Estados Unidos
La directora del Servicio Secreto reconoce que cometieron el «mayor fracaso en décadas» en su misión de proteger a Trump
El colapso del esquema de seguridad fue tal que Kimberly Cheatle admitió que el edificio desde el que disparó Thomas Matthew Crooks estaba fuera del perímetro de seguridad
Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto enfrentó este lunes duros cuestionamientos por parte de un comité de investigación de la Cámara de Representantes de EE.UU. que busca esclarecer el atentado que casi le costó la vida al expresidente Donald Trump en un acto de campaña en Pensilvania.
Mientras los congresistas republicanos insistieron en la causa de los evidentes errores de seguridad y determinar responsabilidades, los representantes demócratas hicieron énfasis en el riesgo que representa para la seguridad pública la portación armas semiautomáticas como la AR-15 con la que se disparó contra Trump.
Cheatle aceptó la responsabilidad por las fallas de seguridad que permitieron a un tirador disparar contra Trump: «Hubo un colapso de la seguridad ese día» y prometo que en la investigación en curso «no dejaremos piedra sin remover».
El colapso del esquema de seguridad fue tal que Cheatle admitió que el edificio desde el que disparó Thomas Matthew Crooks estaba fuera del perímetro de seguridad a pesar de estar a unos 137 metros del escenario y conocer que los rifles R-15 -muy comunes en EE.UU.- tienen un alcance de más de 400 metros.
Crooks fue abatido por un francotirador del Servicio Secreto 26 segundos después de que dispara ocho veces
Cheatle admitió ante las incisivas preguntas de los congresistas que el individuo fue identificado como «sospechoso» antes de que el candidato republicano subiera al escenario y respondió a la pregunta de ¿por qué se dejó subir a Trump? señalando que en ese momento se consideró que Crooks no representaba una «amenaza» porque no tenían información que estuviera armado.
Cheatle se negó a responder mas detalles señalando que corresponden a una investigación en curso del FBI
El bombero Corey Comperatore, de 50 años, murió y dos simpatizantes de Trump resultaron gravemente heridos por los proyectiles dirigidos contra la cabeza del exmandatario y actual líder republicano.
«Esta tragedia se podía prevenir» y «a mi entender, la directora Cheatle debería renunciar», dijo el presidente republicano del Comité de Supervisión, James Comer, al abrir la audiencia.
La directora del Servicio Secreto defendió, sin embargo, su experiencia y su capacidad para mantenerse en el cargo y liderar una investigación que esclarezca los hechos y evite que vuelva a suceder.
«La actuación ha sido claramente un fracaso» pero «creo que soy la mejor persona para liderar el servicio secreto ahora» apostilló la jefa de la dependencia que debe velar por la seguridad de los principales líderes de Estados Unidos e incluso los mandatarios o jefes de Estado de visita en el país.
Cheatle se desempeñó como agente del Servicio Secreto por 27 años antes de salir del cargo en 2021 para asumir como jefa de seguridad de PepsiCo en Norteamérica. En 2022 fue nombrada por Biden como directora de la agencia.