Edmundo González Urrutia (a la izquierda) junto a María Corina Machado en la caravana popular de la campaña
4 días para las elecciones en Venezuela
Edmundo González Urrutia le ofrece a María Corina Machado el cargo «que ella desee» si gana las elecciones
La oposición tiene motivos para sentir que las elecciones del domingo las tiene ganadas, pero también para sospechar que el régimen de Nicolás Maduro es capaz de hacer cualquier cosa para evitarlo. Edmundo González Urrutia, el candidato oficial de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), ofreció a la líder natural y proscrita, María Corina Machado, el puesto que quiera si se confirman las previsiones de todas las encuestas menos las encargadas por la dictadura.
«Quiero decirles que la posición que ella desee será ocupada (por ella) en el próximo gobierno», anunció durante un acto en el estado Zulia, en la frontera con Colombia.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), que responde a la dictadura del sucesor de Hugo Chávez, inhabilitó a Machado y a su sucesora, Corina Yoris. Estas decisiones forzaron a la elección, como tercera opción, de Edmundo González Urrutia.
Frente común
Por primera vez desde que el chavismo llegara al poder en 1999, la oposición ha logrado cerrar filas en torno a una candidatura única. El efecto ha sido el previsible, el pueblo se ha volcado con González Urrutia que suele acudir a los actos de campaña de la mano de María Corina Machado.
El candidato de PUD ofreció una rueda de prensa junto a Machado en Zulia antes de encabezar una caravana a bordo de un camión. Los «colectivos» o sicarios del régimen han atacado en diversas ocasiones a los líderes de la Plataforma que, en este viaje, coreaban consignas como, «este gobierno va a caer».
En las elecciones del domingo González Urrutia se enfrenta a Nicolás Maduro, cuyo gobierno se considera fruto de unas elecciones fraudulentas. El exministro de Asuntos Exteriores de Chávez y delfín del difunto presidente, se ha visto forzado a abrir las urnas para tratar de lograr una segunda reelección, aunque la primera son pocos los gobiernos que la reconocen, entre ellos, el de la dictadura de Daniel Ortega.