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Valentín Gutiérrez

Aventuras y negocios de Monedero en Venezuela

Durante sus seis años en Caracas, el exdirigente de Podemos recibió ingresos cercanos a los 6.000 euros mensuales, tuvo una suite en el Hotel Alba (Hilton antes de su expropiación), gastos pagados de alimentación y «servicios especiales»

Actualizada 04:30

Juan Carlos Monedero en un acto de la Policía Nacional Bolivariana en Caracas

Juan Carlos Monedero en un acto de la Policía Nacional Bolivariana en CaracasInstagram @PNBVZLA

malos tiempos para Juan Carlos Monedero Fernández-Gala. El madrileño, de 62 años, politólogo, profesor y exdirigente de Podemos, está bajo la lupa de la Justicia española por tener, siempre presuntamente, la mano demasiada larga con las mujeres, actitud desconocida en Venezuela porque el régimen ya le facilitaba hasta «servicios especiales» de amenidades al tiempo que se lucraba como asesor de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro.

Profesor y conferenciante en sitios tan siniestros como el Helicoide, el mayor centro de tortura de Venezuela, las aventuras remuneradas de Monedero, mientras los venezolanos sobreviven con cajas de alimentos racionadas, incluyen también un papel protagonista en la vida política bajo el paraguas económico de la dictadura.

En el 2005, el profesor y exdirigente de Podemos, hoy bajo investigación por las denuncias de abusos de estudiantes en la Complutense, se convirtió en el asesor especial del entonces presidente Hugo Chávez y del Ministerio de Planificación. En el Centro Internacional Miranda le colocaron como responsable de las actividades de formación política y pasó así a conformar, junto con Víctor Ríos, exdiputado de Izquierda Unida por Barcelona y exportavoz de la coalición, el equipo de unos 10 asesores españoles de izquierda que tuvo Chávez.

Monedero era uno de los diez asesores españoles de izquierdas de Chávez

Durante ese período, y hasta hoy, Monedero defiende la Revolución Bolivariana encabezada por Chávez, «el último libertador de América Latina» a sus ojos, y calificó el proceso político bolivariano en Hispanoamérica de «ejemplo para un mundo que está inmerso en una crisis sistémica capitalista».

Seis años de presencia en Venezuela

Juan Carlos Monedero enarbolaba la bandera del socialismo siglo XXI con una mano y con la otra, durante los seis años que vivió en Caracas, se embolsaba ingresos cercanos a los 6.000 euros mensuales (más del triple que un docente local). Entre los privilegios de los que gozaba figura una suite en el Hotel Alba (Hilton antes de su expropiación), donde residió. Tenía, prácticamente, todos los gastos pagados: alimentación, limpieza y algunos muy frecuentes en la categoría de «servicios especiales».

Monedero aprovechó ese tiempo para ser también profesor visitante en la Universidad Iberoamericana Puebla y asiduo participante en las actividades del Centro de Investigaciones Postdoctorales de la Universidad Central de Venezuela.

El sucre, la ilusión del dólar bolivariano

Pero quizás su actividad más importante y rentable fue su asesoría a varios gobiernos de la región, financiada por Venezuela, sobre la implantación de una moneda única latinoamericana, el Sucre, en 2009.

El Sucre (Sistema Unitario de Compensación Regional) fue una divisa propuesta por Chávez para intercambios comerciales entre países miembros de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), con la intención reemplazar progresivamente al dólar estadounidense en el comercio interregional que existe entre los países adheridos al ALBA (Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominicana, Ecuador, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela), con una adhesión posterior de Uruguay (2013). Su creación fue aprobada en octubre de 2009, en Cochabamba (Bolivia), y comenzaría a operar a partir de enero de 2010 con un valor inicial de 1,25 dólares americanos. A Monedero se le identifica como miembro importante del equipo que diseñó la arquitectura de esta efímera moneda.

En total, se operó con el Sucre un monto de 1.697 millones de dólares, pero luego la moneda entró en desuso debido a la sensible reducción de los ingresos petroleros venezolanos, a las ya evidentes manifestaciones de la crisis económica que había comenzado en el país y a las acusaciones de malversación, evasión de impuestos, sobreprecios y lavado de activos, con la intermediación de empresas de papel con direcciones y teléfonos falsos (unas 316 empresas), y de las cuales se sospechó que desviaron fondos a paraísos fiscales donde la falta de control y la debilidad del sistema permitió que se cometieran delitos.

En 2011, Monedero cesó sus actividades de asesoría en Venezuela y regresó a España, quizás con la satisfacción de haber logrado los recursos suficientes para contribuir a la fundación de su partido Podemos, en 2014. Se estima en fuentes venezolanas que a tal efecto habrían recibido unos 19 millones de euros. Así terminaría esa parte de la aventura de Monedero.

Observador electoral

No obstante los fracasos de su misión con el Sucre y en sus asesorías a Chávez, en 2024, Monedero fue invitado por Maduro a participar como observador internacional de las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio del pasado año. Sin lugar a dudas proclamaba antes, durante y después de colocarse las urnas que Maduro vencería a Edmundo González por 21 puntos.

Pese a las acusaciones de fraude electoral, las protestas masivas en las calles, las violaciones a los derechos humanos, el informe de la Fundación Carter y el rechazo de la mayoría de la comunidad internacional a la autoproclamación de Maduro, Monedero, que era su invitado, arremetió contra la oposición. La acusó de golpista, aseguró que las elecciones habían sido democráticas, transparentes y pacíficas. El 10 de enero, con indisimulado entusiasmo, acompañó y celebró la toma de posesión del «presidente de Venezuela», Nicolás Maduro.

Conferencia sobre derechos humanos en El Helicoide, centro de tortura

Poco después, en un acto de cinismo inexcusable, Monedero ofreció una conferencia magistral sobre derechos humanos en El Helicoide, en Caracas, uno de los mayores centros de tortura de América, ante 160 miembros de la Policía. La decisión provocó un intenso repudio nacional e internacional. En su bochornoso discurso dijo cosas como esta: «Hoy les planteo la necesidad de que en la Policía haya filósofos policiales, quienes se destaquen en la sociedad por su grado de compromiso radical con la Constitución y los derechos humanos. Desde su mirada y experiencia, ellos pueden hacer valer esos derechos fundamentales». La respuesta de los intelectuales venezolanos no se hizo esperar: «Si hubiera nacido antes, habría dado una charla en Auschwitz acerca de los campos de concentración humanistas».

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