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El dictador cubano Raúl Castro mira en el Gran Teatro de La Habana, el 22 de marzo de 2016 en La Habana, Cuba

El dictador cubano Raúl Castro mira en el Gran Teatro de La Habana, el 22 de marzo de 2016 en La Habana, CubaDouliery Olivier

La dictadura castrista en Cuba pierde el control de las remesas

El Debate accede al informe que demuestra cómo el régimen ya solo controla el 4,13 % de los envíos de dinero

El camarero de Miami que todos los meses envía una cantidad fija a su primo hermano, profesor universitario en La Habana, pongamos por caso, para que pueda cuadrar sus gastos básicos. Un sistema de remesas arraigado desde hace décadas y que, de momento sigue en vigor. Aunque no de la manera en que venía siendo habitual: el control que el régimen venía ejerciendo sobre ese lucrativo negocio —para sus arcas— se está desmoronando.

Así se desprende del último informe del think tank Cuba Siglo XXI, cuya autoría corresponde al economista Emilio Morales. La constatación es inapelable: Gaesa [el conglomerado empresarial controlado por la cúpula de las Fuerzas Armadas] ha perdido el control del negocio de las remesas en Cuba, debido a una silenciosa «rebelión financiera ciudadana» contra su monopolio bancario. Algo más del 95 % del flujo de remesas de la diáspora cubana hacia la isla está siendo canalizada a través de una red de más de 150 «bancos informales». «Este fenómeno supone un duro golpe para las finanzas de la élite en el poder, dado que las remesas constituían su segunda fuente principal de divisas», según el informe.

Las cifras hablan por sí mismas: «Según estimaciones basadas en los ingresos acumulados hasta mayo de 2024, Gaesa solo recaudará alrededor de 81,6 millones de dólares al cierre de este año, lo que representa apenas el 4,13% del volumen total del mercado de remesas que fue recaudado en el 2023, que fue 1,972 millones de dólares. Lo cual evidencia que la mayor parte del negocio ha pasado a manos de redes informales que operan con mayor rapidez, eficiencia y confianza para los usuarios».

Se trata de un cambio fundamental pues durante décadas, Gaesa controló las remesas mediante entidades como Fincimex y American International Services. Más adelante estableció Orbit para hacerla aparentar como una empresa independiente y así evadir sanciones estadounidenses. «Investigaciones, informes y conferencias de prensa de varias instituciones académicas y medios independientes desde el año 2020 advirtieron de la nueva jugada de Gaesa de crear Orbit para burlar esas sanciones».

Esquema de Gaesa para el control de las remesas

Esquema de Gaesa para el control de las remesasEl Debate

Sobre todo, los mandamases castristas pensaron que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca implicaría un nuevo deshielo entre Estados Unidos y Cuba, como ocurrió al final del segundo mandato de Barack Obama. Sin embargo, la brutal represión desatada a raíz de las revueltas populares de julio de 2021 desbarató el plan. Lo cual no significó que Biden retomase en su totalidad la línea dura fijada por Trump. «Al contrario», explica Morales a El Debate, «facilitó algunas cosas a la dictadura. Estados Unidos aprobó a la compañía Orbit, aun sabiendo que estaba manejada por los militares. La Administración Biden también restauró los vuelos a varias provincias cubanas, así como algunos tipos de viajes y facilitó que las Mipymes compraran productos en Estados Unidos».

Mas esa buena disposición apenas ha servido para paliar un grueso error de la dictadura en relación con las remesas: la implementación de la Tarea de Ordenamiento Monetario, una medida económica que prometía resolver los problemas financieros del país, pero que resultó en una profunda crisis inflacionaria. «Además», prosigue el informe, «la creación de tiendas en Moneda Libremente Convertible, que inicialmente se planteó como un proyecto experimental, terminó convirtiéndose en un sistema que dolarizó el comercio minorista manejado por las empresas de Gaesa. Estas políticas no solo generaron descontento entre la población, sino que también profundizaron la desconfianza en las instituciones estatales, en especial en los bancos nacionales. Es lo que dio pie a lo que Morales llama la “rebelión financiera ciudadana».

El régimen esperaba que la ola migratoria se tradujera en un aumento en el volumen de remesas, pero tuvo el efecto contrario

Otros tres factores facilitaron el hundimiento del sistema ideado por Gaesa. En primer lugar, los efectos de las medidas impuestas por la (primera) Administración Trump. Entre estas medidas estaba la prohibición de transacciones con entidades controladas por las fuerzas armadas cubanas, como Fincimex, que hasta ese momento era el principal agente de envío de remesas a la isla. Aunque Gaesa trató de sortear las sanciones creando Orbit, esta estrategia no logró recuperar el control del mercado. La torpeza de su frágil enmascaramiento dejó al conglomerado militar expuesto como el actor detrás de esta fachada empresarial.

También tuvo incidencia la pandemia de 2020-2021. El cierre de los aeropuertos cubanos durante más de 20 meses paralizó los canales informales de remesas, que tradicionalmente representaban cerca del 50 % del total de los envíos. Esta interrupción afectó gravemente las finanzas de muchas familias cubanas y acentuó la dependencia de vías informales más eficientes, especialmente con la gradual reapertura de las fronteras.

Sin olvidar, claro está, la masiva ola migratoria saldada por la salida de Cuba de más de 850.000 ciudadanos entre 2020 y 2023. No obstante, este fenómeno, que el régimen esperaba que se tradujera en un aumento en el volumen de remesas, tuvo el efecto contrario. La mayoría de estos migrantes priorizaron la reunificación familiar y enfrentaron sus propios desafíos económicos en el extranjero, limitando así su capacidad de enviar dinero a sus familiares en Cuba.

Conclusión del informe: «El fracaso de Gaesa para retener el control de las remesas evidencia la fragilidad del sistema financiero cubano y el declive de su gobernanza militarizada. La rebelión financiera informal no solo privó al régimen de una fuente clave de divisas, sino que también marcó un cambio irreversible en las dinámicas económicas de la isla. La pérdida del control sobre el flujo de remesas y la creciente informalidad económica son síntomas de un sistema incapaz de adaptarse y que, con cada maniobra fallida, se acerca más a un colapso final inevitable».

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