La irrupción de soldados norcoreanos en la guerra de Ucrania desata todas las alarmas. ¿Qué sabemos hasta ahora?
La cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte se ha estrechado peligrosamente estos últimos años, sobre todo, desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. El pasado mes de junio, Pionyang y Moscú firmaron un pacto de defensa mutua que apenas suscitó interés en el resto del mundo, si quiera acaparó grandes titulares en la prensa internacional. El conflicto en Oriente Medio ha opacado la inminente amenaza que representa Vladimir Putin y sus lazos con las grandes autocracias como Irán, China y, por supuesto, Corea del Norte. Ahora las consecuencias de ese pacto militar con Kim Jong-un las pagará Ucrania.
El Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur (NIS) ha hecho saltar todas las alertas tras la publicación de informes que demuestran el envío de militares norcoreanos al Lejano Oriente de Rusia para ser entrenados y, posteriormente, pasar a engrosar las filas del Ejército ruso en el frente ucraniano. Según la información de Inteligencia recogida por Seúl, los primeros uniformados norcoreanos pisaron territorio ruso el pasado 18 de agosto, tan solo 12 días después de que el Ejército ucraniano lanzara su incursión contra la región rusa de Kursk, y que mantienen aún bajo su control. Convenientemente, dos meses antes, Putin había firmado con Kim Jong-un un acuerdo mediante el cual se comprometían a protegerse mutuamente en caso de agresión externa.
El líder ruso acudió raudo al autócrata norcoreano para pedir ayuda tras quedar en evidencia por la ofensiva ucraniana contra su propio territorio y que sacó a relucir las brechas de seguridad en la frontera rusa, por la concentración de sus tropas en Ucrania. El pacto entre Moscú y Pionyang, sin embargo, no fue ratificado por los diputados rusos hasta este pasado jueves. Un mero trámite que no ha impedido que al menos 10.000 soldados norcoreanos se hayan trasladado hasta Rusia en estos últimos meses, según datos ofrecidos por Corea del Sur y confirmados por el Pentágono y la Alianza Atlántica (OTAN). Ucrania eleva estas estimaciones y asegura que Pionyang habría enviado ya a entre 12.000 y 19.000 uniformados.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, desde la sede de la Alianza en Bruselas aseveró este lunes, con rictus serio, que podía confirmar que «tropas norcoreanas han sido enviadas a Rusia y que unidades militares norcoreanas han sido desplegadas en la región de Kursk». Previamente, Rutte había mantenido una reunión con una delegación de alto nivel de Corea del Sur que le había informado sobre la implicación directa de Pionyang en la guerra que asola el corazón del Viejo Continente desde hace más de dos años. El máximo representante de la organización militar advirtió de que esta alianza no supone solo un peligro para Europa, sino que representa «una amenaza para la seguridad en el Indopacífico».
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos señaló también a principios de esta semana que una parte de los 10.000 soldados norcoreanos desplegados en Rusia «ya se ha acercado a Ucrania». «Estamos cada vez más preocupados de que Moscú tenga la intención de utilizarlos en combate o para apoyar operaciones de combate contra las fuerzas ucranianas en la región rusa de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania», declaró la portavoz del Pentágono, Sabrina Singh. Washington, que ha calificado la situación de «muy seria», ha elevado el tono y amenazado con eliminar los límites al uso de armas norteamericanas en Ucrania si Corea del Norte finalmente entra en la guerra. Sin embargo, este no es el único apoyo militar que Kim Jong-un ha brindado a Putin en los últimos años. Corea del Norte ha suministrado a Moscú millones de proyectiles de artillería, así como cohetes y misiles.
El envío de soldados norcoreanos es solo el último paso de una alianza militar que se lleva fraguando durante mucho tiempo a espaldas de Occidente. Una estrecha cooperación que se ha vuelto a poner en evidencia este miércoles con el viaje de la ministra de Asuntos Exteriores de Corea del Norte, Choe Son-hui, a Rusia y que podría servir de antesala para una visita de su máximo líder, Kim Jong-un. Pero, Pionyang no envía a sus soldados de élite a luchar en una guerra ajena a cambio de nada. Moscú paga grandes sumas de dinero por sus servicios, que van a engrosar las polvorientas arcas públicas de Corea del Norte. La agencia de Inteligencia surcoreana reveló que Rusia paga a cada soldado norcoreano unos 2.000 dólares al mes, un salario muy superior al que normalmente reciben.
'Cuerpo de Tormenta', los soldados de élite de Kim Jong-un
Las informaciones de la agencia de Inteligencia de Corea del Sur apuntan que Pionyang no habría enviado a cualquier uniformado, sino que ha cedido a Moscú a su cuerpo de élite, bautizado como Storm Corps o Cuerpo de Tormenta. Un informe hecho público por la Agencia de Inteligencia de Defensa en 2021 explica que las unidades de Operaciones Especiales de Corea del Norte están entrenadas con el mejor equipo, incluidos explosivos, agentes químicos y biológicos, paracaídas y aviones, aunque rudimentarios en comparación con las unidades de fuerzas especiales de otros países.
El número total de efectivos de estas fuerzas estaría en torno a los 20.000 soldados. Se tratan de unidades de élite altamente entrenadas y que llevan mucho tiempo preparándose para atacar Corea del Sur o defenderse de ataques extranjeros. De hecho, estas fuerzas especiales han participado en algunas de las operaciones militares más destacadas de Corea del Norte en las últimas décadas, incluida una incursión en Seúl en enero de 1968. Treinta y un espías norcoreanos fuertemente armados asaltaron la Casa Azul —residencia presidencial— con la misión de asesinar al entonces presidente surcoreano Park Chung-hee. El ataque acabó con 28 uniformados norcoreanos abatidos.
«Las acciones de Corea del Norte marcan una peligrosa y mayor globalización de la guerra entre Rusia y Ucrania, que probablemente acerque a Corea del Sur y otros aliados del Indopacífico al teatro europeo», explican Liana Fix y Benjamin Harris, investigadores del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). En su análisis Tropas norcoreanas en Rusia: una nueva fase peligrosa en la guerra de Ucrania, ambos expertos advierten de que, si Corea del Norte y Rusia aumentan su cooperación militar, es probable que Corea del Sur amplíe su apoyo a Ucrania, «incluida una ayuda potencialmente letal, y se involucre más estrechamente en la red de alianzas que Estados Unidos está cultivando en el Indopacífico». Corea del Norte amenaza con globalizar la guerra de Ucrania, si es que eso no ha pasado ya.