Los familiares de los rehenes se convierten en la oposición a Netanyahu en Israel
La enésima ronda de contactos para conseguir un alto el fuego en la franja de Gaza sigue sin concretarse a pesar de la renovada presión de Estados Unidos
En Israel, la creencia de que el primer ministro Benjamin Netanyahu prefiere traer de vuelta a los rehenes en manos de Hamás «en bolsas para cadáveres» antes que arriesgar su propia carrera política es cada vez más popular. Así lo denunció, esta semana, el reputado analista y periodista militar Amo Harel, en un análisis publicado en el periódico israelí Haaretz. Para los familiares de los cautivos, que aguardan desde hace ya diez meses la vuelta de sus seres queridos, la espera se ha vuelto insoportable y por ello se han convertido en una de las principales voces críticas con la gestión de la guerra del primer ministro.
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La gran mayoría, representada por un movimiento bautizado como Bring them home now –Tráiganlos de vuelta a casa ya–, ha puesto pie en pared y, a modo de protesta contra el Ejecutivo de Netanyahu, tiene previsto boicotear el acto conmemorativo por el atentado terrorista de Hamás contra Israel, que el próximo 7 de octubre marcará su primer aniversario. Una fecha traumática para todos los israelíes pero, aún más, para los familiares de los 109 rehenes que aún se encuentran cautivos en la franja de Gaza, ya que significará que, un año después, no ha habido avances.
La enésima ronda de negociaciones para conseguir un alto el fuego en el enclave palestino y, por consiguiente, la liberación de los rehenes, ha vuelto a naufragar, a pesar de la renovada presión de Estados Unidos sobre el Ejecutivo de Netanyahu. El presidente estadounidense, Joe Biden, mantuvo, este miércoles, una conversación telefónica con el primer ministro israelí, al que insistió en «la urgencia» de cerrar el acuerdo para una tregua. Sin embargo, las palabras de Biden, como en anteriores ocasiones, han caído en saco roto y las delegaciones mediadoras de Egipto, Qatar y Estados Unidos aún no han concretado una nueva fecha para abordar los flecos sueltos que siguen sin permitir un alto el fuego.
Los familiares de los cautivos también presionan al Ejecutivo para que llegue a un acuerdo y han denunciado, en un comunicado, «la manifiesta incapacidad del Gobierno israelí para garantizar el regreso de los rehenes». «Ha pasado un año desde que los ciudadanos fueron abandonados en el mayor desastre de la historia de Israel. Ciento nueve rehenes aún no han regresado, y los vivos no han sido traídos de vuelta para su rehabilitación, ni los cuerpos de los asesinados han sido devueltos para su entierro», subrayó el foro Bring them home now.
La reflexión del periodista israelí Amo Harel es también compartida por esta parte de la sociedad que acusa a Netanyahu de paralizar las negociaciones y abandonar a los cautivos para mantener intacta su coalición de Gobierno. Los socios más extremistas del Ejecutivo israelí, de los que depende el primer ministro, han amenazado en múltiples ocasiones con dejar caer el Gobierno si Netanyahu acuerda una tregua con Hamás. La recuperación, este martes, de los cuerpos de seis rehenes ha reabierto la herida de que el tiempo no pasa en vano, y que cada minuto es crucial para traerlos de vuelta con vida.
El Ejército israelí calcula que, de los 109 rehenes en manos de Hamás, 36 estarían muertos. En una entrevista con la BBC, Inbal Albini Peri, hija de Chaim (80 años) –cuyo cuerpo fue recuperado por las tropas hebreas en Gaza–, aseveró que su padre habría sido liberado en un hipotético intercambio y acusó al primer ministro israelí de anteponer las «prioridades políticas» a un acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes. Así las cosas, parte de la sociedad boicoteará los actos conmemorativos del próximo 7 de octubre que, un año después, lejos de unir a los israelíes, ha vuelto a dividirlos en torno a la figura de Netanyahu.