Blinken y el ministro de Exteriores británico llegan a Ucrania para debatir el uso de armas occidentales contra Rusia
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammy, llegaron este miércoles a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para debatir el posible uso de armas occidentales contra Rusia.
Es llamativo ya que se trata del primer viaje conjunto realizado por los jefes de la diplomacia de EE.UU. y el Reino Unido a Ucrania desde el comienzo de la guerra. También es la primera visita del ministro de Exteriores británico a Ucrania desde que asumió el cargo en julio.
Zelenski ha aumentado la presión para que Occidente le facilite a Ucrania más armamento, y con menos restricciones aparejadas, de manera que Kiev pueda atacar territorio ruso en profundidad con misiles de largo alcance.
Preguntado a propósito, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció en Washington que están «analizando» la cuestión «en este momento».
Según la prensa británica, Biden, que se reunirá el viernes con el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, podría levantar el veto norteamericano al uso por parte de Ucrania de misiles Storm Shadow de largo alcance contra Rusia.
Blinken dijo el martes en una conferencia de prensa conjunta con Lammy que Washington sigue comprometido a darle a Ucrania «lo que necesite y cuando lo necesite para hacer frente de la manera más eficaz a la agresión rusa».
En una entrevista con Sky News, Blinken tuvo que responder a la pregunta de si Washington autorizará la adquisición por parte de Kiev de armamento de largo alcance: «No descartamos hacerlo, y si lo hacemos, queremos asegurarnos de que eso ayuda a lo que los ucranianos quieren conseguir».
La cuestión de si se permite a Ucrania emplear misiles occidentales de largo alcance se plantea de manera simétrica a la situación del lado ruso. Washington ha alertado de la entrega de misiles iraníes de corto alcance, que Moscú podría usar contra Ucrania en las semanas próximas.
Este escenario hace temer que Moscú emplee sus propios misiles de largo alcance contra las zonas más alejadas del frente, en el oeste de Ucrania.
Las potencias occidentales habían tratado de disuadir a Teherán, y este martes precisamente, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania anunciaron nuevas sanciones, en particular en el transporte aéreo, tras acusar a la República Islámica de haber suministrado misiles balísticos a Rusia para usarlos en Ucrania.