Reino Unido
Unos conservadores de capa caída inician la pugna por el liderazgo del partido tras la dimisión de Sunak
Robert Jenrick, partidario de soluciones radicales en materia de inmigración, encabeza las encuestas
La exministra del Interior del Gobierno de Boris Johnson, Priti Patel, ha sido la primera candidata eliminada del complejo proceso de primarias establecido por el Partido Conservador para designar a su futuro líder, que sucederá al antiguo primer ministro Rishi Sunak. Por tres votos, emitidos por los parlamentarios tories en la primera votación, celerada el 4 de septiembre. El próximo martes los Members of Parliament conservadores volverán a celebrar una nueva ronda eliminatoria, que reducirá a cuatro el número de candidatos.
Tres semanas después, tendrá lugar la Conferencia –congreso anual– del Partido Conservador, en la que cada uno de los cuatro aspirantes al liderazgo pronunciarán un discurso. No tanto para convencer a los parlamentarios, que volverán a votar por partida doble entre los días 2 y 10 de octubre –para decidir quiénes son los finalistas–, como a la militancia. Será esta la que tendrá que decidir, antes del 31 de octubre, y mediante una votación por internet, el nombre de la persona que estará obligado a reconstruir un partido en cenizas, liderar la oposición a sir Keir Starmer y a su Gobierno en la Cámara de los Comunes e intentar sacarle del poder en las próximas elecciones. El resultado definitivo de las primarias se dará a conocer el 2 de noviembre.
De momento quien ha ganado las dos votaciones de sus colegas parlamentarios y encabeza las preferencias de la militancia es Robert Jenrick, de 42 años, actual diputado por el distrito de Newark –situado en el corazón de Inglaterra– antiguo secretario de Estado de Inmigración con Sunak, tras haberlo sido de Sanidad durante el efímero Gobierno de Liz Truss y de Vivienda con Johnson. Su paso por la última cartera que desempeñó ha sido clave de cara a la radicalización de su discurso migratorio.
Hasta tal punto que protagonizó una sonora dimisión, alegando que el proyecto de ley que contemplaba deportaciones de inmigrantes a Ruanda no era lo suficientemente severo. Desde entonces, Jenrick se escora cada vez más a la derecha, olvidando sus tintes moderados de antaño, que le convirtieron en un estrecho aliado de Sunak. Su argumento principal, que es igualmente una autocrítica de modo indirecto, consiste en reprochar al Partido Conservador el incumplimiento de sus promesas sobre la inmigración. Para volver a cumplirlas, está incluso dispuesto a retirar al Reino Unido del Convenio Europeo de Derechos Humanos, lo que en la práctica significa que su país dejaría de estar bajo la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Semejante endurecimiento le ha granjeado el apoyo de diputados anteriormente leales a su antigua jefa en el ministerio del Interior, Suella Braverman, referente de la «derecha dura» británica, que se descartó a sí misma de la contienda por el liderazgo antes de que empezara. La cuestión está en saber si la alianza con Braverman es una baza o un lastre de cara a la militancia; y sobre todo si está en sintonía con la opinión pública, y no solo la conservadora. Pero en las primarias uno se dirige principalmente a sus seguidores. Toda esta estrategia se enmarca en la convicción de que el Partido Conservador necesita enfrentarse a la cruda realidad y que solo él puede hacer los cambios necesarios para ganar las próximas elecciones.
Antes de iniciar su carrera parlamentaria en 2014, Jenrick, que es padre de tres hijos, fue abogado de empresa y ejecutivo de la casa de subastas Christie's.