Rusia asegura estar listo para escuchar las propuestas de Trump para poner fin a la guerra en Ucrania
El Kremlin ha advertido de que no existe «una solución fácil»
El viceministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, ha asegurado, este sábado, que su país está dispuesto a escuchar futuras propuestas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para poner fin a la guerra de Ucrania, pero ya ha avisado al próximo mandatario que no existe «una solución fácil».
«Si hay alguna señal por parte de Estados Unidos de que tienen ideas sobre cómo avanzar hacia una solución, sin que pase por seguir bombeando al régimen de Kiev con todo tipo de asistencia para lograr la derrota estratégica de Moscú, entonces sin duda haremos todo lo posible para analizarla y dar una respuesta», ha hecho saber el viceministro de Exteriores.
En este sentido, sostuvo que Rusia valorará la gestión del nuevo presidente por sus acciones concretas y no por sus declaraciones o promesas.
«Pienso que algunas de sus declaraciones respecto a una solución super rápida de la situación en Ucrania no son más que retórica, no más que un modo de llamar atención adicional durante la campaña electoral», dijo, al expresar su convicción de que «no existe una solución fácil a este problema».
Lo que sí dejó claro es que Rusia no cambiará sus objetivos respecto a Ucrania, ya que «no tenemos dudas coyunturales y no subordinamos nuestros intereses al cambio de dueño del Despacho Oval de la Casa Blanca».
En esta misma línea se pronunció, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, este viernes durante su rueda de prensa telefónica diaria. «(Vladimir) Putin ha hablado muchas veces de la disposición al diálogo con todas las partes interesadas, con todos aquellos que puedan contribuir a la resolución de este conflicto. Esto es lo que hay que recordar sin falta», aseveró.
Pero matizó que el Kremlin no modificará «los objetivos» de la guerra. Peskov recordó que, para Moscú, la frontera con Ucrania debe pasar por donde decidan los ciudadanos que residen en lo que llamó «territorios históricos» rusos, es decir, las cuatro regiones ucranianas ya anexionadas por Moscú (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia).
En junio pasado el presidente ruso puso como condición para la paz que Ucrania retire sus tropas del Donbás y del sur del país, y renuncie a los planes de ingresar en la OTAN, tras lo que el Kremlin anunciaría un inmediato cese del fuego y el comienzo de negociaciones para el arreglo del conflicto.