A falta del Rey, Sheinbaum agradece la presencia de los «diputados españoles» de Podemos y Bildu
La primera presidenta de México comienza su sexenio rodeada de controvertidas polémicas
Ha querido hacer un guiño a nuestro país saludando a los «diputados españoles que nos acompañan»
Nombró a Pisarello (Podemos) y se olvidó de Iñarritu (Bildu) que fue invitado por Morena
Los dos hijos de Claudia Sheinbaum estudiaron en instituciones públicas españolas
Curiosamente, Sheinbaum ha querido reflejar su unión con «la comunidad internacional, las 105 delegaciones extranjeras que la acompañan y la amistad que les une» en su toma de posesión. Durante una ceremonia en la Cámara de Diputados a la que no asiste ningún alto representante de España debido a que no se invitó a la misma al Rey Felipe VI. Un personaje de alto perfil, figura diplomática fundamental, que brilla por su ausencia por la tradición de acudir a cada toma de posesión de un presidente hispanoamericano.
Durante una ceremonia en la que Sheinbaum rechazó invitar al Monarca acusándolo «por no reconocer el daño causado a los pueblos originarios por la colonización, entre los siglos XVI y XIX». La excusa populista fue que no respondió ni pidió, publica y oficialmente, un perdón por la Conquista Española hace cinco años. Cuando López Obrador envió una insultante carta en la que nos tachaba de «conquistadores abusadores».
En cambio, la presidenta electa prefirió agradecer la presencia de Josep Borrell, «como vicepresidente de la Comisión Europea» aunque se supone que ejercía «como Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores».
Prosiguió, entre aplausos, entretanto manifestaba su júbilo «por la presencia de algunos diputados españoles como Gerardo Pisarello», diputado electo por Barcelona de Sumar–En Comú Podem. «Y muchos otros que están con nosotros», concluía la mandataria.
Pisarello, semanas antes, se habría referido a la obligada ausencia del Rey como una «arrogancia» y una «enorme torpeza diplomática».
También asistió Jon Iñarritu, de Bildu. Invitado por Morena (el partido al que pertenece Sheinbaum y que fundó AMLO), una formación con la que mantienen una «estrecha relación desde hace varios años».
«Siento emoción y responsabilidad», declaraba Sheinbaum al tomar el poder como la primera presidenta de México. «No les voy a defraudar», asentía como la última frase que recordaba, como la protegida de López Obrador, a los mensajes naif lanzados por AMLO en su toma de poder en diciembre de 2018.
La izquierdista exalcaldesa de Ciudad de México, de 62 años, asumirá el poder en el país de habla hispana más poblado del mundo, con 129 millones de habitantes, en presencia de numerosos dignatarios extranjeros, como el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden.
Es una tradición que una comitiva acompañe al mandatario que tome el poder. En este caso, la delegación de la extrema izquierda de la nación hermana no fue discreta. Rodeada de cientos de seguidores salía de su casa colapsando la autovía a su paso.
La política se movía en un Volkswagen antiguo y destartalado, semejante con el que accedió AMLO al Palacio Nacional, en su primer día de Gobierno.
A pesar del gesto, tal y como nos destacó el prestigioso periodista Carlos Loret de Mola, el presidente saliente de México salió ayer de la residencia oficial, para deleite de las cámaras, como copiloto de una lujosa Chevrolet ‘Suburban’ blindada, propia de los ‘fifís’ mexicanos. Traducido como cursi y el adjetivo con el que el político de Tabasco suele denominar a los ricos para enfrentarlos a los más humildes.
En un país con 9,1 millones sumidos en la pobreza extrema que se ha convertido en uno de los más desiguales de Hispanoamérica.
Miles de fotografías, selfies y abrazos sumían en una marea de diputados en su entrada hacia la Tribuna en la Cámara de Diputados. La primera equivocación de Sheinbaum fue al tomar la jura del cargo que en vez de «prometer» soltó un «protesto, guardar y hacer guardar la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos».
Un traspiés que podría vislumbrase como lo que le espera a un pueblo mexicano que se enfrenta a una época de incertidumbre en la que, por ejemplo, los empresarios españoles nos confesaban «que eran más optimistas que en el sexenio anterior». Por ahora, las 'equivocaciones' en las uniones políticas nos llevan a pensar lo contrario.