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Gisèle Pelicot, a su llegada al Tribunal de Aviñón (sureste)AFP

Giséle Pelicot vuelve a enfrentarse a su pesadilla: «Soy una mujer destruida y no sé cómo me voy a levantar»

A preguntas de los abogados de las defensas, Pelicot afirmó que «entiende» las peticiones de perdón de algunos acusados, pero que para ella son «inaudibles»

Gisèle Pelicot ha vuelto, este miércoles, al juzgado de Aviñón, en Francia, donde está teniendo lugar el macrojuicio por violación y sumisión química que sufrió durante más de 50 años a manos de su marido y decenas de hombres anónimos. En medio de la gran expectación que generan sus declaraciones, Pelicot defendió que «no tengo que tener vergüenza, no tengo nada a reprocharme, he sufrido 100 violaciones».

La mujer, de 72 años, ha decidido hacer público este juicio para acabar con la estigmatización que, normalmente, generan estos tipos de procesos y poner la mirada en los acusados. En este sentido, en esta ocasión, se ha dirigido especialmente a las mujeres que defienden a estos hombres acusados de violación.

«Estas madres, hermanas, mujeres, han contado que sus hermanos y maridos eran excepcionales. Yo también tenía un hombre excepcional, pero el perfil del violador puede estar en la familia, en los amigos», aseveró al volver a intervenir como testigo en el Tribunal de Aviñón.

Igualmente, afirmó estar «destruida»: «Soy una mujer completamente destruida y no sé cómo me voy a levantar. No sé si mi vida dará para entender todo lo que me ha ocurrido».

A preguntas de los abogados de las defensas, Pelicot afirmó que «entiende» las peticiones de perdón de algunos acusados, pero que para ella son «inaudibles». «Se excusan ellos mismos», dijo.

Del mismo modo, aprovechó su nuevo testimonio para reiterar que no hay distintos grados de violaciones: «Hay violación y ya», después de que algunos abogados hayan tratado de rebajar la gravedad de las acciones de sus clientes.

«Para mi son violadores y lo seguirán siendo», sentenció Gisèle Pelicot, que mostró su enfado por algunos de los testimonios de los acusados y algunas de las preguntas de los abogados defensores..

La última vez que tomó la palabra fue para denunciar «una humillación» en algunos de los testimonios y en las estrategias de algunas de las defensas: «Vinieron a violarme, es tan degradante lo que escucho en esta sala».

En las inmediaciones del Tribunal de Aviñón se pudieron ver varias pancartas en apoyo a Gisèle Pelicot y a las víctimas de abusos sexuales.

Como ya es tradición, a la llegada a los tribunales Gisèle Pelicot fue aplaudida, en señal de apoyo a un caso que se ha convertido en una causa con la que esta mujer quiere que «la vergüenza cambie de bando», que las víctimas dejen de ser cuestionadas, como ella misma denunció que lo estuvo, y que nunca más se repitan los hechos que ella sufrió durante casi diez años.