
Marine Le Pen, durante la manifestación
Le Pen asegura que «nos atacan porque vamos a ganar» y se mantiene firme tras su condena: «No me rendiré»
Seis días después del terremoto político que supuso su sentencia de cinco años de inhabilitación con ejecución inmediata, los franceses se han echado a la calle para protestar. Y sí, han sido los franceses en general, pues a la manifestación convocada por la formación lepenista, la Agrupación Nacional (RN), se han sumado otra promovida por la izquierda, precisamente para protestar contra el RN, y una tercera buscada por el centro político, los restos del macronismo, movidos para combatir una irrelevancia política que es cada vez más una realidad irrefutable.
«No me rendiré. Muchos cederían en nuestra posición, pero nosotros seguimos aquí. Hemos tenido que soportar calumnias y renuncias, pero aquí seguimos. Permanecemos inflexibles y convencidos de que la sumisión es impensable y que la lucha debe librarse. Nos une el amor por Francia, pero también la idea de lo que es verdadero. Todo lo que convence nuestra convicción forja nuestra determinación. Como ustedes, somos de los que no se rinden», ha declarado una encendida Marine Le Pen, en la plaza parisina de Vauban, junto a Los Inválidos, ante un público que, aunque menos numeroso de lo esperado, se ha entregado a ella: «Estamos aquí», coreaban repetidamente.
«Gracias por estar aquí, para defender lo que la decisión judicial pisotéo y que es lo que más aprecio: mi gente, mi país y mi honor. Estad todos tranquilos, no me voy a rendir», ha repetido la política francesa que ha insistido en su teoría de que la sentencia del lunes no fue «una decisión de la Justicia», sino una «resolución política» que tenía como objetivo «eliminarla de la política». «Esta decisión política ha violado el Estado de derecho y el Estado democrático», ha afirmado, a la vez que condenaba los insultos y amenazas masivos que se han pronunciado en estos últimos días contra la jueza Bénédicte de Perthuis, la presidenta del tribunal que le condenó.
Después de estos mensajes de optimismo hacia sus votantes y de resiliencia ante la condena que ha supuesto el mayor golpe en la historia para una formación política, la Agrupación Nacional, que se encuentra más cerca que nunca del Elíseo, Le Pen ha pasado al ataque contra el resto de fuerzas políticas. Por un lado, condenó el «juego perverso» de la «criminalización de los adversarios y la voluntad de arruinar a los partidos de oposición con el objetivo de conservar el poder mientras se conduce al país al caos», en clara referencia al presidente de la República, Emmanuel Macron. Por el otro lado, ha acusado a las fuerzas de la izquierda por organizar una contramanifestación el mismo día y denunció «los argumentos tan crudos como escandalosos» de aquellos que criticaron esta reunión de los simpatizantes de la Agrupación Nacional.
Protestas a favor de Le Pen, en Francia
«Exigimos que cesen estos abusos indignos de una democracias. ¿Somos nosotros quienes representamos un peligro para el Estado de derecho? Somos los más fervientes defensores y protectores de la democracia y el Estado de derecho», ha expresado, de manera irónica, la política francesa.
«Nunca olviden las razones por las que nos atacan con tanta fuerza: estamos ganando. Necesito su perseverancia, su coraje y su fuerza. Viva la justicia, viva la República y viva Francia», ha finalizado Marine Le Pen, al ritmo de La Marsellesa, su discurso de casi 40 minutos en París.
«Unirse a la Agrupación Nacional es resistir»
Instantes antes de que hablara Marine Le Pen fue Jordan Bardella, su delfín, presidente del partido y, si la apelación no sale a favor de la lideresa, más que probable sucesor suyo en el partido. «Depende de nosotros defender nuestro honor y nuestra inocencia hasta el final. Le Pen no solo ha sido injustamente condenada, sino también la democracia francesa la que ha sido ejecutada», afirmó el joven político.
«La democracia es el pueblo. Ninguna jurisdicción puede ir en contra de este derecho fundamental. Tenemos el deber sagrado de estar presentes, de unirnos tras Marine y de avanzar con firmerza frente a las pruebas y hasta la victoria. Estaremos presentes junto a todos los franceses afectados por la emergencia social del fin del mundo y por la inseguridad», añadió.

Jordan Bardella durante la manifestación
Previamente, durante la mañana, la propia Le Pen también se pronunció por videoconferencia durante el congreso que el partido italiano Liga, de su amigo Matteo Salvini, está celebrando en Florencia. Allí, la hija de Jean-Marie Le Pen se puso como ejemplo la lucha de Martin Luther King a favor de los derechos civiles. «Nosotros obviamente lucharemos, no nos doblegaremos jamás ante esta violencia, no cederemos nunca ante la violación de la democracia y usaremos todo los instrumentos jurídicos para poder presentarnos a las elecciones presidenciales y evitar este intento de acabar con el funcionamiento democrático de Francia», afirmó.
El RN, a la cabeza de las encuestas
Pese al varapalo de la condena a Marine —la Agrupación Nacional nunca ha estado liderada por alguien que no lleve el apellido Le Pen, el escenario al que se enfrentan ahora tras la sentencia— la formación sería el partido político más votado si se celebraran hoy elecciones presidenciales en Francia, según afirma un estudio de Elabe publicado en La Tribune Dimanche.
Según este sondeo, Marine Le Pen obtendría entre el 32 y el 36 % de los votos, mientras que, si el candidato fuese Jordan Bardella, el porcentaje oscilaría entre el 31 y el 35,5 %. Varios puntos por debajo se colocarían los candidatos apoyados por el actual presidente Macron, ya sea Édouard Philippe (20,5-24 %) o Gabriel Attal (18 %). La izquierda quedaría muy por debajo, con el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, obteniendo entre el 9,5 y el 11 % de los votos.
Por lo tanto, pese a que ahora se cierra la semana más negra en la carrera política de Marine Le Pen, el viejo sueño de su familia de llegar a las puertas del Elíseo se mantiene bien encaminado. Aunque podría ser con ella fuera del tablero. El Tribunal de Apelación de París aseguró esta semana que espera dar respuesta en el verano de 2026, lo que, en caso de veredicto favorable, le otorgaría tiempo, a contrarreloj, para preparar las presidenciales. Hasta entonces, Le Pen, como ha asegurado hoy en París en un discurso que por momentos parecía sacado de Las uvas de la ira, la obra cumbre del escritor norteamericano John Steinbeck —mucha ironía, pues dicho libro fue tachado de «panfleto comunista»—, Le Pen promete «no rendirse».