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El líder de Hamás en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu

El líder de Hamás en la franja de Gaza, Yahya Sinwar, y el primer ministro de Israel, Benjamin NetanyahuAFP

Guerra en Israel

Israel debate: ¿Quiere o no Netanyahu llegar a un acuerdo con Hamás?

Del lado palestino acusan de forma tajante a Israel. Del lado israelí todo se discute a fondo y la autocrítica es parte integral de la dinámica

Hace pocos días, cuando estaban por cumplirse nueve meses desde la masacre de Hamás en el sur de Israel y el comienzo de la guerra, volvió a surgir la esperanza de un acuerdo entre Israel y Hamás para liberar a los 120 rehenes secuestrados, acordar un alto el fuego y el posterior fin de la guerra.

Si bien a lo largo de los últimos meses fueron varios los momentos en los que se habló de la posibilidad de un acuerdo –concretamente cinco o sea que el actual es el sexto intento–, desde el implementado en noviembre no se logró ninguno más. Y cada vez surgían las discusiones acerca de la responsabilidad al respecto. ¿Quién coloca obstáculos en el camino: Hamás o Israel?

Está claro que del lado palestino acusan en forma tajante a Israel. Del lado israelí, como es costumbre en su sistema democrático, todo se discute a fondo y la autocrítica es parte integral de la dinámica.

Si bien nadie duda en Israel de que la responsabilidad máxima por la situación es de Hamás, que en su ataque del 7 de octubre secuestró a más de 250 personas, la pregunta es si ahora el primer ministro, Benjamín Netanyahu, dificulta la consecución de un acuerdo.

Hasta ahora, Hamás rechazó todos los planes presentados

Hasta ahora, Hamás rechazó todos los planes presentados, manteniéndose siempre en una postura que exigía un compromiso total al fin de la guerra y una retirada total de la franja de Gaza, algo que Netanyahu no estaba dispuesto a aceptar.

La pregunta es, por ende, si la renuencia de Netanyahu a aceptar un acuerdo casi «a cualquier precio» es lógica desde el punto de vista estratégico y de seguridad nacional o si sus razones son por consideraciones políticas, como alegan algunos de sus críticos.

El acuerdo por etapas que está sobre la mesa no tengo dudas de que es una trampa de HamásGabi Siboni, investigador en el instituto Misgav

«El acuerdo por etapas, que está sobre la mesa, no tengo dudas de que es una trampa de Hamás, que no piensa devolver nunca a todos los secuestrados, porque son su póliza de seguro», dice a El Debate el coronel (retirado) y profesor Gabi Siboni, investigador en el instituto Misgav. «Si Netanyahu acepta el acuerdo en los términos planteados, tiene que dimitir, ya que con ello no sólo destinaría a quienes no estén en la primera etapa a morir en Gaza sino que también pondría en peligro al país de cara a otras masacres como la del 7 de octubre».

Objetivo: derrotar a Hamás

En su opinión, no es que Netanyahu «intenta frustrar» un acuerdo, sino que «toma en cuenta las consideraciones necesarias para derrotar a Hamás». Ante la pregunta de si confía en la toma de decisiones por parte del primer ministro, no duda en responder afirmativamente.

Una acusación tajante sobre este punto fue lanzada repetidamente por Gadi Eizenkot, ex comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel. Junto a Beni Gantz, jefe de su partido «La Unión Nacional» (en hebreo, Hamajané Hamamlajtí), fue hasta hace poco parte del gabinete de guerra, habiéndose incorporado al Gobierno de Netanyahu poco después de la masacre, para librar la guerra contra el terrorismo como un frente unido. El partido salió del gobierno hace algunas semanas, acusando a Netanyahu de abstenerse de las decisiones más necesarias en este momento «por consideraciones personales».

En el mismo tono y con palabras más duras aún, se manifiesta repetidamente el general (retirado) Israel Ziv, ex jefe de la brigada de Paracaidistas, ex jefe de Operaciones en el Estado Mayor, quien fuera también jefe de la Brigada de Gaza.

Quiere bloquear el acuerdo para continuar con la guerraIsrael Ziv, ex jefe de la brigada de Paracaidistas y de Operaciones en el Estado Mayor

«Hace unos días el primer ministro publicó nuevas condiciones para las negociaciones, sus líneas rojas y la única interpretación que puedo dar es que quiere bloquear el acuerdo para continuar con la guerra», dijo a este diario. «No hay nada más importante hoy a nivel nacional, que rescatar a todos los secuestrados a los que el Estado y las Fuerzas de Defensa de Israel no supieron proteger el 7 de octubre. Pero parecería que el primer ministro actúa como obligado y no como quien siente responsabilidad por el destino de sus ciudadanos cautivos. ¿Para qué tenía que publicar esas condiciones en la víspera del comienzo de las negociaciones?».

Las posiciones son diversas entre las propias familias de los secuestrados. Las protestas públicas son constantes y la voz que sale del 'Foro de los secuestrados y desaparecidos', que apoya a los familiares, es generalmente crítica del gobierno. Pero mientras algunos de ellos acusan directamente a Netanyahu de haber perdido la oportunidad de lograr acuerdos y le exigen que no lo vuelva a repetir –como lo hace Einat Zangauker, cuyo hijo Matan está en Gaza, que emprende una caminata de protesta a Jerusalén– otros consideran que las manifestaciones no sirven a la causa.

Dani Miran, cuyo hijo Omrí fue secuestrado del kibutz Najal Oz, dijo a El Debate que confía en las decisiones del primer ministro y que considera que «debe lograrse un acuerdo en cuyo marco recuperemos a todos, a los 120 juntos, no por etapas, ya que de lo contrario no funcionará y Hamás prolongará eternamente las negociaciones».

Primero las mujeres

Por su parte, Shlomi Berger, cuya hija Agam es una de las cinco jóvenes soldados secuestrados del puesto de observación militar Najal Oz, dijo a este diario que «si tuviera a un hijo varón en manos de Hamás y no a una hija, igual apoyaría un acuerdo que determine que primero se libere a las mujeres».

Y Meirav Leshem-Gonen, cuya hija Romi fue secuestrada del festival Nova, contó en una rueda de prensa virtual junto a otros padres de jovencitas cautivas, sobre sus discrepancias con Tzvika Mor, cuyo hijo Eitán también está secuestrado, quien se opone a un acuerdo parcial. «Si ahora sale mi hija y salen las otras mujeres, eso acerca la liberación de los demás», le dijo.

Los temas de fondo son de peso. La discusión política interna, a favor y en contra de Netanyahu, es ineludiblemente parte del mosaico actual. Pero también lo son los análisis sobre la forma correcta de negociar con Hamás y los límites a plantearse al respecto.

Y esto está relacionado a si acaso hay contradicción entre hacer todo para recuperar a los secuestrados y tomar las medidas necesarias para garantizar que Hamás no pueda volver a atacar.

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