Hezbolá ataca por primera vez desde la entrada en vigor del alto el fuego posiciones del Ejército israelí
Desde prácticamente la entrada en vigor del alto el fuego en el Líbano el pasado miércoles, tanto la milicia chií libanesa Hezbolá como Israel se han acusado mutuamente de violar el acuerdo. Sin embargo, casi a punto de cumplirse una semana del cese de hostilidades, Hezbolá ha reivindicado por primera vez un ataque contra una posición del Ejército israelí en Har Dov. Un área en disputa entre ambos países y que se sitúa en las Granjas de Shebaa, histórico punto de fricción. El primer ministro israelí, Benjamin Nentayahu, aseveró que su país está decidido a «responder a cualquier violación» por parte del Partido de Dios.
«La Resistencia Islámica llevó a cabo una respuesta defensiva de advertencia inicial la tarde de este lunes, apuntando al sitio de Ruwaysat al Alam perteneciente al Ejército enemigo israelí en las colinas libanesas ocupadas de Kfar Shoub», reconoció la milicia chií en un comunicado. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron el lanzamiento de «varios proyectiles», sin causar heridos. Pocas horas antes de que la milicia proiraní atacara posiciones del Ejército hebreo, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri –principal aliado de Hezbolá– había acusado a Israel de violar «flagrantemente» el acuerdo de alto al fuego.
Berri enumeró en 54 las ocasiones que, según él, las FDI habían roto la tregua. Unas acusaciones que fueron desmentidas de manera tajante por el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Saar, que aseveró que su país está «haciendo cumplir» lo pactado. Desde la entrada en vigor del cese de hostilidades, el pasado 27 de noviembre, el Ejército israelí ha bombardeado el Líbano en múltiples ocasiones, explicando que sus acometidas tenían como objetivo milicianos o posiciones de Hezbolá.
Sin embargo, este lunes, un soldado libanés murió por un ataque israelí con drones contra el sur del país del cedro. Asismismo, el Líbano había denunciado previamente que al menos otro uniformado de las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) había resultado herido en una ofensiva hebrea con aviones no tripulados. En este sentido, la Dirección General de la Seguridad del Estado señaló que estos ataques constituyen «una escalada peligrosa y una violación flagrante de la soberanía libanesa, y confirma el carácter agresivo de la ocupación, que no respeta ningún acuerdo o pacto internacional».
El alto el fuego entre Hezbolá e Israel, que incluye varios cabos sueltos, ya vaticinaba un incierto futuro para el Líbano. En el acuerdo, que consta de 13 puntos, Israel se adjudica el derecho de actuar contra el país vecino siempre que considere que la milicia proiraní sea una amenaza para su seguridad. Asimismo, atribuye al Gobierno libanés –en funciones desde hace más de dos años– la titánica tarea de supervisar la venta, entrega y producción de armamento, para que este no caiga en manos de la milicia chií libanesa, que también cuenta con representación en el Parlamento.
Israel ya ha adelantado que seguirá actuando para evitar el contrabando de armas al Partido de Dios. Así las cosas, el portavoz del Ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari, aseguró este lunes que su país no dudará en atacar la frontera entre Siria y el Líbano, para evitar que el régimen iraní envíe suministros a su gran aliado través de esta ruta. Además, Hagari, en una entrevista con Sky News Arabia, aprovechó para acusar nuevamente a Hezbolá de violar la tregua. «El pueblo y el Gobierno libaneses deben asegurarse de que estas áreas, ya sea en Beirut o el sur de Líbano, están libres de armas, ya sea en las casas, en los patios o en las habitaciones de niños», aseveró.
Israel y Hezbolá se comprometieron, en un período de 60 días, a retirarse del sur del Líbano. La milicia chií libanesa deberá replegarse al norte del río Litani, a más de 30 km de la frontera con el país hebreo, mientras que las FDI deberán abandonar sus posiciones en el país del cedro de manera progresiva, cediendo el terreno a las Fuerzas Armadas Libanesas, que tiene previsto desplegar a unos 10.000 soldados. Pero los continuos ataques mutuos amenazan con hacer saltar por los aires esta frágil tregua. Por el momento, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ya ha prometido una «dura respuesta» por los ataques de Hezbolá contra su Ejército. Poco después, un bombardeo israelí contra los suburbios de localidades como Jbaa, Yaroun y Chebba acabaron con la vida de diez personas, según un balance del Ministerio de Salud Pública libanés.