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Partidarios de los hutíes de Yemen corean consignas mientras se reúnen con una foto del líder de Hamás, Yahya SinwarAFP

Israel curó al líder de Hamás, Yahya Sinwar, de un tumor cerebral en 2008

Sinwar pasó más de 20 años encerrado en la cárcel de Nafha, sentenciado a cuatro condenas perpetuas, aprovechó el tiempo para estudiar a la sociedad israelí e incluso escribió una novela

La historia del líder de Hamás, Yahya Sinwar, se podría resumir bajo el título de Crónica de una muerte anunciada. El fundamentalista pasó más de 20 años en la cárcel israelí de Nafha, sentenciado en 1988 a cuatro condenas perpetuas acusado de matar a palestinos sospechosos de colaborar con Israel. Durante su estancia en prisión, hace ya más de 16 años, Sinwar se aquejó de un fuerte dolor de nunca que le incapacitaba, incluso, a mantenerse en pie. En ese momento, un joven dentista israelí llamado Yuval Bitton advirtió de que esos síntomas podrían ser compatibles con un tumor cerebral.

Bitton acertó de lleno y el líder de Hamás fue operado, como obliga la legislación, por médicos israelíes que en 2008 le salvaron la vida. Casi 20 años después, Sinwar demostró su gratitud a Israel planeando y ejecutando el peor atentado terrorista en la historia del Estado judío. Por orden y mandato del líder fundamentalista, el 7 de octubre de 2023, miles de milicianos de Hamás se infiltraron en el sur del país hebreo, matando a más de 1.200 israelíes y secuestrando a otros 250. Esta masacre precipitó la guerra en la franja de Gaza que, tras más de un año, ha matado a más de 42.000 palestinos. Pero Sinwar ya sabía que la respuesta israelí sería devastadora para su pueblo y, aun así, siguió adelante.

Para la mayor parte de la sociedad israelí, el 7-O supuso una conmoción. Sin embargo, para Bitton, quien llegó a conocer bien al líder de Hamás con quien entabló relación durante su enfermedad, aseguró que en cuánto se enteró de la masacre contra el sur de Israel, inmediatamente supo quién estaba detrás. «Conozco a la persona que planeó, concibió e inició este ataque criminal», explicó durante una entrevista con la CNN, el pasado mes de junio. «Lo conozco desde 1996, no solo a él sino a todo el liderazgo de Hamás en Gaza, y para mí estaba claro que esto era lo que estaban planeando», declaró.

El médico israelí, que años después de tratar a Sinwar cambió la bata blanca por el uniforme de oficial, confesó haber pasado «cientos de horas» conversando con el que se convertiría en el terrorista más buscado de Israel. «El día que fue liberado en el acuerdo por [Gilad] Shalit en 2011, me dijo que me debía la vida y que un día me lo pagaría», recordó Bitton. Pero esa promesa nunca se cumplió, es más, su sobrino Tamir Adar fue asesinado por milicianos de Hamás el 7 de octubre de 2023, durante los ataques al kibutz Nir Oz.

Adar, 38 años, fue gravemente herido durante aquella jornada sangrienta y arrastrado a Gaza. «Intentó luchar contra sus atacantes, no tenían ninguna posibilidad. Fue secuestrado y murió horas después en la Franja», relató a la cadena estadounidense. Basándose en sus conversaciones y conocimiento sobre Sinwar, Bitton aseguró que «sólo era cuestión de tiempo para que Hamás actuara contra nosotros e intentaran expulsarnos del lugar en el que vivimos». El líder de la organización terrorista palestina convirtió su larga estación en la prisión de su «enemigo» en una oportunidad para conocer desde dentro a la sociedad israelí, detectar sus debilidades y aprovecharlas en un futuro.

Durante su tiempo entre rejas, Sinwar escribió la novela La espina y el clavel, a lo largo de sus 202 páginas describe su propia vida. El protagonista, un joven gazatí llamado Ahmed sale de la clandestinidad durante la guerra árabe-israelí de 1967. Este conflicto moldea profundamente su personalidad hacia un absoluto fanatismo y odio a Israel. En el libro, su alter ego Ahmed también castiga con dureza a todos aquellos que colaboran con el «enemigo sionista». El líder de Hamás se apuntó a un programa universitario en línea y devoró las noticias israelíes. Tradujo al árabe decenas de miles de páginas de autobiografías escritas por antiguos jefes de la agencia de seguridad israelí, Shin Bet, y aprendió hebreo a la perfección.

En una de las pocas entrevistas que concedió a medios internacionales, Sinwar confesó, una vez liberado, que «la captura de soldados israelíes era la táctica probada para liberar a los palestinos encarcelados por Israel». En 2023, quiso poner a prueba su teoría secuestrando a 250 personas, sin embargo, los cálculos no fueron los correctos. Israel optó por la presión militar, y en más de un año de guerra, tan solo se ha acordado una tregua, el pasado mes de noviembre, donde Hamás liberó a 105 cautivos a cambio de la liberación de 240 presos palestinos.

Ahora, la muerte de Sinwar en un ataque de las fuerzas israelíes este miércoles en la sureña ciudad de Rafah, en Gaza, abre las puertas a un posible alto el fuego y, por tanto, la vuelta a casa de los 101 cautivos que permanecen aún en el enclave palestino. Israel le salvó la vida en 2008, pero 16 años después fue eliminado de manera arbitraria durante una patrulla rutinaria. Las imágenes de sus últimos momentos muestran a un Sinwar malherido con una máscara, sentado en un sillón, tratando de derribar con un palo el dron que captaba cómo el líder de Hamás, el cerebro del 7-O y mayor enemigo de Israel, moría solo fruto de un golpe de suerte.