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Samuel Bengio, presidente de Yad Vashem España, durante un coloquio con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, en la sede de la comunidad judía Bet-El en Madrid

Samuel Bengio, presidente de Yad Vashem España, durante un coloquio en la sede de la comunidad judía Bet-El en MadridDaniela Brik

Samuel Bengio, presidente de Yad Vashem: «En España se ve antisemitismo en los medios de comunicación»

Bengio, responsable en nuestro país del Centro de Conmemoración de la Shoá, advierte que el antisemitismo en España es esencialmente mediático

El mundo ha conmemorado este lunes el 80 aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau (Polonia) a manos de las tropas soviéticas. En un contexto marcado por un alarmante incremento del odio online y la inseguridad que enfrentan las comunidades judías en Europa, España tampoco está exenta del auge antisemita y ocupa el segundo lugar en publicaciones antisemitas en la red, según un informe del Gobierno de Israel.

La Coordinadora Estatal de Lucha contra el Antisemitismo en España, creada tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, acaba de advertir sobre los peligros de la banalización y negación del Holocausto: «Robar la historia judía y situar a la víctima como victimario es una de las estrategias centrales del antisemitismo».

En entrevista con El Debate, Samuel Bengio, presidente de Yad Vashem España —institución israelí y centro mundial de conmemoración de la Shoá con sede en Jerusalén—, subraya la importancia de actuar ante una amenaza creciente. Este experto en el genocidio perpetrado por los nazis, reflexiona sobre la historia compartida y el papel de los medios e instituciones para enfrentar el aumento de la hostilidad hacia los judíos.

–¿Cómo describiría el estado del antisemitismo en España?

–Siempre decimos que en España el antisemitismo es mediático. Se expresa a través de los medios de información como televisión, radio y periódicos de una manera totalmente explícita. Es más, algunos medios sienten la necesidad de balancear artículos en contra con artículos a favor. No tiene características más completas que pueda tener un país como Francia, donde la gente toma precauciones al salir a la calle, por ejemplo, si lleva la cabeza cubierta.

Esto se debe al bajo nivel de interrelación con la sociedad, hay muy poco conocimiento directo sobre los judíos. Apenas hay unos 40.000 judíos en España, lo que significa que muchas personas no han conocido ni visto nunca a un judío. Esto genera una percepción basada en lo que han leído o escuchado, en lugar de una experiencia directa.

–¿Y cómo influye la historia en la percepción actual del antisemitismo en España?

–La influencia histórica es importante. En la Península Ibérica, los judíos convivieron con cristianos y musulmanes durante 14 siglos. Sin embargo, en 1391 comenzó un proceso que culminó con la expulsión de los judíos. Aunque podamos pensar que fue una decisión política, lo cierto es que la Iglesia desempeñó un papel clave, obligando a los judíos a convertirse o a marcharse.

Hamás no actúa solo. Ataca en coordinación con otros actores como Irán y grupos en Irak y Yemen

Además, persisten malentendidos históricos y culturales. Por ejemplo, recientemente alguien me comentó que Jesús era palestino, lo cual demuestra un desconocimiento básico. Estas confusiones y actitudes antisemitas se reflejan incluso en actos públicos, como la manifestación convocada contra el Maccabi Tel Aviv de baloncesto (a mediados de este mes en Madrid), algo totalmente inadmisible.

–Organizaciones judías hablan de un aumento del 400 % de actos antisemitas en Europa desde octubre de 2023. ¿Qué opina al respecto?

–Sí, está subiendo en Europa, y también aquí en España. Existe una especie de ósmosis con respecto al antisemitismo, lo que no me sorprende. Aunque el nivel de agresividad aquí no es el mismo que en otros países, hay actos vergonzosos que evidencian ignorancia. Por ejemplo, un caso absurdo ocurrió cuando una misión de científicos israelíes de la Universidad de Tel Aviv viajó para tratar una enfermedad rara hasta un pueblo de Andalucía y no les dejaron ocuparse de los pacientes.

–En relación con la situación en Gaza, ha mencionado (en un coloquio con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto) que Israel estuvo al borde de la aniquilación tras los atentados del 7 de octubre. ¿Cómo explica esta afirmación?

–Insisto en que no soy estratega militar, pero lo que sé es que Hamás no actúa solo. Ataca en coordinación con otros actores como Irán y grupos en Irak y Yemen. Las instrucciones que llegan de Irán son claras y buscan aprovechar cualquier oportunidad para desestabilizar a Israel.

Israel tuvo que enfrentar ataques simultáneos desde múltiples frentes, algo para lo que no estaba completamente preparado. A pesar de ello, gracias a las defensas desarrolladas y al trabajo de inteligencia, lograron contener esos ataques. Sin embargo, el 7 de octubre marcó un antes y un después para Israel. Las barbaridades cometidas y la desconfianza total hacia quienes invadieron su territorio son cicatrices que no desaparecerán.

–En ese contexto, ¿cómo respondería al argumento de que en Gaza se ha cometido un genocidio?

–Lo primero es ir al diccionario y revisar qué significa genocidio. Según su definición, los israelíes no han cometido ningún genocidio. Además, durante la guerra, Israel continuó suministrando agua, comida, medicamentos y electricidad a Gaza, algo que Hamás intentó controlar y revender en el mercado negro para seguir sometiendo a su población.

El antisemitismo en España surge, en gran parte, por el desconocimiento de lo que significa ser judío

¿Qué enemigo hace eso? No existe precedente en los anales de la guerra de que alguien provea a su enemigo los recursos necesarios para resistir. Este argumento de genocidio simplemente no tiene fundamento.

–¿Qué se puede hacer para combatir el antisemitismo en España?

–El antisemitismo en España surge, en gran parte, por el desconocimiento de lo que significa ser judío. Muchas personas no tienen acceso directo a la cultura judía ni a su historia. Por ejemplo, en España hay quienes leen el Pentateuco, pero si no leen la ley oral que lo complementa, no pueden entender realmente el judaísmo.

Creo que la clave está en un esfuerzo por comprender el contenido de los textos judíos y su desarrollo práctico, no sólo desde un punto de vista religioso, sino cultural y ético. Al mismo tiempo, es importante dejar de justificar o debatir con personas que no hacen el esfuerzo de adquirir un conocimiento básico sobre el tema. El primer paso es el diálogo, pero debe ser un diálogo informado.

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