El veto de Israel a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos cierra años de tensa relación
El lunes por la noche, en la primera sesión de su período de invierno al volver del tiempo de descanso, el Parlamento israelí (Knéset) aprobó una ley que determina que las actividades de la Unrwa (la agencia de la ONU para los refugiados palestinos) deberán cesar en territorio soberano de Israel. Eso incidirá también en la situación en la franja de Gaza dado que lo que allí se hace está coordinado con el Gobierno israelí. El trasfondo es el vínculo comprobado por Israel, entre funcionarios de Unrwa y la masacre del 7 de octubre del 2023 contra el sur del país hebreo.
Una amplia mayoría de 92 votos a favor y diez en contra promulgó la ley. Esto significa que el proyecto también estuvo apoyada por miembros de la oposición al Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En este sentido, la ley determina categóricamente que la Unrwa no contará con ninguna representación, no proveerá ningún tipo de servicio ni realizará ninguna actividad directa o indirecta en territorio soberano de Israel. Entrará en vigor 90 días después de su promulgación, a fin de dar tiempo al país hebreo para poner en funcionamiento una estructura alternativa para la prestación de los servicios de ayuda humanitaria.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Aunque Israel siempre tuvo –y sigue teniendo– numerosas críticas sobre las actividades de Naciones Unidas en general, afirmando que le juzga de modo injusto, con doble vara, basándose en informes que distorsionan la realidad, tomar una medida como esta nueva ley marca otro nivel.
El detonante fue mucho más allá de las condenas desde siempre a la educación en las escuelas de Unrwa en Gaza, donde los niños palestinos estudian textos que fomentan el odio a los judíos y dan legitimidad a morir matando israelíes.
El diputado del Likud, Boaz Bismuth, uno de los promotores del proyecto de ley, aseguró que «la UNRWA no es una agencia de ayuda a los refugiados, sino de ayuda a Hamás». De fondo están las duras acusaciones de Israel a Unrwa por el hecho de que muchos de sus funcionarios tienen vínculos activos con las organizaciones terroristas Hamás y Yihad Islámica e inclusive que miembros de la agencia de la ONU participaron en la masacre, matando y secuestrando israelíes el 7 de octubre.
Israel aportó pruebas en este sentido a la propia Unrwa y a la ONU en general. La agencia de Naciones Unidas confirmó que al parecer en nueve casos era cierto. El secretario general, António Guterres, anunció entonces la expulsión de varios de estos 'funcionarios'. Sin embargo, Israel sostiene que los que participaron activamente en la masacre son muchos más. Y que por lo menos el 23 % de los miembros de Unrwa tienen vínculos activos con Hamás o Yihad Islámica.
Para analizar el trasfondo de la ley, la relación entre Israel y Unrwa y cómo se llegó a este punto, la organización Media Central organizó una rueda de prensa virtual con el general (retirado) Eitan Dangot, quien durante casi diez años se desempeñó en cargos por los cuales tuvo una conexión directa con la Unrwa, especialmente cuando fue coordinador de las Actividades en los Territorios, el brazo del Ejército que se encarga de las necesidades de la población civil.
Dangot comenzó afirmando categóricamente que «la decisión aprobada por la Knéset es la correcta porque hay claras evidencias sobre el 7 de octubre y la participación de la Unrwa en actividades de terrorismo. En realidad, mucho más de lo que se ha publicado. Y la verdad es que esta decisión debería haberse tomado hace mucho tiempo».
«Había muchos problemas con Unrwa ya antes del 7 de octubre», afirmó. «Y en muchas ocasiones vi directamente una relación de sus funcionarios —no me refiero solo a los palestinos que trabajaban en ella, sino a los extranjeros— en asuntos que no eran parte del mandato de Unrwa, algo que se acentuó después del 2007, cuando Hamás tomó por la fuerza el poder en Gaza».
Sostiene que en la estructura de Unrwa funcionaron instalaciones subterráneas de Hamás en apoyo de sus actividades terroristas. Túneles, depósitos de misiles y otras armas, y que funcionarios de la agencia, por un lado, desplegaban actividades terroristas con Hamás y por otro tenían carné de funcionarios de la Unrwa.
El Debate pide a Dangot que proporcione ejemplos concretos de los problemas que veía ya años atrás en cuanto a las actividades con Unrwa. «Yo vi desde mis funciones lo que estaba sucediendo. La mayor parte del tiempo fue ya estando Hamás en el poder en Gaza. En el 2009, dos años después de la toma del poder por parte de Hamás, ya había señales claras de que usaba las infraestructuras de las escuelas y hospitales para sus actividades».
Y explica: «Cuando el régimen de Hamás tomó el poder, Israel no permitió el ingreso de determinados materiales para ciertos proyectos en Gaza, porque tenían doble uso». Se refiere con ello a materiales que podían ser usados con fines civiles o militares.
«Yo invité a mi oficina a gente de la Unrwa para ver cómo podíamos construir un mecanismo que garantice que ciertos materiales donados para proyectos humanitarios sea por Europa o Japón, no fuesen tomados por Hamás para reforzar su infraestructura terrorista en Gaza. Y vi el grado de implicación emocional que tenían, no los palestinos, sino los extranjeros de esta agencia de la ONU, con todos esos temas de modo que la primera preocupación no era que la ayuda llegue a los civiles. Y después constaté que error cometimos al creer los informes de Unrwa. Mentían claramente sobre qué es lo que entraba a Gaza por el paso fronterizo de Kerem Shalom».
Dangot reitera una y otra vez que «hemos cometido durante años un gran error al decirle al Ejército, al primer ministro y al jefe del Servicio de Seguridad que necesitamos a la Unrwa para tratar de distinguir entre el servicio a la población y la lucha contra el terrorismo, pero luego vimos a gente de Unrwa relacionada con campamentos de verano en los que los jóvenes hacían entrenamiento militar». Y da ejemplos concretos de la apertura que, según él, siempre tuvo Israel para coordinar con Unrwa.
«En tiempos de escalada como el 2012 y 2014 desarrollé un sistema de comunicación con ellos para que pudieran venir a mi oficina e indicar en qué zona, por ejemplo, hay una escuela con gente refugiándose, por dónde pasa un convoy de alimentos, para que no haya disparos por allí. Les di todas las oportunidades de acción para que las cosas vayan bien», sostiene. «Traté de garantizar que haya mutua confianza para reducir al mínimo el riesgo a los civiles. Y nadie puede mostrarme ningún otro ejército de la zona que actúe de esa forma, que llame a la gente de Unrwa para que en tiempo real nos plantee sus problemas y nos diga dónde no hay que disparar para no arriesgar a no involucrados. Pero fue un error confiar en ellos».
Nunca imaginé que casi ocho años después de terminar mis funciones, llegaría el 7 de octubreGeneral israelí (retirado)
Y resume con pesadumbre: «El error es que le dije al ministro de Defensa y al primer ministro en más de una ocasión que no tienen una alternativa mejor en Gaza. Pero nunca imaginé que casi ocho años después de terminar mis funciones, llegaría el 7 de octubre con todo lo que eso significó y con participación de funcionarios de Unrwa».
«Creo que Israel no podía permitir que Unrwa siga siendo una parte clave en las tareas que le estaban encomendadas. Israel tiene que hallar alternativas. Y creo que Israel ya se ha demorado bastante en la necesidad de ver una alternativa a Hamás con quien se pueda coordinar un nuevo mecanismo de ayuda porque Unrwa se irá».
A nivel práctico considera que en Gaza deberá haber un período de transición para transferir las distintas responsabilidades como son el sistema de salud, el abastecimiento de alimentación y la educación. Considera que las autoridades palestinas, sean el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, u otras figuras, pueden jugar un rol claro al respecto.
Su resumen es tajante: «Tendríamos que haber tomado esta decisión hace años. Fuimos demasiado amables con Unrwa, mucho más de lo que deberíamos haber sido. En Gaza se convirtieron en parte del mecanismo del terrorismo de Hamás».