La eliminación de Sinwar puede cambiar el curso de la guerra para Israel
El país celebra la muerte del 'carnicero de Jan Yunis' mientras los familiares de los rehenes de Hamás desconocen como afectará a los secuestrados
Ya horas antes de llegar el comunicado oficial del ejército israelí sobre la eliminación de Yehia Sinwar, el jefe de Hamás en la Franja de Gaza, ciudadanos israelíes recibían con entusiasmo las noticias. Por doquier circulaban las informaciones según las cuales en la práctica se daba como hecho su muerte y lo que todos destacaban era lo histórico del logro por lo que él simbolizaba: fue el cerebro que planeó la masacre del 7 de octubre del año pasado, con sus más de 1200 muertos y más de 250 secuestrados.
«Se hizo justicia», es el comentario fundamental que circuló desde media tarde por las redes sociales y los medios israelíes, apenas fue publicado un comunicado del ejército y el servicio de seguridad en el que presentaban como «altamente probable» que Sinwar esté muerto.
En una playa de Tel Aviv se avisó por los altavoces la noticia y los bañistas celebraron, así como ocurrió en algunas calles de Jerusalén al son de una música con textos bíblicos y en la ciudad de Netivot en el sur donde fueron filmados fuegos artificiales en señal de festejo.
Los periodistas israelíes que informaron sobre la dramática noticia no escatimaron en adjetivos para describir a Sinwar como «archi asesino», «artífice de la gran matanza del 7 de octubre», «un terrorista cruel y sin escrúpulos», recalcando repetidamente lo que presentaron como un gran logro, a poco más de un año después de la masacre que él organizó.
Y ahora, lo que se destaca ampliamente es que la muerte de Sinwar puede ser lo que permita concretar la liberación de los secuestrados.
«La eliminación de Sinwar es algo que cambia toda la situación», comentó en el canal N12 el general (retirado) israelí Ziv, ex jefe de Operativos en las Fuerzas de Defensa de Israel. «Y ahora hay que aprovechar este momento para desplegar todos los esfuerzos necesarios para recuperar a los secuestrados».
En el mismo tono habló el ex director del Consejo Nacional de Seguridad General (retirado) Giora Eiland, quien desde hace meses exhorta a cambios contundentes en la forma en que Israel maneja la guerra, criticando por ejemplo la introducción de ayuda humanitaria a Gaza sin supeditarla a la liberación de los secuestrados. «Lo que debe hacer ahora el primer ministro –y no estoy seguro de que realmente lo haga– es proclamar públicamente que Israel está dispuesto a terminar la guerra, si le son devueltos todos los secuestrados, los 101 que están en la Franja de Gaza».
Pues Netanyahu se dirigió a la nación en un mensaje filmado y transmitido por los canales de televisión para confirmar la eliminación de Sinwar, diciendo que «tal como nos hemos comprometido, hemos saldado la cuenta con Sinwar». Su mensaje no fue exactamente como el antes planteado, pero bastante similar.
Si bien dijo que «la guerra no ha terminado», formuló un llamado clave: «A todos los que tienen a nuestros secuestrados, les digo que quien deponga sus armas y devuelva a nuestros secuestrados, le permitiremos salir y vivir. De la misma forma digo que quien dañe a nuestros secuestrados, será responsable por su propia muerte».
Y agregó: «La recuperación de todos nuestros secuestrados es la oportunidad para alcanzar todos nuestros objetivos y acerca el fin de la guerra».
No está claro cómo se puede concretar
Diversos analistas comentaron que Israel debe moverse con rapidez para lograr cambiar algo en este tema. Una de las sugerencias es que se publique un número de teléfono con el que se pueda conectar quien tiene en su poder secuestrados, con la promesa que si los entrega, recibe una suma importante de dinero y la posibilidad de salir de Gaza al extranjero para iniciar una nueva vida.
Esto, opinó el general (retirado) Noam Tibon –que el 7 de octubre luchó contra terroristas en el sur, donde vive su hijo, aunque hace mucho que ya no está en servicio militar– debe ir acompañado de una iniciativa política amplia que involucre a otros países de la región, que pueda bloquear al Eje del Mal encabezado por Irán.
Pero las grandes expectativas respecto a las perspectivas en el tema de los secuestrados, que supuestamente abre la eliminación de Sinwar, van acompañadas de mucho temor de parte de los familiares de muchos de ellos.
Itzik Horn, dos de cuyos tres hijos están secuestrados, dijo que «claro que es bueno que Sinwar ya no esté, pero no puedo decir que estoy feliz, porque no sé si esto arriesga o no más a mis hijos». Daniel Lifshitz, cuyo abuelo Oded (84) del kibutz Nir Oz está aún secuestrado, declaró que «claro que es una excelente noticia que Sinwar esté muerto, todos los que aman la libertad deben celebrar», pero agregó de inmediato que «ahora el desafío es que esto se traduzca en el regreso de todos, eso es lo que debemos conseguir».
También Einav Zangauker, cuyo hijo Matan se halla en Gaza desde hace ya más de un año, dijo que «la prueba de todo, lo que verdaderamente cuenta, es que mi hijo y todos los demás secuestrados vuelvan a casa».