Uno de los socios de Gobierno de Scholz critica los altos impuestos y la burocracia y profundiza la crisis política en Alemania
La alianza tripartita de Gobierno de Alemania corre el riesgo de desmoronarse, lo que podría llevar a elecciones en marzo
El fin de semana, Christian Lindner, ministro de Finanzas y líder del Partido Democrático Libre (FDP), de centroderecha, publicó unilateralmente un manifiesto de 18 páginas para «reactivar» la tambaleante situación económica de Alemania en una nueva señal de alarma del resquebrajamiento de la coalición de Gobierno del Canciller Olaf Scholz.
De acuerdo con The Times, el documento advierte que el país se está «debilitando» y saboteando su base industrial con objetivos «prematuros» de cero emisiones netas evidenciando un ataque frontal a los socios de centroizquierda de Lindner, los socialdemócratas (SPD) y los Verdes.
El manifiesto propone abolir el impuesto de «solidaridad» para quienes tienen mayores ingresos, imponer una moratoria de tres años a nuevas regulaciones, reducir los pagos de beneficios y diluir los objetivos climáticos.
En respuesta al manifiesto de Lindner, Saskia Esken, codirectora del SPD, dijo que el gobierno podría desintegrarse antes de las elecciones al Bundestag programadas para septiembre próximo.
«Nadie se atreve a predecir cuándo se celebrarán las próximas elecciones al Bundestag», dijo Esken en un acto del partido en Hamburgo. «En la coalición, la situación es muy complicada: eso no se puede negar».
Se especula con que la coalición podría romperse en las próximas semanas, lo que provocaría la convocatoria de elecciones el 9 de marzo. Se espera que las cosas lleguen a un punto crítico en una reunión en la cancillería de Olaf Scholz el miércoles. Otro posible punto crítico es el 14 de noviembre, fecha límite para llegar a un acuerdo sobre un paquete de recortes presupuestarios.
Algunos altos cargos de los partidos gobernantes han dicho que el gobierno todavía se salvará mediante un compromiso. Volker Wissing, ministro de Transporte y Asuntos Digitales del FDP, escribió en el Frankfurter Allgemeine Zeitung que no había «ninguna razón» para poner fin a la coalición y que el país necesitaba una administración «estable» que durara hasta el final de su mandato parlamentario.
Sus palabras fueron repetidas por el otro líder del SPD, Lars Klingbeil, quien dijo que algunas de las ideas de Lindner eran inaceptables, pero que había margen para la negociación en otras. «Gobernar no es fácil, pero tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que tenga éxito», dijo a Augsburger Allgemeine.
Sin embargo, Scholz ha dado pocas señales de estar dispuesto a ofrecer a Lindner concesiones significativas con el fin de permanecer en el poder.
Mientras tanto, tres de los medios de comunicación más influyentes de Alemania han publicado editoriales en las que piden el fin de la coalición. «Ya basta», dice un editorial de Der Spiegel. «La coalición del semáforo debería dividirse y las elecciones al Bundestag deberían adelantarse. Ese es el último servicio que este gobierno puede prestar al país y a su cultura política. Se acabó».