Yahya Sinwar, el 'carnicero de Jan Yunis' y cerebro de la masacre del 7 de octubre contra Israel
El líder de Hamás pasó 23 años en un cárcel israelí condenado a cuatro cadenas perpetuas y fue liberado en 2011 durante el intercambio de más de 1.000 presos palestinos por el soldado israelí Gilad Shalit
Al líder de Hamás, Yahya Sinwar, se le perdió la pista el mismo día que sus milicianos ejecutaron el mayor atentado terrorista contra Israel de su corta historia. El 7 de octubre de 2023 miles de milicianos se infiltraron en el sur del país hebreo montados en motocicletas, camionetas e, incluso, parapentes. Los terroristas mataron en apenas unas horas de horror a más de 1.200 personas y tomaron como rehenes a 250. Tras un año de guerra en el enclave, de los 101 cautivos, 35 han sido declarados muertos por las autoridades de Israel. Desde esa sangrienta jornada, Sinwar pasó a la clandestinidad.
A pesar de la amplia y avanzada red de Inteligencia con la que cuenta el país hebreo, la Franja se ha convertido en un agujero negro desde que Hamás llegara al poder en 2006. Lo más cerca que estuvo Israel, hasta ahora, de dar con Sinwar fue el pasado mes de febrero cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) accedieron a las grabaciones de una cámara de seguridad de uno de los túneles que atraviesa el subsuelo del enclave, en la sureña ciudad de Jan Yunis. En estas imágenes, se podía distinguir al líder de Hamás junto a una de sus esposas y sus hijos moviéndose por las galerías, acechado por la llegada de las tropas hebreas.
Ya en ese momento, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, le advirtió de que «la caza no se detendrá hasta que lo capturemos, vivo o muerto. Estamos decididos a capturarlo, y lo haremos». Ocho meses después, la amenaza de Hagari se ha cumplido. Sinwar ha sido el enemigo número 1 de Israel desde hace más de un año. Tras la muerte, también en un ataque israelí, del líder de buro político de la organización islamista, Ismail Haniya, el pasado mes de julio en Teherán, el líder de Hamás en Gaza se convirtió en la máxima autoridad. Se cree que fue Sinwar, junto a un reducido grupo de acólitos, quien ideó minuciosamente la masacre del 7 de octubre, consciente de la brutal respuesta de Israel contra su propio pueblo.
Sinwar nació hace 62 años en el campo de refugiados de la ciudad gazatí de Jan Yunis. Su familia, sin embargo, era originaria de la ciudad de al-Majdal, en el sur de Israel– ahora Ashkelon– de donde fueron expulsados a la fuerza en 1948, en lo que los palestinos se refieren como la Nakba o «catástrofe». Sinwar se unió a Hamás cuando el jeque Ahmed Yasin fundó el grupo en la época en que comenzó la primera Intifada palestina en 1987. Sinwar creó el aparato de seguridad interna del grupo al año siguiente y pasó a dirigir una unidad de Inteligencia dedicada a descubrir y castigar sin piedad a los colaboradores de Israel.
En 1988, fue detenido por su mayor enemigo. Israel condenó a Sinwar a cuatro cadenas perpetuas. El líder de Hamás confesó entonces haber matado a 12 presuntos colaboradores, y dos soldados israelíes, lo que le valió el mote del 'carnicero de Jan Yunis'. Según la transcripción de un interrogatorio con agentes de seguridad publicada en medios israelíes, Sinwar confesó haber estrangulado con una kufiya –pañuelo tradicional de Oriente Medio– a un presunto colaborador en un cementerio de Jan Yunis. Durante su largo encarcelamiento, 23 años, aprendió perfectamente el idioma de sus carceleros, el hebreo, y estudió a la sociedad israelí. En prisión, se convirtió en la voz de los reclusos y llegó a organizar huelgas para exigir unas mejores condiciones.
En 2008 fue tratado de un tumor cerebral por médicos israelíes. Tres años después, en 2011, fue liberado durante el intercambio de más de 1.000 presos palestinos a cambio del soldado israelí Gilad Shalit, retenido en Gaza. En 2017 ascendió en la jerarquía del grupo terrorista hasta convertirse en el líder de Hamás en la Franja. El resto de su vida ya es historia, pero sin duda su mayor carnicería, hasta el día de su muerte, fue el atentado terrorista del 7 de octubre de 2023 que condenó a la región a precipitarse hacia una guerra total.