Venezuela
Edmundo González no irá a Caracas mientras que Maduro ejecuta su asalto al poder para los próximos seis años
El autócrata Nicolás Maduro ejecutó, este viernes 10 de enero, su asalto al poder para los próximos seis años (2025-2031), en el que se convertirá en su tercer mandato. Sin mostrar las actas electorales, habiendo militarizado todo Venezuela, cerrado los aeropuertos, fronteras y puertos, y temeroso de que la democracia pudiese llegar al país que ha sometido. El presidente electo y ganador de las elecciones del pasado 28 de julio, Edmundo González Urrutia, quien había insistido en que estaría en Caracas este viernes, finalmente no pondrá el pie en su país, según confirmaron a El Debate fuentes cercanas al exdiplomático.
El exdiplomático (75 años), tras embarcarse en una frenética gira por el continente americano que le ha llevado por Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Panamá y, por último, República Dominicana, tenía pensado montarse en un avión y llegar a Caracas, este viernes, parapetado por otros exmandatarios hispanoamericanos para jurar su cargo como presidente electo. El régimen chavista, ante este escenario, cerró por completo el espacio aéreo del país. González Urrutia podría haber recurrido a otros mecanismos, como proclamarse presidente en la Embajada de Venezuela en Santo Domingo, pero, por ahora, tampoco parece que sea una posibilidad.
La propia líder de la oposición venezolana, María Corina Machado (MCM), que sí salió de su clandestinidad, tras más de 133 días durante la manifestación de ayer en la capital venezolana en contra de la investidura de Maduro y a favor de González Urrutia, explicó, este viernes, que «no es conveniente que, en el día de hoy Edmundo ingrese a Venezuela». Aun así, en un mensaje grabado en vídeo, que se hizo esperar por los cortes de internet, aseguró que el exdiplomático «vendrá a nuestro país a juramentarse como presidente constitucional de Venezuela en el momento correcto, cuando las condiciones sean las adecuadas».
La intervención de la líder opositora en la marcha del 9 de enero, de apenas diez minutos, para animar a los allí presentes, le costó ser tiroteada, detenida y, tras una hora de incertidumbre, puesta en libertad por las fuerzas del régimen chavista. Aunque no sin antes haber sido obligada a grabar una serie de extraños vídeos, según denunció el Comando Nacional de Campaña, para desacreditar a la oposición venezolana. Horas después, la propia MCM confirmó, a través de su cuenta de X, antes Twitter, que se encontraba «en un lugar seguro». Menos de 24 horas después, Maduro entraba, victorioso, junto a su mujer Cilia Flores a la sede de la Asamblea Nacional (AN), para consumar su fraude y jugar el cargo de presidente de Venezuela, que le corresponde a González Urrutia.
Minutos antes, el dictador compartía un mensaje desafiante en su canal de Telegram: «Estamos listos. No habrá fascismo ni imperialismo que lo pueda detener». Un claro mensaje que acompañó de un vídeo, al más puro estilo chavista populista. Maduro juró, este 10 de enero, con la mano derecha en la Constitución y mirando a los ojos a su fiel esbirro, Jorge Rodríguez, «que haré cumplir todos su mandatos, inauguro el nuevo periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia». A pesar de su obstinación por hacer creer que estaba rodeado de aliados, a nivel internacional, tan solo estuvo rodeado del primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, el mandatario de Cuba, Miguel Díaz Canel, el de Nicaragua, Daniel Ortega, y el primer ministro de la República Árabe Saharaui, Bucharaya Hamudi Beyun.
En su discurso, Maduro no dejo pasar la oportunidad de arremeter contra la oposición, Estados Unidos o el presidente de Argentina, Javier Milei, mientras aseguraba que «su país» era un país de «paz». «A mí no me ha colocado como presidente el Gobierno de los Estados Unidos ni los gobiernos proimperialistas de la derecha hispanoamericana. Vengo del pueblo, soy del pueblo y mi poder emana de la historia y del pueblo. Al pueblo me debo en vida completa, en cuerpo y en alma», insistió. La oposición mayoritaria de Venezuela, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), emitió de manera inmediata un comunicado denunciando el «golpe de Estado» de Maduro.
«Con la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro de la Presidencia de la República, apoyado por la fuerza bruta y desconociendo la soberanía popular expresada contundentemente el pasado 28 de julio, se ha consumado un golpe de Estado en contra de los derechos del pueblo venezolano», apostilló la PUD en un comunicado publicado en X. En este mismo mensaje, la oposición venezolana adelantó que, a partir de este viernes, empieza una «nueva etapa en esta lucha por la libertad de Venezuela en todo el territorio nacional y en todos los sectores que conforman».
Una nueva fase que también adelantó María Corina Machado durante la manifestación de este jueves. Paralelamente, Estados Unidos, en respuesta al asalto al poder del autócrata venezolano, anunció que ha aumentado de 15 a 25 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Maduro. Por su parte, la Unión Europea, en un comunicado algo tibio, aseveró que la investidura del chavista carece de «la legitimidad» de un mandatario «democráticamente elegido», mientras que el Consejo de la UE aprobó nuevas sanciones contra 15 altos cargos del régimen y renovó las medidas restrictivas.