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Un niño celebra en las Playas de Tijuana el 4 de julio, Día de la Independencia de Estados UnidosAFP

El primer problema en la megapotencia

Estados Unidos se desentiende de la inmigración por mar que llega a sus costas

- Tan sólo motos acuáticas y lanchas motoras vigilan el litoral estadounidense pegado a México
- Esperan para capturar a los inmigrantes lejos de las miradas de testigos y los acaban devolviendo en caliente o los ingresan en albergues
- Los abusos continúan

Hace cinco días Feijóo acusó a Sánchez de «llegar muy tarde» y de «aplazar» el debate sobre el reparto de los menores inmigrantes acogidos en Canarias mientras sugería desplegar a la Armada «para impedir la llegada de cayucos que ponen en riesgo la vida de las personas». El último transportaba dos fallecidos y 151 africanos hacinados.

En Reino Unido, con la llega del izquierdista Keir Starmer, la defensa antiinmigración ha cambiado. El nuevo primer ministro inglés ha decidido erradicar de un plumazo el ‘plan Ruanda’. Consistente en deportar a este país, con un 50 % de pobreza, a futuros solicitantes de asilo que acceden a Gran Bretaña en botes pequeños por el canal de la Mancha.

Gracias a estos dos planes, una cuestión irrefrenable nos ‘atrapa’ para desgranar cómo se delimita el litoral de la frontera más peligrosa y transitada del mundo. Para ello El Debate se pone en contacto con Manuela Cantú Mendívil, encargada de UNICEF México en Tijuana -fronteriza con San Diego-, en donde apoya a los inmigrantes que deciden aventurarse a realizar una insegura travesía por la costa hacia Estados Unidos. Ejerce su trabajo en la ciudad más violenta del planeta donde sólo en los tres primeros días de este mes de julio han muerto asesinadas 30 personas por actos violentos.

Las Playas de Tijuana, el foco rojo de la inmigración por mar

Uno de los trayectos más peligrosos para estos arriesgados viajeros pasa por adentrase a la Costa del Pacífico para llegar a suelo estadounidense. Donde Cantú advierte que la odisea náutica se complica ya que el muro se adentra, cada vez más, en el océano: «Algunos inmigrantes lo que hacen es pasar nadando e incluso buceando, no obstante, no es nada fácil ya que la inmensa pared levantada penetra kilómetros en el mar con unos barrotes pantagruélicos», nos comunica sobrecogida.

Los inmigrantes tienen dos opciones: o se adentran en las turbulentas aguas y dan la vuelta al muro para alcanzar la ansiada ‘tierra prometida estadounidense’ o se cuelan entre los huecos de estas vigas que siguen aumentando. «Me ha tocado ver como cientos de personas cruzan de esta manera», concluye.

La aparente pasividad de los agentes

Nos advierten de la inacción de la patrulla fronteriza estadounidense que los observan y les dejan caminar un par de kilómetros para posteriormente atraparlos «cuando nadie los ve» para descartar posibles futuras denuncias. Hasta llegar a ellos los inmigrantes se trasladan en pequeñas barcas precarias o inflables de todo tipo. Normalmente suelen ir dos o tres ocupantes y, en raras ocasiones, hay un solo tripulante.

Una vez tomada tierra, intentan cruzar, dejan la barca y se ocultan entre los matorrales que pueblan el litoral. Entretanto, la policía suele usar motos acuáticas último modelo o unas motoras de super propulsión «muy cuidadas» para navegar. Testigos de tamaña hazana nos narran que no les interceptan si no que los dejan pasar mientras 'esperan' su llegada hasta que toquen suelo estadounidense. «Sólo entonces los capturan y los llevan esposados a los centros de reclutamiento», nos aclaran.

¿Cómo atrapan a los ilegales por mar?

La trabajadora social es la que mejor nos puede servir en bandeja las ansiosas respuestas que no corresponde con una súper potencia: «He visto a muchas madres cargar con sus hijos para pasar entre los barrotes acuáticos, pero los gringos han conseguido tapar la mayoría y ya casi no hay huecos penetrables». Y nos ofrece un ejemplo de ayer mismo: «Justo vi a una mujer caminando con su marido y supuso otro caso similar ya que los dejaron pasar».

Como dato destacable, contra el muro situado en la playa, se aposta la Guardia Nacional Mexicana. Un cuerpo especial policiaco y militarizado (tipo nuestra Guardia Civil) creado exprofeso por López Obrador (AMLO). Debido a que el presidente mexicano, desde su llegada al poder, no ha cejado en dar más apoyo al Ejército para poseer el mando con todos los peligros que esta apuesta conlleva.

Acuerdos políticos bajo cuerda

Sea como fuere esta guardia pegada a la línea que separa los dos mundos pretende intimidar a los viajeros acuáticos para que no se acerquen. Biden y AMLO juegan las mismas cartas y al unísono van reforzando (o no) la seguridad en el lado mexicano para frenar las oleadas que traen de cabeza a ambos mandatarios. Eso sí, tampoco esperen ningún médico apostado en las inmediaciones para atender a los miles de heridos que van llegando.

Ni cortos ni perezosos los mensajes aduladores a favor de la inmigración no cesan. Biden comentaba en precampaña que «los migrantes son bienvenidos» y AMLO iba un paso más allá asegurando «que los queremos porque son buenas personas».

Está táctica creada en conjunto con la Guardia Nacional es nueva. Sólo hace menos de un año que se impone esta estrategia para que el inmigrante no se acerque a las costas. Los periodistas mexicanos, cuentan a este periódico, que esta medida controvertida (que utiliza a la Guardia Nacional como escudo) es la que hace el trabajo a la policía estadounidense.

Con la nueva ley, y una vez erradicado el 'Título 42' (medida que implantó Trump para facilitar la devolución en caliente a México), continúan enviando a los indocumentados al país más pobre.

Los albergues están saturados de nuevo como en la peor oleada migrante de hace dos años cuando cada mes se batían récords de oleadas migratorias.

Nos comunican en exclusiva que la saturación en esta especie de cárceles ha hecho que cientos de personas se vean obligadas a pernoctar en la puerta exterior. Como angustiosa novedad nuestros contactos nos confiesan que trasladan a los inmigrantes a albergues de la sociedad civil que no son del Gobierno.

Abusos a niños inmigrantes

Esta información llega a nuestra redacción, pero ningún medio ha sido capaz de transmitirla: «Hay una epidemia de varicela y piojos entre los niños». El caso más tremendo lo protagonizó una niña haitiana a la que raparon el pelo en esta 'prisión'. Una clara vulneración de derechos que saltó a la prensa gracias a nuestra interlocutora.

La dejaron sin cabellera porque las liendres se enquistaban en sus rizos. Sólo sucedió con esta menor de ascendencia afroamericana y dejaron tranquilas a las de diferente color de piel. «Yo misma levante un reporte», nos confía Manuela. Sus averiguaciones dieron frutos y la asistente social acabó averiguando que la pequeña se encontraba en el aprisionamiento a pesar de que su padre reside en los Estados Unidos.

En definitiva, concluimos «que se están vulnerando multitud de derechos, existen abusos de poder y suceden uno detrás de otro». Las autoridades no les dan seguimientos a estos procesos violentos. Sucede, por supuesto también, a los que llegan a través de la inmensidad del océano que acaban permitiendo que arriben a las costas estadounidenses. Y no pasa nada.