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Filial del grupo financiero Al-Qard Al-Hassan en la ciudad sureña de Tiro, en LíbanoAFP

¿Por qué Israel ataca las instituciones financieras vinculadas a Hezbolá?

Netanyahu ataca la red financiera de Al-Qard al-Hassan, una de las mayores redes clientelares de la milicia chií libanesa, a través de la cual compra armas y también concede microcréditos a particulares

Los bancos y la financiación de Hezbolá se han convertido en la nueva obsesión de Israel. Este fin de semana, la aviación israelí atacó varias sucursales de la institución financiera Al-Qard al-Hassan, a la que acusa de tener vínculos con la milicia chií libanesa, en diferentes puntos del Líbano. Sus instalaciones fueron objetivo de las bombas en los suburbios del sur de Beirut, así como en Tiro y el valle de la Becá. El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Avichay Adraee, acusó a la asociación Al-Qard Al-Hassan de estar «involucrada en la financiación de las actividades terroristas de la organización Hezbolá contra Israel, por lo que las FDI han decidido atacar esta infraestructura terrorista».

En la misma publicación, el portavoz castrense exhortó a la población civil a abandonar las instalaciones de Al-Qard al-Hassan. «Hacemos un llamamiento a las personas dentro de los edificios utilizados por Hezbolá a que se mantengan al menos a 500 metros de ellos durante las próximas horas», exigió Adraee en su cuenta de X, antes Twitter, en la noche de este domingo. Horas después del anuncio del Ejército israelí, la aviación hebrea comenzó su oleada de bombardeos contra las sucursales bancarias. Estas acciones van un paso más allá en la guerra que Israel declaró contra la milicia chií libanesa. Al Gobierno de Benjamin Netanyahu ya no le basta con acabar con la infraestructura militar de Hezbolá, sino que ahora apunta hacia sus bases populares.

La red financiera de Al-Qard al-Hassan se trata de una de las mayores redes clientelares de la milicia chií libanesa. El portavoz del Ejército israelí en árabe señaló que este banco «ha estado financiando la compra de material de combate y pagando los salarios de los miembros del ala militar», pero, además, es una institución especializada en la concesión de microcréditos a particulares. Una práctica que se ha acentuado entre los libaneses, sobre todo, desde la quiebra de los bancos del país en 2019. Al-Qard al-Hassan, bajo la coartada de actuar como una organización caritativa, se ha ganado el favor de muchos libaneses, en particular de bajos recursos, al conceder créditos sin intereses, en línea con los principios de las leyes islámicas que prohíben los beneficios.

Estos ataques, por tanto, tienen un objetivo mucho más amplio que simplemente socavar unas instalaciones bancarias, sino que buscan «minar la confianza entre Hezbolá y el pueblo libanés», así como «las capacidades financieras para impedirle reconstruirse y rearmarse», declararon fuentes israelíes al periódico estadounidense The Wall Street Journal. Una opinión similar ofrece el politólogo y experto en el mundo árabe, Adnan Nassar, que explica que «es principalmente el vínculo entre Hezbolá y su base popular lo que el Estado hebreo pretende romper», recoge el medio libanés L’Orient Le Jour. Sin embargo, el experto señala que la milicia chií libanesa «ha tomado precauciones necesarias para asegurarse reservas de efectivo suficientes mientras dure la guerra».

Tras los ataques israelíes contra la red financiera de Al-Qard al-Hassan, Hezbolá se apresuró a informar, a través de un comunicado, que el dinero en efectivo, al igual que el oro, no se encontraba en los locales, sino en lugares seguros. Sin ir más lejos, este lunes, el Ejército hebreo acusó a la milicia proiraní de construir un búnker en el que guarda más de 500 millones de dólares en oro y efectivo bajo el Hospital General Sahel de Beirut. Israel, además, apunta a Irán por financiar a su mayor aliado del autodenominado «Eje de la Resistencia» a través de estas sucursales bancarias y es que la República Islámica contribuyó a su creación en los años ochenta. Actualmente, Al-Qard al-Hassan está registrado por el Ministerio del Interior libanés como asociación benéfica, solidaria y cooperativa, y no como banco comercial con ánimo de lucro. En los últimos años, se ha convertido en un actor importante en la vida libanesa, especialmente ente la comunidad chií.

La crítica situación económica del país mediterráneo, agravada por la crisis financiera de 2019, reforzó la popularidad de esta organización. «Los bancos libaneses introdujeron controles de capital y ya no podíamos retirar mucho dinero. Al mismo tiempo, la economía se ha vuelto mucho más carente de efectivo, lo que favorece a Hezbolá, activo en diversas redes de economía ilegal. Pero cuando vas a depositar oro en Al-Qard al-Hassan, tienes acceso inmediato al efectivo», explica Joseph Daher, profesor invitado de la Universidad de Lausana, en France24.

Estados Unidos, por su parte, considera a Al- Qard al-Hassan una fuente de financiación del terrorismo islámico. En 2007, el Departamento del Tesoro norteamericano sometió a sanciones a la organización Al-Qard al-Hassan, congelando sus activos. En 2021, varias personalidades vinculadas a la institución volvieron a estar en el punto de mira. Israel ha seguido lo pasos de su aliado y declaró este lunes a la entidad financiera como organización terrorista. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, señaló que esta medida es parte del «esfuerzo económico adoptado para minar a Hezbolá fuera del campo de batalla».