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El aeropuerto de Karachi ha sido el lugar del crimen

El aeropuerto de Karachi ha sido el lugar del crimenEFE

Un atentado en el aeropuerto de Pakistán deja al menos dos muertos

Un ataque dirigido contra un convoy de ingenieros chinos resalta los peligros de la inversión extranjera en medio de la creciente violencia en la región

Al menos dos ciudadanos chinos han perdido la vida y varias personas resultaron heridas en un ataque terrorista ocurrido la noche del domingo en las cercanías del aeropuerto internacional de Karachi, un incidente que pone de relieve la creciente violencia contra los trabajadores extranjeros en Pakistán. El atentado, que se produjo en torno a las 23:00 hora local, fue dirigido contra un convoy de la compañía eléctrica Port Qasim Limited, que transportaba a ingenieros chinos, una parte integral de la fuerza laboral del multimillonario Corredor Económico China-Pakistán (CPEC).

Según un comunicado emitido por la Embajada china en Pakistán, la explosión fue reivindicada por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), un grupo armado que ha llevado a cabo ataques contra ciudadanos chinos en el país. Este grupo opera principalmente en la provincia de Baluchistán y ha sido responsable de varios incidentes similares en los últimos años, coincidiendo con la creciente inversión de China en Pakistán. El CPEC, un ambicioso proyecto de infraestructura valorado en 60.000 millones de dólares, ha convertido a Pakistán en un punto focal de las inversiones chinas en la región, lo que ha generado tensiones con grupos separatistas como el BLA.

La Embajada china ha lanzado un «plan de emergencia inmediato» y ha instado a las autoridades paquistaníes a realizar una investigación exhaustiva y a tomar todas las medidas necesarias para proteger la seguridad de sus ciudadanos. Este incidente se suma a una serie de ataques dirigidos a trabajadores chinos en el país, lo que ha alimentado la preocupación sobre la seguridad en la región. En marzo, seis personas murieron, incluidos cinco ingenieros chinos, cuando un atacante suicida detonó explosivos contra un convoy en el distrito de Shangla, Khyber Pakhtunkhwa.

La situación de seguridad en Pakistán ha sido objeto de creciente preocupación, especialmente en áreas donde la influencia de grupos extremistas es fuerte. La explosión inicial había sido confundida por las autoridades con un accidente, pero rápidamente se clarificó que se trataba de un atentado dirigido. La comunidad internacional, junto con Pekín, observa de cerca estos desarrollos, dado que la seguridad de los trabajadores extranjeros es fundamental para la implementación de proyectos estratégicos como el CPEC.

El ataque pone de manifiesto los retos de la colaboración entre China y Pakistán, que han cultivado una relación estratégica desde la década de 1950, pero que enfrenta obstáculos significativos debido a la inestabilidad en ciertas regiones. La embajada china en Islamabad ha instado a sus ciudadanos a mantenerse vigilantes y a seguir de cerca la situación de seguridad, un consejo que resuena profundamente en el contexto actual de inseguridad.

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