Francia se planta ante la inmigración ilegal y utilizará «todos los dispositivos» de presión para acabar con ella
El nuevo ministro francés de Interior, Bruno Retailleau ha dado el primer paso para frenar la inmigración ilegal que asola al país europeo
Francia ha dicho basta. El nuevo ministro francés de Interior, Bruno Retailleau ha dado el primer paso para frenar la inmigración ilegal que asola al país europeo. Para ser más exactos, Retailleau se ha mostrado dispuesto a echar un pulso con los países de origen de aquellos inmigrantes que llegue a Francia de manera ilegal. Esta nueva iniciativa tendría como punto clave el acuerdo entre los países de origen para poder expulsar a los inmigrantes. Una medida que, en palabras del titular de Interior francés, pretende llevar a cabo con «todos los dispositivos» de presión.
En una larga entrevista al canal LCI emitida este domingo, Retailleau asumió el establecimiento de «una relación de fuerza» con esos países y cita en particular tres medios para concretar esa presión: la concesión de visados incluso a los dirigentes de esos países, la ayuda al desarrollo y los aranceles aduaneros.
El ministro también citó la intención de prolongar el periodo máximo de retención de los extranjeros en proceso de expulsión y duplicarlo de los 90 días actuales a 180. Una medida que «no es suficiente», dada la coyuntura actual. Asimismo, se declaró favorable a la «doble pena» para los extranjeros, es decir para su expulsión sistemática de Francia cuando terminen de cumplir su condena.
El asesinato de Philippine, detonante
La cuestión de la expulsión de extranjeros delincuentes ha pasado a estar en primera línea de la actualidad tras el asesinato el 20 de septiembre de una estudiante de 19 años, Philippine, cuyo cuerpo fue encontrado al día siguiente enterrado en el bosque de Boulogne, a las afueras de París.
El principal sospechoso es un joven marroquí de 22 años en situación irregular en Francia que estaba pendiente de ser expulsado a su país después de haber pasado cinco años en la cárcel por una violación que había cometido cuando era todavía menor.
El sospechoso, que fue arrestado en Suiza a petición de Francia que ha iniciado ahora una demanda de extradición, había quedado en libertad a comienzos de septiembre por la decisión de un juez, que consideró que no se lo podía mantener en retención más tiempo sin saberse si iba a llegar la autorización de Marruecos para expulsarlo allí.
Esa autorización de Rabat llegó pocos días después de su liberación bajo control judicial, pero desde el principio, el joven infringió su control judicial y, aparentemente, cometió el crimen de Philippine.