Alerta en la calle: miedo a un atentado, preocupación y psicosis en las elecciones alemanas

Desde primeras horas de la mañana Berlín se ha visto bajo grandes medidas de seguridad. Una vez confirmado que el ataque del que fue víctima un ciudadano español de 30 años fue obra de un refugiado sirio que quería «matar judíos» y después de que se conocieran de talles de la preparación de un atentado contra la embajada israelí por un checheno, de nacionalidad rusa, los temores han aumentado.

El joven refugiado sirio que atacó al vasco, de 19 años, según los datos que aporta la Policía: «Había planeado durante varias semanas matar judíos y fue por eso el memorial del holocausto el lugar elegido para el ataque».

El ataque lo atribuyen a un motivo religioso porque portaba una mochila con una alfombra de oración, el Corán y un papel con versos del libro sagrado de los musulmanes fechados el día anterior, junto al arma del crimen

Se puede escuchar y sentir en todas partes el temor a un nueva agresión en cualquier momento. La huelga de transportes había mantenido el metro subterráneo cerrado en los días previos a la votación, pero los servicios públicos ya han vuelto a la normalidad. Libre circulación y libres para tener miedo.

En los accesos a las estaciones la Policía se suceden los controles y cada cuadrícula del centro de la ciudad se cerraron ayer con barreras y furgones policiales. La afluencia de turistas ha sido grande en todos los lugares típicos de Berlín pero las medidas de seguridad han sido y son excepcionales.

Por tarde se organizó una gran manifestación en el centro de la ciudad, por la avenida Unten den Linden. Los manifestantes forman parte de una gran coalición de sindicatos de servicios (enseñanza, transportes, correos, etc.) agrupados bajo las siglas Ver. di. Fue en la manifestación de esta agrupación sindical donde la semana pasada un afgano atacó con un vehículo dejando a varios manifestantes en muy mal estado.

Los sindicatos protestan contra la política por los recortes del Senado de Berlín y a favor de la redistribución. En este caso «Ver. di Berlín», junto con una amplia alianza de iniciativas asociaciones, entidades y proyectos habían convocado esa marcha.

Según los sindicalistas la coalición de CDU y SPD que gobierna Berlín ha impuesto los recortes mediante un procedimiento poco transparente. Al mismo tiempo, la política federal tiene una gran responsabilidad en la falta de financiación del presupuesto.

Sus reclamaciones se centran en que el estado federado de Berlín debe abogar a nivel federal por una política fiscal justa y por la abolición del freno al endeudamiento en su forma actual.

Piden gravar la riqueza y la reintroducción del impuesto sobre el patrimonio, es decir, aumentar la tributación de las rentas muy altas.

En este escenario se percibe el temor de unos y de otros. Primero a un atentado más o menos grave, luego a que estos hechos inclinen más la balanza hacia una exitosa AfD (Alternativa por Alemania). Ahora, con la espada de Damocles de las urnas en acción, el clima que se respira no sólo es tenso, se ha convertido en verdadera psicosis.