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Pável Dúrov, fundador y dueño de TelegramX

Pável Dúrov

El caso Telegram: un conflicto diplomático que puede jugar en contra del Ejército de Rusia

El Kremlin niega una supuesta reunión entre Pável Dúrov, como fundador de Telegram, y Vladímir Putin en Azerbaiyán

El empresario Pável Dúrov ha sido puesto en libertad bajo supervisión judicial, por lo que está obligado a mantenerse en Francia. Después de abonar una fianza de cinco millones de euros y pasar cuatro días detenido en París. El encarcelamiento de Dúrov sucedió el sábado 24 de agosto cuando su avión privado aterrizó en París.

Este arresto y su posterior puesta en libertad podría ser un problema para Rusia. Ya que Telegram es uno de los principales canales de comunicación de las tropas rusas en Ucrania.

Además, Telegram, al igual que WhatsApp en España, se utiliza como un canal de comunicación fundamental entre la población rusa. Por lo que desempeña un papel crucial en la guerra en Ucrania que comenzó en febrero de 2024. Hasta el punto que, según un análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra, es «la principal alternativa a las comunicaciones oficiales para el personal militar ruso en Ucrania».

Hay que añadir que es una vía de comunicación entre el Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso. La plataforma ha sustituido en muchos casos a las ineficaces comunicaciones oficiales del Ejército de Rusia.

Una aplicación muy válida para intercambiar vídeos de gran tamaño y con suficiente espacio de almacenamiento. Lo que ha supuesto que los soldados opten por esta aplicación, utilizada mediante sus móviles personales, ante la falta de comunicaciones adecuadas en el obsoleto Ejército ruso.

Putin intentó poner Telegram en su poder en 2018, lo que provocó la huida de Pável Dúrov. El resultado es una especie de «cooperación» que ha permitido al CEO de Telegram mantener su canal operativo con aparente independencia de las autoridades nacionales. Entretanto, el Kremlin dirige sus actividades en su propio beneficio.

La detención de Dúrov se ha convertido ya en un caso diplomático. La embajada rusa en París acusa a nuestro vecino del norte por no cooperar. Y el Kremlin afirma que estaba esperando un comunicado oficial sobre los cargos contra el empresario. Todo transcurre durante unas relaciones bilaterales ya de por sí complicadas por la invasión de Ucrania.

Emmanuel Macron, como presidente de Francia, asegura que la detención «no es una decisión política».