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El periodista Pablo González

Invasión de Ucrania

El periodista Pablo González es liberado por Rusia en un intercambio de presos con EE.UU.

En el que ha supuesto el mayor trueque de detenidos desde la Guerra Fría

El periodista Pablo González fue detenido en febrero de 2022 en la localidad polaca de Rzeszow, donde se encontraba informando sobre la llegada de los refugiados ucranianos tras la invasión rusa. Acaba de ser liberado como uno de los presos intercambiados en el canje entre Rusia y Occidente. Este informador, de nacionalidad española y rusa, estaba acusado por, supuestamente, recabar información y espiar a miembros de la oposición rusa en el exilio, según las autoridades polacas. Es decir, según Polonia actuaba para el Kremlin. Le señalan por actuar con el seudónimo de Pavel Rubtsov, su nombre de nacimiento.

González, que tiene fijado su domicilio en Gernika (Bizkaia) y es colaborador freelance del diario Público y La Sexta, fue arrestado durante la noche del 27 al 28 de febrero, poco después del inicio de la invasión de Ucrania. Nunca se llegó a presentar cargos contra él y seguía entre rejas porque la prisión provisional en Polonia no tiene un límite temporal preciso.

Las fuerzas del orden ucranianas examinaron sus dispositivos y encontraron informes detallados sobre Zhanna Nemtsova, hija de Borís Nemtsov, político ruso muy crítico con el Gobierno de Putin, asesinado en 2015. También, según mismas fuentes, parecía muy interesado en una escuela de periodismo de Ucrania y EE.UU.

Sin embargo, su pareja afirma que se encontraba realizando coberturas sobre la crisis de refugiados de la guerra entre Rusia y Ucrania. Todo su entorno niega rotundamente que hubiera participado en actividades para beneficiar a Rusia.

En estos años, la familia ha mostrado su malestar con el Gobierno español, al que ha acusado de no haber hecho «nada» para ayudar al periodista. Pese a las 17 visitas del personal de la Embajada en Varsovia, Albares ha afirmado que los órganos judiciales se comunicaban directamente entre sí y el margen de maniobra de los gobiernos es muy escaso.

El medio The Insider ha sido el encargado de dar la noticia de la liberación del redactor español tras 880 días en la cárcel. Entre los redimidos se encuentran nacionales de Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega, Rusia y Bielorrusia. Después de la tortura han sido entregados en Ankara, bajo supervisión del Gobierno turco.

Este intercambio de presos ha conllevado, también, la puesta en libertad del periodista Evan Gershkovich que se enfrentaba a una pena de 16 años. Ejercía como corresponsal en Moscú para el periódico The Wall Street Journal y le condenaron el mes pasado a 16 años de prisión por un tribunal ruso opaco. La figura de Evan se convirtió en un activo con el que negociar el posible canje de espías rusos apresados en el exterior.

En 2010, catorce supuestos espías quedaron libres, entre ellos la rusa Anna Chapman, condenada en Estados Unidos, y Sergei Skripal, un agente doble encarcelado en Rusia. Pero, la liberación de González y Gershkovich ha supuesto el canje de presos, entre EE.UU. y Rusia, más grande desde 1985, en el último período de la Guerra Fría.