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El primer ministro británico, Keir StarmerAFP

Starmer promete reducir la inmigración: «Donde el anterior gobierno os falló, nosotros no lo haremos»

El primer ministro británico anuncia reformas estrictas para reducir la inmigración y garantizar que el mercado laboral británico priorice a los trabajadores locales

Keir Starmer ha marcado un giro rotundo en la política de inmigración del Reino Unido, al anunciar un paquete de medidas para reducir la inmigración irregular y reformar el sistema de visados de trabajo. En una rueda de prensa celebrada este jueves, el primer ministro británico dejó claro que el Gobierno laborista no seguirá siendo «blando» ante lo que considera «malas prácticas» en el mercado laboral. Starmer destacó que uno de sus principales objetivos es cambiar el sistema de visados para que se otorguen con «nuevas expectativas», priorizando la formación de personas británicas y limitando la dependencia de la inmigración en ciertos sectores.

El enfoque de Starmer se centra en dos aspectos fundamentales: la regulación más estricta de las políticas migratorias y el fortalecimiento de las fronteras nacionales. Al respecto, el primer ministro británico subrayó que cualquier empleador que no cumpla con las nuevas reglas se enfrentará a la prohibición de contratar mano de obra extranjera, lo que demuestra un enfoque firme contra lo que percibe como abusos en el sistema. «Por demasiado tiempo, hemos sido laxos con las malas prácticas en nuestro mercado laboral, lo que envía una señal clara fuera de que somos blandos. Bueno, nunca más, nuestras reglas se van a reforzar», afirmó Starmer con contundencia.

Además, el Comité Asesor de Migración (MAC) ha estado revisando el sistema de visados, concluyendo que algunos sectores dependen excesivamente de la inmigración. En consecuencia, Starmer anunció que el actual sistema de puntos será reformado para asegurar que las solicitudes de visados se vinculen con un esfuerzo por capacitar a los trabajadores locales. Esta medida se enmarca en un plan más amplio para reducir la inmigración neta, que en los últimos años ha registrado cifras récord.

Según los datos más recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), la inmigración neta al Reino Unido en los doce meses hasta junio de 2024 ascendió a 728.000 personas, lo que representa un aumento del 20 % respecto al mismo periodo del año anterior. Starmer ha criticado duramente los gobiernos conservadores anteriores por haber contribuido a este aumento, alegando que el Brexit fue utilizado como un pretexto para implementar lo que considera una «política de fronteras abiertas», que ha permitido el incremento de la inmigración en el país.

Por otro lado, el coste del sistema de asilo también ha aumentado considerablemente en el último año, alcanzando los 5.000 millones de libras (más de 6.000 millones de euros), lo que representa un incremento del 33 %. Este aumento en el gasto, combinado con las cifras de inmigración, ha sido otro de los factores que ha llevado a Starmer a plantear reformas radicales en las políticas migratorias, buscando no solo frenar la inmigración, sino también abordar las disparidades económicas internas. En su discurso, señaló que, mientras la inmigración ha aumentado, «uno de cada ocho jóvenes está desempleado o fuera del sistema educativo», y destacó las dificultades que enfrentan sectores clave como la ingeniería, donde las pasantías se han reducido a la mitad.

Starmer junto a su mujer, VictoriaEFE

Starmer también ha reconocido la amenaza de las bandas criminales que trafican con personas a través del Canal de la Mancha, y ha resaltado la necesidad de intensificar las acciones contra estas mafias. En este sentido, el primer ministro británico firmó un acuerdo con Irak para ayudar a combatir el tráfico de personas y fortalecer la seguridad en las fronteras, con una inversión inicial de 800.000 libras. Este pacto busca atacar el problema «de raíz», con el objetivo de desmantelar las organizaciones criminales que explotan a inmigrantes y garantizar una respuesta más eficaz a la creciente presión en las fronteras británicas.

Estas medidas están siendo vistas como un paso hacia la implementación de políticas más restrictivas, en línea con la tendencia observada en otros países, incluso en gobiernos de izquierda, como el de Justin Trudeau en Canadá. Aunque tradicionalmente se asocia a los partidos de izquierda con enfoques más abiertos hacia la inmigración, tanto Starmer como otros líderes internacionales están adoptando posiciones más firmes ante el aumento de la inmigración irregular. El propio Trudeau, conocido por su postura progresista, recientemente declaró que su gobierno está «centrado en asegurar las fronteras» y proteger los empleos canadienses, evidenciando un cambio en las prioridades de las políticas migratorias globales.

La postura de Starmer es clara: «Nunca más seremos blandos» con la inmigración irregular. Al adoptar medidas estrictas contra las mafias de tráfico de personas, reforzar el mercado laboral y cambiar las políticas de visados, el gobierno laborista busca frenar el aumento de la inmigración neta y devolver el control a las fronteras británicas.

Starmer ha tomado una postura firme y decidida respecto a la inmigración, adoptando un enfoque más estricto que el de sus predecesores conservadores. Con reformas al sistema de visados, medidas para frenar el tráfico de personas y una visión de economía más centrada en los británicos, el primer ministro busca cambiar el rumbo de la inmigración al Reino Unido. A pesar de la crítica que puedan recibir estas políticas, su objetivo es claro: «Donde el anterior gobierno os falló, nosotros no lo haremos».