Se ha decretado la ley marcial en Corea del Sur
Las claves tras la ley marcial en Corea del Sur: pérdida de apoyos, escándalos familiares y tensiones con el Norte
Corea del Sur, normalmente conocido como uno de los bastiones de la democracia en Asia, está viendo como esta se encuentra más amenazada que nunca. El presidente, Yoon Suk-yeol, ha declarado la ley marcial con el objetivo de «erradicar las fuerzas favorables a Corea del Norte y proteger el orden constitucional libre».
Este anuncio llega después de que el Partido Democrático, la principal fuerza de la oposición, aprobara los presupuestos generales de 2025 sin contar con el apoyo del gobernante Partido del Poder Popular de Yoon, lo que se ha sumado a una serie de descréditos públicos para el presidente, que también está cercado por investigaciones penales contra su mujer y la amenaza de un conflicto con Corea del Norte.
El Gobierno de Yoon, que asumió en mayo de 2022, ha enfrentado un constante bloqueo legislativo por parte de la oposición, liderada por el Partido Democrático de Corea, que controla la Asamblea Nacional. En su discurso televisado, Yoon acusó a la oposición de una «dictadura legislativa» destinada a paralizar al Ejecutivo y desestabilizar al país. Desde su toma de posesión, se han presentado 22 mociones de destitución contra funcionarios clave de su Gobierno, incluyendo recientes intentos contra el Ministro de Defensa y el jefe de la Comisión de Auditoría.
El choque llegó a un punto crítico con la aprobación de un presupuesto reducido, que según Yoon, «debilita funciones esenciales del Estado, como la seguridad pública y la lucha contra el crimen». A esta tensión se suma el desafío de la oposición que ha votado para revocar la ley marcial, ya que posee mayoría en el Parlamento. Un acto que aumenta aún más la incertidumbre sobre el futuro del decreto y el país.
Los escándalos de su mujer
La figura del presidente Yoon también se ha visto dañada por los escándalos relacionados con su esposa, Kim Keon Hee. Acusaciones de haber aceptado regalos lujosos, manipulación de acciones y su presunta influencia en decisiones políticas han erosionado su popularidad. Aunque Yoon ofreció disculpas públicas, rechazó investigar a su esposa y calificó las acusaciones como exageraciones, alimentando la percepción de opacidad y favoritismo en su Administración.
Unos soldados intentan entrar en la Asamblea Nacional
Los escándalos personales han dado munición a la oposición, liderada por Lee Jae-myung, quien enfrenta sus propios problemas legales pero sigue siendo un fuerte contendiente para las elecciones presidenciales de 2027.
Tensiones con el Norte
En el plano internacional, Corea del Sur enfrenta un panorama complejo con el Norte, que sigue desarrollando su arsenal nuclear y estrechando lazos con Rusia en el marco de la guerra en Ucrania. La Administración Yoon ha reforzado su cooperación con Washington y Tokio, pero la elección de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos plantea interrogantes sobre cómo este cambio afectará las políticas de seguridad y comercio de Corea del Sur.
Durante los últimos meses se han sucedido diversos episodios que agudizan las tensiones con sus vecinos. Aprovechando los casos de corrupción de su mujer, Corea del Norte ha estado enviando globos hacia el Sur con desechos y propaganda, denunciando la incompetencia de Yoon y los problemas penales de Kim Keon Hee. También modificaron su Constitución, pasando a considerar a Corea del Sur como un «territorio hostil», lo que les llevó a dinamitar carreteras y vías férreas que conectaban con ellos.
El anuncio de ley marcial incluye restricciones a la prensa y las reuniones públicas, justificadas como necesarias para proteger al país de «actos subversivos». Sin embargo, las críticas internas e internacionales han señalado que estas medidas podrían profundizar la polarización política y socavar la democracia surcoreana.
Con el país dividido y la legitimidad del Gobierno en entredicho, la declaración de ley marcial se convierte en el momento más crítico de la presidencia de Yoon. Si bien el mandatario ha prometido normalizar la situación rápidamente, la combinación de conflictos políticos, desgaste público y desafíos internacionales augura un difícil futuro para su Administración y para la estabilidad de Corea del Sur.