La ciudad rebelde de Siria donde Al Asad reprimió la Primavera Árabe y en la que se puso fin a su régimen
En esta ciudad situada a 100 kilómetros al sur de Damasco fue donde un grupo de estudiantes inició las protestas que desembocaron en más de una década de sangrienta guerra civil
A poco más de 100 kilómetros al sur de Damasco, sede del régimen de Bashar al Asad, se encuentra la ciudad de Daraa; una urbe de mayoría suní que trajo de cabeza al dictador desde marzo de 2011. Un grupo de jóvenes estudiantes iniciaron allí sus protestas contra el autócrata influenciados por las Primaveras Árabes que ya habían estallado en otros países árabes. La primera, en Túnez, en diciembre de 2010.
Las protestas se extendieron y la respuesta de Bashar al Asad y la brutal represión desencadenó una guerra civil que se extendió durante trece años hasta que el pasado 8 de diciembre cayó Damasco y el régimen obligando a Al Asad a huir del país a Moscú, en Rusia; país que lleva apoyando militarmente al Ejército del dictador desde que estalló el conflicto.
Un equipo de EFE que ha entrado en Daraa da cuenta de la destrucción en las calles debido a los bombardeos ininterrumpidos que esta ciudad agrícola lleva sufriendo desde que cometieron la osadía de criticar al régimen. Daraa se convirtió en la excusa de Al Asad para justificar más de una década de guerra, detenciones, torturas y desapariciones forzosas, pero, también se convirtió en un símbolo de la liberación de Siria de su Gobierno.
Antes de que se anunciase oficialmente la caída del régimen de Bashar al Asad, las milicias anti Asad en Daraa y otras provincias limítrofes volvieron a levantarse en armas y se unieron a la revolución. «Ya había revolucionarios esperando la oportunidad adecuada. Se movieron y lograron liberar esta zona. Nos encontramos todos en Damasco», explica Mohamed al Baqur, líder del destacamento del Organismo de Liberación del Levante en la frontera con Jordania –HTS en árabe–, cuyos miembros lideraron la ofensiva de la alianza islamista.
En esos poco más de 100 kilómetros que separan Daraa de Damasco quedan todavía los vestigios de la marcha hacia la capital. Decenas de carros de combate, vehículos blindados, cañones autopropulsados y armas antiaéreas, que señalaron el camino a los rebeldes. Además, esta ciudad está próxima a los Altos del Golán, región que el Ejército de Israel empezó a bombardear hace semanas bajo el pretexto de destruir depósitos de armas y que no queden en manos de la alianza islamista HTS.
La guerra de Siria en cifras
Las cifras que deja la guerra en Siria son abrumadoras. Desde 2011, han fallecido más de 610.000 personas en el país árabe, entre ellos más de 160.000 civiles, según las cifras publicadas por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) a mediados de 2024.
En este tiempo, más de 13 millones de sirios han tenido que abandonar sus hogares, lo que supone casi la mitad de la población del país. Muchos de los que se marcharon del país se plantean ahora volver, con la esperanza de que el vacío de poder no suponga un problema para restaurar la calma en un país absolutamente devastado por las bombas.