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Claudia Sheinbaum coge la mano de AMLO y de Ifigenia Martínez

Claudia Sheinbaum coge la mano de AMLO y de Ifigenia MartínezAFP

Sheinbaum insiste en criticar en su toma de posesión la Conquista por «los invasores españoles»

La presidenta de México vuelve a cargar contra el legado (fundamental) de nuestra nación en Hispanoamérica y ningunea nuestro pasado en unas indignantes declaraciones

A Claudia Sheinbaum no sólo le esperaban sus fieles seguidores comunistas que se arremolinaban para conseguir un selfie durante toda su comitiva.

En el exterior de la Cámara de Diputados, exhortaba libertad una manifestación contra la controvertida Reforma Judicial mexicana que restará democracia en un país donde la corrupción, tristemente, lo invade todo en nuestra nación hermana.

Mientras, en el interior la presidenta electa alababa, con el sempiterno discurso, el legado del ya expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el que ha sido su jefe hasta hoy.

Como su sucesora a la que aupó al poder y a la que, seguramente, seguirá dejándose mover sus hilos cual marioneta, Sheinbaum vuelve a copiar los desafortunados desaires de AMLO con nuestra nación.

Primero en la toma de posesión era notoria la ausencia del Rey Felipe VI y de una comitiva oficial del Gobierno de España que rechazó ir por la ausencia del Monarca. No contenta, rodeada de 105 delegaciones extranjeras, a excepción de la nuestra. Se refirió a los pueblos indígenas y consideró a España como «el invasor».

Para continuar en su obsesión compartida: «El origen de la grandeza cultural de México reside en las grandes civilizaciones que vivían en esta tierra siglos antes de que invadieran los españoles».

Eso sí, prefirió rodearse de Ifigenia Martínez, la primera mexicana en graduarse en Harvard en el siglo pasado, en un acto lleno de gestos impostados.

No obstante, se olvida de que España es el mayor inversor de México, tras los Estados Unidos. Y no sólo en lo económico les dejamos un legado, si no uno cultural como los colegios de Ciudad de México a Guadalajara que fundaron diferentes congregaciones religiosas españolas. Mucho antes de que existiera Harvard.

A la vez dos de los hijos de Sheinbaum (entre ellos la única biológica) han estudiado en universidades públicas españolas como la de Barcelona o Valencia. Su marido residió en Madrid 18 años como directivo del Banco Santander, entretanto la presidenta venía a menudo a visitarle.

Parece que no les tratamos tan mal, o por lo menos sólo recuerdan las sombras, y ninguna luz (que hubo muchas) de la Conquista. Estaremos expectantes ante los nuevos reproches que, intentando seguir el ejemplo real, intentaremos recibir con elegancia.

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