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Una mujer pasea a sus perros en una calle presidida por un tanque en MoscúEFE

La semana más negra de la invasión rusa en Ucrania azuza los fantasmas de una guerra global

Avances militares rusos, amenazas nucleares y un frente ucraniano desgastado elevan el riesgo de una escalada internacional

El conflicto en Ucrania ha alcanzado un punto crítico tras una semana de avances significativos por parte de las fuerzas rusas, acompañados de amenazas directas de Moscú sobre el uso de armas nucleares y ataques masivos contra infraestructuras clave. En medio de la creciente incertidumbre, las tensiones internacionales han escalado, alimentando el temor de una extensión del conflicto más allá de las fronteras ucranianas.

Las tropas rusas han irrumpido en la estratégica ciudad de Kurájove, en la región de Donetsk, tras meses de bombardeos incesantes. Este avance marca el mayor progreso territorial ruso desde los primeros días de la invasión a gran escala en 2022. Según informes, las fuerzas de Moscú han tomado casi 150 kilómetros cuadrados de territorio en el último mes, empleando artillería de precisión y drones de ataque para debilitar las defensas ucranianas.

La caída de Kurájove no solo significaría un golpe psicológico y estratégico para Ucrania, sino que abriría una ruta directa hacia Zaporiyia, una ciudad clave que Moscú ha declarado parte de su territorio. Además, facilitaría el asedio de Pokrovsk, un nodo logístico crucial para las fuerzas de Kiev.

El avance ruso ha sido descrito por comandantes ucranianos como una crisis sin precedentes, que consideran que el frente se está desmoronando ante la falta de recursos, tropas y apoyo logístico.

Los analistas señalan que las fuerzas rusas han adoptado una estrategia de desgaste implacable, combinando ataques masivos con drones y misiles balísticos. En un solo día, Moscú lanzó cerca de 190 drones y varios misiles Iskander-M contra objetivos en Ucrania, impactando infraestructuras críticas, incluidas plantas de energía en Ternópil, en el oeste del país. La región quedó sumida en la oscuridad, con miles de civiles enfrentando la llegada del invierno sin electricidad.

Una mujer camina por la ciudad de Borodyanka, en plena ocupación rusaAFP

Además, el uso reciente por parte de Ucrania de misiles ATACMS de largo alcance suministrados por Estados Unidos ha intensificado aún más la situación. Estos misiles han alcanzado objetivos sensibles en la región rusa de Kursk, causando daños en un sistema de defensa aérea S-400 y en una base militar, según reconoció el propio Kremlin. Como respuesta, Moscú ha prometido represalias «sin precedentes», aumentando las tensiones en el conflicto.

Amenazas nucleares y un mundo en vilo

Las recientes acciones de Rusia no se han limitado al campo de batalla. El Kremlin lanzó un misil hipersónico experimental contra Dnipró, una ciudad clave en el centro de Ucrania, lo que fue condenado como una peligrosa escalada por Kiev y sus aliados occidentales. Este ataque se produce en un contexto en el que Moscú ha reducido públicamente su umbral para el uso de armas nucleares.

El presidente Vladimir Putin ha advertido que los ataques contra territorio ruso podrían justificar represalias directas contra instalaciones militares en Estados Unidos y el Reino Unido. Estas amenazas han reavivado los temores de una guerra global, mientras los analistas internacionales advierten que la posibilidad de un error de cálculo crece con cada día que pasa.

Las negociaciones entre Rusia y Ucrania permanecen bloqueadas, con Moscú insistiendo en que cualquier acuerdo debe incluir la cesión de territorios ocupados y el abandono de las aspiraciones de Kiev de unirse a la OTAN. Estas condiciones han sido rechazadas rotundamente por Ucrania, que continúa contando con el respaldo de Occidente.

En este escenario, la llegada inminente de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría agregar un nuevo elemento a la ecuación. Aunque el mandatario electo ha prometido forzar un acuerdo entre ambas partes, no ha ofrecido detalles sobre cómo lograría este objetivo en un contexto tan polarizado.

Más de 21 meses después de iniciada la invasión, el conflicto ha alcanzado un nivel de complejidad y peligrosidad que amenaza con involucrar a más actores internacionales. Los países vecinos, como Polonia y las naciones bálticas, han reforzado sus defensas, mientras la OTAN mantiene ejercicios militares en la región para enviar un mensaje de disuasión a Moscú.

La semana más negra de la invasión rusa en Ucrania no solo ha significado un retroceso para Kiev en el campo de batalla, sino que ha exacerbado los riesgos de una escalada global. Mientras el invierno se cierne sobre Europa del Este, la incertidumbre crece y los fantasmas de una guerra de proporciones mayores se hacen cada vez más palpables.