Israel mata al líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, en un ataque contra su cuartel general en Beirut

Israel ha confirmado, este sábado, la muerte del secretario general de Hezbolá, Hasan Nasralá, en el ataque de ayer contra el cuartel general de la milicia chií libanesa en Beirut. «Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anuncian que ayer (viernes), 27 de septiembre de 2024, Hasan Nasralá, el líder de la organización terrorista Hezbolá y uno de sus fundadores, fue eliminado por las FDI, junto con Ali Karki, el comandante del Frente Sur de Hezbolá, y otros altos cargos», informó el Ejército israelí a primera hora, a través de un comunicado castrense. Las FDI lanzaron, en la tarde de este viernes, un bombardeo sin precedentes contra el corazón de Dahiye, situado al sur de Beirut y considerado el feudo de la organización terrorista libanesa. La milicia chií libanesa rompió finalmente su silencio y reconoció la muerte de Nasralá.

Israel contaba con información precisa de Inteligencia de que el cuartel general de Hezbolá estaba «incrustado» bajo edificios residenciales y que, en el momento de la ofensiva, el secretario general del Partido de Dios se encontraba ahí reunido con altos cargos. Los misiles israelíes alcanzaron hasta seis edificios, que se desplomaron por completo, matando a al menos seis personas e hiriendo a más de 90. Este balance podría aumentar en las próximas horas, ya que aún hay personas desaparecidas bajo los escombros. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio el visto bueno a la operación, instantes después de pronunciar su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde aseguró que «mientras Hezbolá elija el camino de la guerra, Israel no tiene otra opción».

Se trata del cuarto ataque israelí contra la capital libanesa en tan solo una semana. Sin ir más lejos, este jueves, un bombardeo contra el mismo barrio de Dahiye acabó con la vida de Muhamad Sarur, jefe militar de Hezbolá. Asimismo, en previos ataques «selectivos» contra Beirut, Israel eliminó en enero a Saleh al Arouri, el número dos de la oficina política de Hamás y en julio mató a Fuad Shukr, el jefe militar de Hezbolá. En este último, también han perdido la vida el comandante de la unidad de misiles de la milicia chií libanesa, Mohamed Ali Ismail, y a su adjunto, Hosein Ahmed Ismail. Fuera de territorio libanés, los largos brazos de los servicios de seguridad israelíes mataron al líder político de Hamás, Ismail Haniya, a finales del pasado mes de julio en Teherán, tras asistir a la ceremonia de investidura del nuevo presidente iraní Masoud Pezeshkian.

Tras el ataque contra el cuartel general de Hezbolá se publicaron informaciones contradictorias sobre el estado de salud de Nasralá. Fuentes iraníes confirmaron a varios medios que el secretario general del Partido de Dios no había resultado herido y se encontraba en un «lugar seguro». Sin embargo, la milicia chií rehusó pronunciarse, una clara señal de que algo iba mal. La confirmación, finalmente, ha venido por parte de Israel, más de 12 horas después de la ofensiva contra Dahiye. En el comunicado, el país hebreo asegura que «durante los 32 años de reinado de Hasan Nasralá como secretario general de Hezbolá fue responsable del asesinato de muchos civiles y soldados israelíes y de la planificación y ejecución de miles de actividades terroristas».

Israel acusa al líder de la milicia libanesa de «dirigir y ejecutar atentados terroristas en todo el mundo en los que fueron asesinados civiles de diversas nacionalidades». Asimismo, el país hebreo recordó que Hezbolá «se unió a la organización terrorista Hamás en su guerra contra el Estado de Israel el 8 de octubre. Desde entonces, ha continuado sus ataques sin descanso y no provocados contra los ciudadanos del Estado de Israel, arrastrando al Estado del Líbano y a toda la región a una escalada mayor». Como respuesta, la milicia chií libanesa lanzó un misil tierra-tierra contra el país vecino, impactando en un área abierta donde no causó heridos, y mantiene bajo fuego constante el norte. Israel, por su parte, ha mantenido los bombardeos contra «objetivos» de Hezbolá en el oriental Valle de la Becá, así como en diferentes áreas del sur del Líbano y el sur de Beirut.

La escalada en el conflicto entre la milicia chií libanesa y el país hebreo subió de nivel la semanada pasada, tras las explosiones de miles de buscapersonas y walkie-talkies, que utilizan los milicianos de Hezbolá para comunicarse, en una espectacular operación que se atribuye al Mosad, la agencia de Inteligencia exterior israelí. Este operativo permitió a Israel localizar a los altos comandantes de la organización terrorista que ha matado en ataques «selectivos» durante los últimos días, a los que, ayer, se sumó su gran líder Hasan Nasralá. La pregunta que vuelve a sobrevolar a la región es qué hará ahora Irán, el gran protector de la organización terrorista libanesa, una vez que Israel ha conseguido descabezar a su mayor fuerza militar en Oriente Medio.