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Una patrulla de los cascos azules en el sur del LíbanoEFE

La ONU asegura que los cascos azules «permanecerán en sus posiciones» y Netanyahu promete «atacar sin piedad»

El medio estadounidense ´The Washington Post´ señala que el plan de Netanyahu es atacar objetivos militares iraníes

A pesar de la intensificación de los combates entre Israel y Hezbolá y los recientes ataques que dejaron cinco soldados de la ONU heridos, los cascos azules de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (Finul) permanecerán en sus posiciones, rechazando los llamados israelíes para replegarse de las áreas cercanas a la frontera. Así lo confirmó el lunes Jean-Pierre Lacroix, jefe de las fuerzas de paz de la ONU, quien aseguró que la decisión fue ratificada por el secretario general António Guterres.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reiterado en varias ocasiones que las fuerzas de la ONU deberían retirarse de las posiciones próximas a la Línea Azul, la zona de 120 kilómetros que separa a Israel y Líbano. Netanyahu argumenta que Hezbolá está utilizando las instalaciones y posiciones de la Finul como cobertura para llevar a cabo sus ataques contra Israel, lo que pone en peligro tanto a los cascos azules como a los civiles israelíes en las áreas fronterizas.

Netanyahu negó que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) hayan atacado deliberadamente a las tropas de la ONU, pese a que la Finul denunció disparos repetidos y deliberados contra sus instalaciones, afirmaciones que el ejército israelí ha desmentido rotundamente. Los recientes ataques han generado tensiones crecientes entre Israel y las Naciones Unidas, con el gobierno israelí instando a la comunidad internacional a intervenir para evitar que sus tropas sean blanco de ataques indiscriminados.

En respuesta a estas acusaciones, el Consejo de Seguridad de la ONU manifestó el lunes su «gran preocupación» por la situación, condenando los ataques sufridos por la Finul y pidiendo a todas las partes en conflicto que respeten la seguridad del personal de la ONU. En su declaración, los 15 miembros del consejo recordaron que tanto las fuerzas de paz como las instalaciones de Naciones Unidas nunca deben ser blanco de ataques, aunque no mencionaron explícitamente a Israel como responsable de los disparos.

El apoyo a la misión de la Finul no solo ha venido de la ONU. El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, cuyo país tiene un contingente significativo de soldados desplegados en Líbano, respaldó la decisión de mantener a las fuerzas de paz en sus posiciones. «No va a haber retirada de la Finul», afirmó Sánchez, alineándose con las directrices de la ONU. España, al igual que otros países que contribuyen con tropas a la misión, considera que la presencia de la Finul es clave para evitar una mayor escalada en el conflicto entre Israel y Hezbolá.

Imágenes de los cascos azules en una patrulla de vigilancia en Líbano

La misión de la Finul fue establecida en 1978 para supervisar la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano, pero desde entonces ha estado en medio de múltiples enfrentamientos entre Israel y diversas facciones armadas libanesas, especialmente Hezbolá. En 2006, tras la segunda guerra entre Israel y Hezbolá, la Finul recibió un mandato ampliado en virtud de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que exige el despliegue exclusivo de las fuerzas de paz de la ONU y el ejército libanés en el sur de Líbano.

La situación en Líbano se está convirtiendo en una crisis humanitaria. En el norte del país, un reciente bombardeo israelí en la localidad cristiana de Aitou dejó 21 muertos, lo que ha causado consternación internacional. Según informes del Ministerio de Salud de Líbano, Israel ha atacado no solo áreas residenciales, sino también equipos médicos y de rescate.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha hecho un llamado urgente para que se respete la neutralidad de los servicios de salud en Líbano, tras denunciar que los bombardeos israelíes han impactado a personal médico. Mientras tanto, las misiones de rescate se han vuelto extremadamente peligrosas, ya que los bombardeos apuntan directamente a las áreas donde operan los equipos de emergencia.

Al mismo tiempo que se desarrolla el conflicto en Líbano, la Franja de Gaza sigue siendo escenario de intensos combates entre Israel y Hamás. Desde el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó una ofensiva sin precedentes contra el sur de Israel, las fuerzas israelíes han respondido con una serie de bombardeos que han dejado decenas de miles de muertos y heridos, en su mayoría civiles.

El ejército israelí informó que el lunes bombardeó un «centro de mando» de Hamás ubicado en el complejo de un hospital en Gaza, lo que agravó aún más la ya crítica situación en la región. Según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, el conflicto ha cobrado la vida de más de 42.000 palestinos desde el inicio de los combates, mientras que Israel sigue enfrentándose a ataques con cohetes y drones lanzados desde la Franja y otras partes de la región.