Conmoción por el ataque de Israel contra una ciudad de mayoría cristiana que acabó con 23 personas
Preguntado al respecto por El Debate, el portavoz del Ejército israelí, el capitán Roni Kaplan, señaló que el ataque tenía como objetivo un miembro de Hezbolá
Israel ha ampliado su ofensiva contra el Líbano y, este lunes, la aviación israelí atacó, por primera vez desde que iniciara su intensa campaña de bombardeos contra el país vecino el pasado mes de septiembre, una zona de mayoría cristiana maronita, concretamente la ciudad de Aitou, perteneciente al distrito de Zgharta, al norte del Líbano. El ataque iba dirigido contra un edificio residencial que colapsó por completo tras el impacto de una bomba de aproximadamente 500 kg, acabando con la vida de 23 personas, la mayoría mujeres y niños.
La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) informó de que el inmueble albergaba a una familia que había huido previamente de los incesantes bombardeos israelíes contra el sur del país. El propietario del edificio, Elie Alawan, en declaraciones a ANN, explicó que hace unos diez días alquiló la casa de cuatro plantas a los miembros de la familia Hijazi –dos hombres, seis mujeres– desplazados desde Aitaroun, en la frontera con el país hebreo, después de que su casa fuera destruida por los ataques aéreos israelíes. De los 27 miembros de esta familia, tan solo han sobrevivido cuatro.
Las imágenes de los restos del edificio se han difundido ampliamente por redes sociales, donde tan solo queda en pie un pequeño sótano, mientras que los colchones e incluso las maletas aún por deshacer aparecen entre los escombros cubiertas de polvo. Los equipos de rescate de la Cruz Roja Libanesa han trabajado durante casi un día entero para identificar y recuperar los cuerpos sin vida de las víctimas del bombardeo. Este ataque israelí contra una zona de mayoría cristiana maronita genera aún mayor pavor entre los libaneses que temen que Israel ya no haga diferencias entre confesiones.
El Ejército hebreo había concentrado, hasta ahora, sus ofensivas principalmente contra áreas de mayoría chií en el sur y el este del Líbano, así como contra el barrio de Dahiye, en Beirut, considerad el feudo de Hezbolá. Por lo que el bombardeo contra la ciudad de Aitou sienta un peligroso precedente. Preguntado al respecto por El Debate, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el capitán Roni Kaplan, señaló que el ataque tenía como objetivo un miembro de Hezbolá. «Se está investigando la afirmación de que murieron civiles como consecuencia del bombardeo», añadió. Asimismo, una fuente de seguridad libanesa afirmó a la agencia de noticias AFP que el edificio fue «atacado poco después de que un hombre llegara en un automóvil».
Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos instó este martes a la apertura de una investigación independiente ante el alto número de víctimas civiles. «Se estima que entre los muertos había doce mujeres y dos niños», lamentó el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Jeremy Laurence. «Con estos factores en mente, tenemos dudas sobre el cumplimiento de las leyes de la guerra y los principios de distinción, precaución y proporcionalidad» por parte de Israel, denunció el portavoz de la ONU.
El bombardeo israelí tiene lugar después de que Hezbolá lanzara el ataque con drones más letal contra el Estado judío en este año de guerra. Este domingo, la milicia chií libanesa consiguió alcanzar una base militar de la Brigada Golani en Binyamina, al sur de Haifa, matando a cuatro soldados israelíes e hiriendo a más de 50. Los cuatro soldados, informaron las FDI en un comunicado, tenían 19 años y estaban realizando un entrenamiento de infantería cuando recibieron el impacto de un dron de fabricación iraní. Hezbolá reconoció la autoría y explicó que se trataba de una represalia por los ataques israelíes contra el centro de Beirut.