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AnálisisAquilino Cayuela

La amenaza global del ISIS – K

No hay necesidad ninguna de ofender al mundo creyente, sea de la religión que sea, pero la Francia «wokista» de Macrón no puede evitar esos tics

Militante de ISIS en Siria (Foto de archivo)twitter.com/PanAmPost_es

En las últimas semanas, las autoridades francesas han descubierto varios complots terroristas dirigidos contra los Juegos Olímpicos de 2024, que comenzaron la semana pasada en París. Tal vez en los juegos más blasfemos y ofensivos contra los creyentes cristianos, no se atreven, sin embargo, a hacer el mínimo gesto que pueda ofender al mundo musulmán, están aterrorizados, saben que la amenaza flota en el ambiente.

La verdad, no hay necesidad ninguna de ofender al mundo creyente, sea de la religión que sea, pero la Francia «wokista» de Macrón no puede evitar esos tics. Con todo, el miedo «al terror» aumenta porque con la convulsa situación internacional el mundo no está preparado para afrontar una nueva amenaza terrorista. Un gran atentado.

No nos engañemos el terrorismo internacional no se apacigua, ni descansa, muy por el contrario, la aparente calma desde las recientes guerras ha servido para que distintas organizaciones planifiquen y se organicen para un gran ataque en Europa o EE. UU. No olvidemos que la guerra de Israel es fruto de un masivo golpe terrorista.

En un reciente ensayo publicado en la revista 'Foreign Affairs', el politólogo Graham Allison y Michael Morell, exdirector adjunto de la CIA, comparaban el actual escenario de seguridad con el del periodo previo a los atentados de Al Qaeda del 11 de septiembre de 2001. Se espera algo grave o a gran escala.

Hace unos pocos días un checheno de 18 años planeaba atentar contra un partido de fútbol olímpico en la ciudad francesa de Saint-Étienne. Supuestamente estaba en contacto con un miembro del DAESH o ISIS, o Estado Islámico de Irak y Levante.

El atentado desbaratado es sólo el último de una serie de actividades terroristas relacionadas con el ISIS. Las fuerzas anti-terroristas saben que «ellos sí tienen una estrategia, que continuamente se están agrupando, que son decenas de miles ocultos entre la población civil y se están preparando».

Pero dentro del ISIS, la mayor amenaza actual es la filial conocida como Estado Islámico Jorasán (ISIS-K) extendida en el sur de Asia y responsable de varios atentados terroristas internacionales cometidos durante este último año: Un funeral en Kerman (Irán) a principios de enero, en una iglesia de Estambul ese mismo mes y en una sala de conciertos a las afueras de Moscú en marzo. La suma de los atentados contra Irán y Rusia causó cerca de 250 muertos y centenares de heridos.

El ISIS-K, está cabreado con el mundo entero, no solo contra EE. UU. y Europa, también contra Rusia o Irán, contra China. Pero no se quedan ahí, entre 2015 y 2018, el ejército afgano, las tropas estadounidenses y de la OTAN y las fuerzas paquistaníes llevaron a cabo operaciones antiterroristas contra el ISIS-K, aunque estas operaciones no siempre estuvieron coordinadas. Los talibanes afganos también luchaban contra el grupo en algunas partes del país. Durante este periodo, el ISIS-K se vio expulsado de los focos de territorio que controlaba y sufrió importantes pérdidas de efectivos, sobre todo entre sus dirigentes.

Ellos agrupan centenares de miles de sunitas radicales en Asia. En Afganistán y Pakistán, donde ISIS-K tiene su base, el grupo reivindica la autoría de múltiples atentados de menor escala cada mes. Cuando ISIS-K surgió en 2015, el grupo se centró en aumentar sus filas con nuevos reclutas no sólo de Afganistán y Pakistán, sino en Asia Central, en Tayikistán y Uzbekistán.

El ISIS-K se ha mostrado obstinadamente resistente. Ha superado sus problemas de personal ampliando sus actividades de reclutamiento, primero entre militantes pakistaníes curtidos en mil batallas y después en toda Asia Central.

Desde junio de 2020, su actual líder, Sanaullah Ghafari (también conocido como Shahab al-Muhajir) ha ampliado sus esfuerzos de reclutamiento y propaganda y ha internacionalizado su agenda, ha intensificado sus ataques al otro lado de la frontera, en Uzbekistán y Tayikistán, y contra intereses extranjeros dentro de Afganistán.

ISIS-K busca horizontes aún más amplios y está difundiendo su propaganda a un público más global y amenazando con atentados en lugares lejanos. Además de sus actividades en su principal zona de operaciones en Asia Central y Meridional, el ISIS-K difunde contenidos en varios idiomas para llegar a más personas. Lo hace a través de su medio interno, la Fundación «Al-Azaim», que publica principalmente en pastún, pero, para amplificar su mensaje, también produce contenidos regulares en inglés, farsi, ruso, tayiko, turco, urdu y uzbeko.

La Eurocopa de Alemania y los Juegos Olímpicos de Francia se han visto amenazados

Los mensajes oficiales del grupo este año han incluido amenazas directas contra objetivos en países extranjeros, como la Eurocopa 2024 en Alemania, los Juegos Olímpicos de Francia y la Copa Mundial de Cricket en Estados Unidos.

Antes del inicio de la Eurocopa 2024, en junio, un hombre que había solicitado sin éxito un trabajo relacionado con el evento fue detenido en el aeropuerto de Colonia, Alemania, acusado de enviar dinero a ISIS-K.

Tras el atentado de Moscú en marzo, un sitio web afiliado a ISIS-K publicó una imagen con el texto «Después de Moscú... ¿Quién será el siguiente?» y una lista con los nombres de cuatro ciudades europeas: Londres, Madrid, París y Roma.

Los esfuerzos del ISIS-K para amenazar a Occidente incluyen radicalizar a miembros de las comunidades de la diáspora centroasiática en Europa y Norteamérica e incitar a individuos a la violencia.

La nueva y ambiciosa estrategia de ISIS-K espera su inminente puesta de largo en la escena internacional con una gran atentado en Occidente.