
Alexis Kohler dejará de ser la mano derecha de Emmanuel Macron
Macron releva a su principal colaborador: un tecnócrata empático sustituye a otro distante
«Durante más de diez años a mi lado, como director de mi gabinete [en el ministerio de Economía] y luego como secretario general del Elíseo, Alexis Kohler puso toda su energía, su talento y su fuerza de trabajo sin igual al servicio de nuestro proyecto político y del pueblo francés. Ha servido a nuestro país de manera ejemplar a lo largo de los años. Sé cuánto le debe nuestra acción colectiva y sé que continuará su compromiso con la Nación en otras formas». Emmanuel Macron, citado por Le Figaro, no escatima elogios hacia el estrarburgués Alexis Kohler, su mano derecha durante esta última década —primero prodigiosa, después más bien infernal—, que el próximo martes tomará posesión como director general adjunto de la Société Générale, una de las principales entidades financieras de Francia y referente en los mercados internacionales.
Fiel a su carácter replegado y a sus maneras distantes con los medios —a diferencia de parte de sus antecesores, apenas recibía a periodistas—, ha dejado a su nuevo empleado el honor de anunciar públicamente su fichaje. Nada sorprendente teniendo en cuenta el carácter del interesado —limitaba sus apariciones públicas al anuncio de la composición de los nuevos gobiernos desde la escalinata del Elíseo—, pero sí algo curioso, pues el relevo del secretario general de la Presidencia de la República suele ser, en Francia, una noticia política relevante.
Nada extraño si se tiene en cuenta que el cargo equivale casi al de un jefe de Gobierno en la sombra, dada la configuración institucional de la V República, que concentra en el jefe del Estado el grueso de los poderes ejecutivos siempre que no haya cohabitación. El secretario general es, en semejante escenario, el brazo ejecutor de las decisiones presidenciales. Incluso a veces las toma por su propia iniciativa De ahí que a muchos ministros les temblaran la orejas cada vez que veían aparecer el número de Kohler en las pantallas de sus móviles, ya fuera para negarles un arbitraje presupuestario a su favor, anular un proyecto de ley o de decreto, o abroncarles por una entrevista televisiva fallida.
Aunque no siempre Kohler supo ganarse el favor presidencial: partidario de no ceder ante las peticiones de los «chalecos amarillos» y firme opositor a que Macron participase directamente en el posterior «debate nacional», tuvo que inclinarse en ambos casos. Mas, por otro lado, y sin que la lista sea exhaustiva, contribuyó a asegurar la continuidad del Estado durante la pandemia y a mantener el rumbo europeísta de Francia.El único fleco que Kohler se lleva de su larga etapa junto a Macron es una imputación por conflicto de intereses en el caso de la naviera Msc, vinculada a la familia de su mujer. Dentro de su arrogancia tecnocrática, se negó a comparecer ante una comisión parlamentaria, pero ahora tendrá que hacerlo ante la Justicia: así lo decidió el juez instructor hace unos meses.

Emmanuel Moulin sucederá a Kohler
Para sustituirle, Macron se ha decantado por Emmanuel Moulin, de 56 años y de confesión protestante. Al igual que Kohler, Moulin es un tecnócrata de raza: se formó en la Escuela Nacional de Administración, integrando a su salida el elitista cuerpo de la Inspección de Finanzas, ha sido director general del Tesoro —puesto neurálgico de la alta administración gala—, miembro de gabinetes de diversos ministros de Economía y también del de Nicolas Sarkozy cuando este apuraba su último año en el Elíseo. Parece, además que, en contra de Kohler, es mucho más empático, destaca por sentido del humor y exhibe algo de su vida privada en X.
Mas esa buena expectativa en lo tocante al ambiente de trabajo se verá atenuada por su más que previsible pérdida de influencia política: la fracasada disolución de la Asamblea Nacional en junio de 2024 ha reducido notablemente el margen de actuación política de Macron, que se encuentra en situación de semi cohabitación con el primer ministro François Bayrou. Además, no podrá representarse en 2027. A Moulin le toca ahora gestionar este titubeante escenario. De momento, ya es el nuevo «cardenal de la República»: así título el periodista Renaud Revel su libro sobre los secretarios generales del Elíseo.