 35 por ciento. El de los conservadores y su escisión Reform UK suma el 39. Esto es lo que hay.