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Un activista anti-Brexit en el centro de Londres

Un activista anti-Brexit en el centro de LondresAFP

Cinco años del Brexit, el acuerdo que cambió al Reino Unido: «Fue y es una terrible decisión»

El Debate recopila testimonios de personas que experimentan de manera directa las consecuencias que ha tenido esta decisión en sus vidas

El 31 de enero de 2020, apenas un mes antes de que el mundo cambiara para siempre con una pandemia que recluyó a la civilización mundial en sus casas, el Reino Unido sufrió su propia revolución con la entrada en vigor de un acuerdo que, un lustro después, sigue resonando en todos los estamentos de la sociedad británica.

Hace cinco años, el Reino Unido abandonó la Unión Europea siguiendo la decisión que tomaron los propios ciudadanos británicos en un referéndum celebrado en julio de 2016, donde la decisión de abandonar se impuso a la de quedarse con un 51,9 % de los votos. Ahora, un lustro después de la entrada en vigor de la medida, las consecuencias siguen marcando la vida de millones de ciudadanos, tanto británicos residiendo en el Reino Unido, británicos que han emigrado o extranjeros que ahora viven en Gran Bretaña.

Sue Wilson, de 'Bremain in Spain', una asociación que protege los derechos de los británicos que residen en España, es una de las voces más críticas con la salida del Reino Unido de la UE. Wilson cuenta a El Debate que el Brexit no solo ha dañado la economía británica, sino también la reputación internacional del país. «El Brexit fue, y sigue siendo, una terrible decisión» afirma. Según Wilson, la decisión de abandonar la UE estuvo basada en «mentiras descaradas y falsas promesas», que convencieron a muchos ciudadanos de que el Reino Unido estaría mejor aislado de sus socios europeos.

El dolor de un Brexit que no acaba

Los efectos del Brexit en la sociedad británica no son únicamente económicos, sino que se expanden a todos los ámbitos de la sociedad. Sue Wilson comenta que la frustración que siente hacia el Gobierno británico radica en la falta de reconocimiento de los daños causados por esa decisión: «La ira y la tristeza siguen conmigo» dice, aludiendo a un gobierno que, lejos de aceptar los errores, se empeña en mantener «líneas rojas ridículas», como la negativa a formar parte del mercado único o la unión aduanera con la UE.

«El Brexit ha afectado nuestra economía, nuestra reputación y nuestro nivel de vida», continúa. Para ella, no hay vuelta atrás: el daño está hecho. El Gobierno británico sigue insistiendo en una «relación reseteada» con la UE, pero Wilson ve esto como un intento superficial de reparar un daño que, en su opinión, está ya profundamente arraigado.

Centenares de británicos se manifestaron contra el brexit y pidieron reincorporarse en la EU

Centenares de británicos se manifiestan contra el Brexit y piden reincorporarse en la EUJustin Tallis / AFP

«Las encuestas muestran que más personas que nunca consideran que el Brexit fue un error, con solo el 30 % todavía convencidos de que fue una buena idea» señala. Sin embargo, para su descontento, esta oposición no se traduce en cambios políticos concretos.

El sentimiento de estar atrapado

De todas las franjas de edad, quizás sea a los jóvenes a quienes más ha afectado el Brexit. No tanto por un conocimiento racional de lo que esta decisión supone, sino una experiencia empírica de cómo les afecta en su día a día. Pedro Carmona, español de 24 años residente en Manchester, se pone en contacto con El Debate para analizar, un lustro después, las consecuencias del divorcio entre el país en el que vive y la Unión Europea.

«Al principio no pensé que me afectaría tanto, pero la verdad es que se ha vuelto un poco caótico», confiesa Pedro, refiriéndose a los nuevos obstáculos que ha tenido que enfrentar en su vida diaria desde que el Brexit entró en vigor. A pesar de ser un joven en plena formación, la complejidad de la burocracia se ha convertido en uno de los principales problemas. Para él, los trámites administrativos son cada vez más complicados, no solo en el Reino Unido, sino también en su relación con España. El proceso para gestionar su estatus de residencia y el papeleo necesario para mantener su vida en el país se ha vuelto engorroso y difícil de seguir. «Nunca pensé que tendría que enfrentarme a tanta burocracia, especialmente siendo europeo», añade.

A veces siento que no sé si quedarme aquí o regresar a EspañaPedro CarmonaEspañol residente en Manchester

Pero si los trámites ya son una carga, la situación económica tampoco mejora. La promesa de un Reino Unido próspero después del Brexit se ha visto socavada por una serie de dificultades. «Todo es más caro ahora, desde los alimentos hasta los productos de tecnología. Es complicado llegar a fin de mes», relata Pedro. La inflación, combinada con una falta de estabilidad laboral, ha incrementado la carga económica de muchos jóvenes como él, que se encuentran atrapados entre un aumento de costes y una incertidumbre sobre su futuro profesional.

Como estudiante de turismo, Carmona tenía grandes expectativas de movilidad y de poder explorar nuevas oportunidades en Europa, pero el Brexit ha cerrado muchas de las puertas que antes estaban abiertas. «No sé qué va a pasar con mis oportunidades de trabajo aquí o en otros países europeos», dice con preocupación. El mercado laboral, especialmente en sectores como el turismo y la hostelería, se ha reducido drásticamente para los jóvenes que no tienen ciudadanía británica o permisos de residencia prolongados. Esto, sumado a los nuevos requisitos burocráticos para trabajar y viajar dentro de la UE, hace que las perspectivas de futuro sean cada vez más limitadas.

«A veces siento que no sé si quedarme aquí o regresar a España» nos confiesa Pedro. Un pensamiento que no es exclusivo suyo, pues las restricciones y el papeleo dificultan enormemente a quien quiera seguir viviendo en el país británico. «Todo se ha complicado mucho» concluye.

Un futuro que no llega

Aunque todavía existen personas que defienden la decisión tomada, la mayoría de los británicos creen que su vida ha empeorado ahora respecto a cómo estaban hace cinco años. Y así lo dejan saber siempre que pueden. Para Wilson, el Brexit es una herida profunda que sigue sin ser reconocida por quienes impulsaron la salida del Reino Unido de la UE. Para Carmona, la frustración diaria de vivir en un país que se ha vuelto menos accesible y más complicado de navegar.

El nuevo primer ministro, Keir Starmer, en el cargo desde el pasado verano, expuso desde el principio de su campaña que no reabriría el Acuerdo de Comercio y Cooperación con la Unión Europea, pero que se podría revisar la normativa sanitaria para reducir los controles fronterizos sobre alimentos, plantas y animales, lo que debería ayudar a los agricultores y a los importadores de alimentos.

Sin embargo, estas medidas parecen totalmente insuficientes y ajenas a la voluntad del pueblo. «El daño ya está hecho», sentencia Wilson, una frase que parece resumir el sentimiento de muchos que ven cómo, cinco años después, las promesas de un futuro mejor se desvanecen ante la realidad de las dificultades diarias.

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