El Corredor Filadelfia, la «línea roja» de Netanyahu para un alto el fuego y la liberación de los rehenes
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha lanzado una ofensiva mediática para convencer al mundo de por qué el control israelí del Corredor Filadelfia, que separa la Franja de Gaza de Egipto, es una «línea roja» para llegar a un acuerdo de alto el fuego. Durante los últimos 20 años, esta franja de tierra, de apenas catorce kilómetros de longitud, no le había quitado el sueño al mandatario. Sin embargo, desde el pasado 7 de octubre, tras el atentado terrorista de Hamás contra Israel, en el que mataron a 1.200 personas y otras 250 fueron secuestradas, el Corredor Filadelfia se ha convertido en su obsesión.
Netanyahu ha lamentado, en múltiples ocasiones desde hace ya once meses, la decisión israelí de salir de Gaza en 2005 y que en su momento él mismo apoyó. Tras la salida de las tropas hebreas, Egipto ha sido el encargado de velar por la seguridad del cruce que separa el enclave palestino de la vasta península del Sinaí. Las tropas egipcias también debían evitar el contrabando, sobre todo, de armas a través de la extensa red de túneles que Hamás ha ido construyendo durante décadas. Israel considera que ha fallado y que gran parte del armamento que los milicianos del grupo terrorista palestino utilizaron para atacar el país hebreo en octubre entró a Gaza por el Corredor Filadelfia.
«Una vez que abandonamos el Corredor Filadelfia, Irán pudo llevar a cabo su plan de convertir Gaza en un enclave terrorista», aseguró el mandatario israelí, este miércoles, en una rueda de prensa para los medios extranjeros. En apenas 48 horas, Netanyahu ha convocado a los medios hasta en dos ocasiones para, mapa y puntero en mano, dar todo lujo de detalles de la importancia estratégica de esta franja de tierra y que se ha convertido en un escollo insalvable para acordar una tregua en Gaza. El primer ministro hebreo está convencido de que, para conseguir los objetivos de esta guerra que ya se ha convertido en la contienda más larga de Israel, es necesario el control israelí del corredor.
«Gaza no puede tener futuro si Gaza sigue siendo porosa y se puede permitir el rearme de los terroristas a través del Corredor de Filadelfia», apuntaló Netanyahu. En este sentido, aprovechó el encuentro con los periodistas para defenderse de los que le acusan de bloquear continuamente las negociaciones para la liberación de rehenes. «El verdadero obstáculo para hacer un trato no es Israel y no soy yo. Es Hamás, es Sinwar [Yahya]». Estas explicaciones, sin embargo, no parecen ser suficientes para las familias de los rehenes israelíes, que han convocado, este jueves, una nueva jornada de protestas para presionar al Gobierno. La recuperación de los cadáveres de seis rehenes israelíes, el pasado fin de semana, por parte del Ejército hebreo en un túnel de Gaza ha calentado de nuevo el ánimo en las calles.
Estados Unidos, uno de los países mediadores junto a Qatar y Egipto, ha asegurado que se ha alcanzado «el 90 %» de las negociaciones. Según han publicado medios hebreos, citando a un alto funcionario estadounidense, «de los 18 párrafos del acuerdo, 14 se han completado», tres de ellos concretan el intercambio de prisioneros palestinos por rehenes. Por el momento, se plantea la excarcelación de unos 800 palestinos a cambio de la liberación de entre 18 y 32 cautivos, durante la primera fase, de un acuerdo dividido en tres. Pero, las diferencias sobre el Corredor Filadelfia no varían, Hamás exige la retirada total de tropas israelíes de Gaza, una petición a la que Israel no está dispuesta a ceder.
Sobre este punto, el funcionario estadounidense adelantó que «en el transcurso de las dos últimas semanas, los israelíes han presentado una propuesta por la que reducirían significativamente su presencia en el corredor». Sin embargo, las esperanzas de que un acuerdo salga adelante son cada vez más reducidas, las diferencias parecen irreconciliables e incluso Washington se ha planteado retirarse de las negociaciones si esta última ronda vuelve a fracasar.