Hunter Biden se declara culpable de los cargos fiscales y enfrenta una posible condena de 17 años de prisión

Hunter Biden, hijo del presidente de los Estados Unidos, se ha declarado culpable de nueve cargos federales relacionados con delitos fiscales en una corte de Los Ángeles. La decisión marca un punto culminante en la prolongada investigación de más de cinco años sobre los problemas financieros de Biden, durante una época en la que su adicción a las drogas y el alcohol lo llevó a aprovechar su apellido para obtener lucrativos contratos en el extranjero, sin cumplir con sus obligaciones tributarias.

La declaración de culpabilidad es una estrategia adoptada por su equipo de defensa, quienes concluyeron que no tenían muchas posibilidades de ganar el caso en un juicio. Sin embargo, a diferencia de lo que muchos esperaban, este reconocimiento de culpa no forma parte de un acuerdo para reducir su condena, lo que ahora le expone a una posible sentencia severa.

Hunter Biden, con un tono tranquilo, admitió su culpabilidad ante el juez Mark C. Scarsi, quien detalló cada uno de los cargos relacionados con la evasión fiscal. El veredicto pone a Biden frente a la posibilidad de una condena que podría alcanzar los 17 años de prisión o una multa de hasta 1.3 millones de dólares. Esta sentencia se suma a la posible condena de hasta 25 años por haber falsificado información en una solicitud de compra de armas, un cargo por el cual fue declarado culpable en Delaware hace unos meses.

Aunque algunas especulaciones apuntaban a un posible indulto presidencial, la Casa Blanca ha dejado claro que no está en los planes del presidente perdonar a su hijo. La secretaria de prensa reiteró que el mandatario no tiene intención de intervenir en el caso.

Inicialmente, Biden intentó un acuerdo legal condicional conocido como «Alford plea», mediante el cual reconocía que había pruebas suficientes para condenarlo, pero mantenía su inocencia. No obstante, los fiscales rechazaron esta oferta, lo que llevó a Biden a optar por una declaración de culpabilidad sin condiciones, ante la presión del juez para que el caso avanzara. Abbe Lowell, abogado de Hunter Biden, explicó que su cliente había tomado esta decisión para proteger a su familia del desgaste emocional de un juicio largo.

El fiscal especial David C. Weiss, que había sido criticado previamente por negociar un acuerdo indulgente con Biden, añadió más cargos tras la ruptura de un acuerdo previo que habría evitado la prisión. La situación dio un giro inesperado en julio de 2023, cuando el acuerdo inicial colapsó, lo que resultó en la imputación de cargos adicionales por delitos fiscales y fraude en California.

En el tribunal de Los Ángeles, el ambiente estuvo cargado de tensión, especialmente cuando la defensa sorprendió al interrumpir el inicio de la selección del jurado para proponer una resolución rápida del caso. Leo J. Wise, uno de los fiscales, mostró su molestia ante la insinuación de que Hunter Biden era víctima de una persecución política. «A Hunter Biden se le ha brindado el mismo trato que a cualquier ciudadano. Esta idea de victimización es una afrenta a la justicia», aseguró Wise.

Con el presidente Biden fuera de la carrera presidencial para 2024, el juicio de su hijo ha perdido parte de su impacto mediático, pero las implicaciones personales para Hunter Biden son profundas. Como infractor por primera vez, la defensa pedirá una sentencia leve, argumentando que ha permanecido sobrio durante varios años, ha pagado sus deudas fiscales y ha mostrado remordimiento por su conducta pasada.

Fuentes cercanas a Biden indicaron que había estado buscando evitar a toda costa un juicio por evasión fiscal para no revivir los dolorosos testimonios que surgieron durante el caso de posesión de armas, especialmente aquellos proporcionados por exparejas, que revelaron detalles personales y delicados de su vida privada.