Fundado en 1910

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en una reunión con los republicanos de la Cámara de RepresentantesAFP

Estados Unidos

Todos los hombres libaneses del presidente electo Donald Trump

A pesar de que, por el momento, ninguna de estas personalidades ha sido considerada para un puesto oficial dentro de la nueva Administración, esto no quiere decir que el republicano no pueda tenerlos como asesores

Donald Trump, como presidente número 47 de Estados Unidos y que tomará posesión de su cargo el próximo 20 de enero, ya ha empezado a conformar su nuevo Gobierno con varios nombramientos, ninguno exento de polémica. La primera designación oficial fue la de Susie Wiles, a quien encomendó la titánica tarea de ser jefa de Gabinete. Desde entonces, y de eso hace ya más de una semana, cada tarde —noche en España— ha ido anunciando, a través de redes sociales, nuevas incorporaciones y que ya dan forma al Gobierno Trump 2.0. Estos nombramientos dejan entrever, en algunos casos, cómo será la política del republicano en ciertos aspectos. En el caso de Oriente Medio, Trump mantendrá su apoyo incondicional a Israel, que mantiene ahora mismo una guerra total contra la franja de Gaza y una incursión terrestre en el sur del Líbano.

Curiosamente, Trump cuenta entre su séquito con un número nada desdeñable de personalidades influyentes de origen libanés que pueden ayudar al presidente electo a tender puentes con el país mediterráneo. A pesar de que, por el momento, ninguno de estos perfiles ha sido considerado para un puesto oficial dentro de la nueva Administración, esto no quiere decir que Trump deje de contar con consejeros como Massad Boulos, Walid Phares, Darrell Issa o Thomas J. Barrack, Jr. Así las cosas, el presidente electo ya anunció quienes serán los que marcarán la política exterior de Estados Unidos con respecto a Oriente Medio con el nombramiento de la congresista Elise Stefanik como embajadora ante la ONU, con un marcado perfil proisraelí, al igual que Steve Witkoff, próximo enviado especial a Oriente Medio o el exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, como embajador estadounidense en Israel.

Massad Boulos

Este empresario es quizás la cara más conocida de entre las figuras libanesas que rodean a Trump. Massad Boulos, nacido en el Líbano, ayudó activamente al republicano a atraer los votos de la minoría árabe durante la campaña electoral. Boulos entró en la vida del republicano cuando su hijo Michael se casó en 2022 con Tiffany Trump, la segunda hija del magnate. En su juventud estuvo involucrado en la política libanesa como candidato del Movimiento Patriótico Libre en la circunscripción de Koura (norte del Líbano), donde se encuentra el pueblo donde nació Kfar Akka. Actualmente es presidente de las empresas nigerianas Boulos Enterprises y SCOA Nigeria, un conglomerado especializado en la distribución de vehículos de motor y equipos en toda África Occidental.

A pesar de que abandonó la política libanesa hace mucho tiempo, Boulos confesó que aún mantiene relación con la mayoría de los líderes cristianos del país, entre ellos el jefe del Movimiento Marada y candidato a la presidencia libanesa Suleiman Frangieh, a quien describió como «amigo» en una entrevista concedida a Associated Press el pasado mes de junio. De hecho, Boulos sonó como uno de los posibles candidatos a suceder a Amos Hochstein como enviado especial de Estados Unidos en Oriente Medio. Finalmente, Trump eligió para ese puesto a Steve Witkoff, otro magnate inmobiliario sin experiencia diplomática previa.

Thomas J. Barrack, Jr

Este empresario e inversor inmobiliario estadounidense-libanés fue primero asesor de Trump, antes de convertirse en amigo. Thomas J. Barrack, Jr., de abuelos libaneses, es el presidente fundador de Colony Capital, un fondo internacional de inversión inmobiliaria con sede en Los Ángeles. Entre los años 2021 y 2022, estuvo sometido a una investigación federal acusado de hacer lobby a favor de Emiratos Árabes Unidos (EAU) e influir en la política exterior de la primera Administración Trump. En noviembre de 2022, el empresario fue absuelto de todos los cargos.

Barrack siempre defendió que «sus tratos con los Emiratos se ajustaban a sus opiniones sobre la región y a su trabajo como hombre de negocios». Asimismo, en el marco de los Acuerdos de Abraham, por los que cuatro países árabes normalizaron relaciones con Israel, entre ellos EAU, varios medios estadounidenses publicaron que fue este empresario de ascendencia libanesa la fuente de contacto entre la Casa Blanca y Yousef Al Otaiba, el destacado embajador de Emiratos en Washington.

Darrell Issa

Es un empresario y político estadounidense, miembro del Partido Republicano. En las elecciones del pasado 5 de noviembre, Darrell Issa, cuyos abuelos paternos eran maronitas libaneses que emigraron a Estados Unidos, revalidó su puesto como congresista de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en California. El pasado mes de octubre, apoyó a Trump durante un mitin en el estado de Míchigan, que cuenta con una importante minoría árabe, donde arremetió contra el Partido Demócrata y su candidata Kamala Harris y aseguró que era el momento de «cuatro años más del presidente Trump y su liderazgo».

Walid Phares

Nacido en el seno de una familia cristiana maronita de Ghouma (distrito de Batroun), es abogado y profesor de Ciencias Políticas primero en Miami y luego en Washington. Especialmente polémico por su pasado como militante del partido Fuerzas Libanesas durante los años ochenta, en plena guerra civil. Phares trabajó para las campañas presidenciales republicanas de Mitt Romney, en 2012, y Donald Trump, en 2016. En 2020, fue investigado por el FBI por, supuestamente, trabajar en secreto para el Gobierno egipcio, en los meses previos a la toma de posesión del presidente Trump, en enero de 2021. Asimismo, es un habitual comentarista sobre terrorismo y Oriente Medio en medios estadounidenses como Newsmax o Fox News, la cadena predilecta de Trump. De hecho, el republicano ha decidido poner al frente del Pentágono a Pete Hegseth, un conocido presentador de la cadena conservadora, sin ninguna experiencia ejecutiva.