Alemania, Francia e Italia piden «acelerar» la expulsión de los inmigrante ilegales y España se desmarca
Según la agencia fronteriza Frontex, las tres principales nacionalidades de inmigrantes que ingresaron irregularmente a la UE en lo que va de año son Siria, Malí y Afganistán
Los ministros de Interior de los países de la Unión Europea discutieron en Luxemburgo un refuerzo de la política migratoria del bloque, incluyendo una controvertida idea de crear centros de retorno situados en terceros países.
Se trata de la idea de crear «return hubs» o centros establecidos en un territorio fuera de la UE donde se reenvíen a inmigrantes o demandantes de asilo no aceptados para procesar la expulsión a sus países de origen.
Hungría e Italia lanzaron sobre la mesa la idea de los centros de retorno, inspirada en una iniciativa adoptada por el gobierno italiano, que permitió la ubicación en Albania de dos centros de retención de acogida de inmigrantes no aceptados.
La idea es similar a una iniciativa del gobierno británico, ya descartada, de ubicar un centro de inmigrantes rechazados en Ruanda.
Los máximos dirigentes de la UE tienen en agenda una cumbre en Bruselas en la próxima semana, una reunión en cuyo programa se contempla la discusión del refuerzo de la política migratoria y el control de las fronteras externas del bloque.
«En principio, no debemos descartar ninguna solución», dijo el ministro francés de Interior, el conservador Bruno Retailleau.
De su lado, la ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, puntualizó que el aspecto «más difícil de resolver en la práctica» era identificar «Estados asociados» en condiciones de recibir esos centros.
Francia y Alemania se suman
Francia y Alemania expresaron su apoyo a una carta lanzada originalmente por Países Bajos y Austria para pedir que la salida de los migrantes no aceptados sea «facilitada» y «acelerada».
Este encuentro tuvo lugar apenas unos meses después de que la UE adoptara una amplia reforma de todo su sistema de migración y asilo.
En ese nuevo plan, que entrará en vigor en junio de 2026, se refuerza los procedimientos fronterizos y se establece un sistema por el cual todos los países del bloque deben recibir inmigrantes o deben aportar dinero.
No obstante, un importante grupo de países miembros sostiene que la reforma del sistema migratorio y de asilo no es suficiente, y 15 de ellos pidieron en mayo la creación de esos centros de retorno, fuera del bloque.
Una fuente diplomática apuntó a AFP que una opción posible contempla pedir a los países aspirantes a la membresía de la UE que alberguen dichos centros, lo que permitiría al bloque mantener una mayor influencia en ellos.
Otra fuente diplomática advirtió que se necesitaban evaluaciones legales y de derechos fundamentales para verificar la viabilidad de un proyecto de este tipo.
España, por su lado, se opone a estas propuestas y cree que la solución estriba en agilizar la aplicación de la reforma del sistema de asilo que se aprobó hace unos meses y cuyas negociaciones se prolongaron durante seis años. «Nosotros traemos la cuestión, evidentemente, como dijo el presidente del Gobierno, de la importancia de implementar el pacto a la mayor brevedad posible», aseguró el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska a su entrada a la reunión en una referencia al discurso de Pedro Sánchez en el Congreso de los diputados.
La crisis migratoria continúa
El año pasado, menos del 20 % de las casi 500.000 personas a las que se ordenó abandonar el bloque fueron efectivamente devueltas a sus países de origen, de acuerdo con datos estimativos de la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat.
Según la agencia fronteriza Frontex, las tres principales nacionalidades de inmigrantes que cruzaron irregularmente a la UE en lo que va de año son Siria, Malí y Afganistán.
Se trata de países con los que la UE no tiene relaciones o, en el mejor de los casos, tienen relaciones difíciles.
La UE llegó a negociar acuerdos con Túnez y Libia para que frenen la llegada de migrantes, pero estas iniciativas desencadenaron muchas polémicas y denuncias de malos tratos en estos países.
Los cruces fronterizos irregulares cayeron un 39 %, a casi 140.000, en los primeros ocho meses de 2024, en comparación con el mismo período del año pasado, según Frontex.