Macron vuelve a irse de Francia cuando el país se juega su futuro político
Hace poco más de dos semanas destacó la noticia de que, mientras el primer ministro francés, Michel Barnier, se enfrentaba a unas mociones de censura que a la postre derribarían su gobierno, el presidente de la República, Emmanuel Macron, se encontraba muy lejos de Francia, en Riad, Arabia Saudí, donde se reunió con Mohammed bin Salman con el objetivo de firmar una asociación estratégica destinada a profundizar los lazos bilaterales entre ambos países.
No se puede decir tampoco que las mociones de censura a Barnier le pillaran a Macron de imprevisto, sin opción de dar marcha atrás a su viaje al país asiático. El presidente puso rumbo a Riad el lunes 2 de diciembre, el día que ya se sabía que tanto la coalición de izquierdas como Marine Le Pen le presentarían las mociones de censura a Barnier como consecuencia de su uso del artículo 49.3 de la Constitución francesa.
Poco más de dos semanas después, la historia se repite. Macron postergó la elección de un nuevo primer ministro hasta el pasado viernes, cuando designó al centrista François Bayrou. Desde entonces, el nuevo primer ministro está haciendo equilibrios para contentar a la oposición, elegir a los nombres de su nuevo gabinete y preparar la nueva ley de presupuestos para 2025 —ayer el Senado francés aprobó la ley para prorrogar los presupuestos de 2024, pero Bayrou debe preparar una nueva—.
Mientras ocurre todo esto, a la par que Bayrou intenta reconducir el rumbo político de Francia, Emmanuel Macron ha puesto rumbo a la isla de Mayotte, un archipiélago francés ubicado en la zona norte del Canal de Mozambique que ha quedado devastado tras el paso del ciclón Chido. Lo que en principio iba a ser una visita fugaz, protocolaria, se va a alargar más de lo previsto. El presidente decidió sobre la marcha pasar una noche más en Mayotte, con el objetivo de «poder ir mañana por la mañana a visitar tanto barrios chabolistas como otras zonas más alejadas de la capital departamental, Mamoudzou».
Sin embargo, la extensión de su estancia en Mayotte no anula sus próximas salidas. A continuación, Macron volará a Yibuti para visitar a las tropas francesas, siguiendo la tradición de cada Navidad, y después a Etiopía, antes de regresar a París durante el fin de semana.
Es decir, Bayrou, al igual que Barnier antes, se queda solo en un momento crucial para el futuro político de Francia. Y Macron parece seguir con su política de dejar a su suerte el país que preside. Su terrible elección de adelantar las elecciones para el pasado verano solo fue la primera de muchas decisiones que el presidente ha tomado en contra de los intereses políticos de los galos, a quienes ha situado en un vasto vacío político.