Al escenario político argentino le falta un Núñez Feijóo
La fotografía actual muestra un Macri que puede ser el Núñez Feijóo argentino, aunque con un discurso muy similar al de Díaz Ayuso
Si bien los paralelismos políticos entre los países muchas veces suelen ser forzados, en estos tiempos desde Argentina se observa con mucho interés lo que viene ocurriendo en el escenario español, especialmente luego del cambio de conducción en el Partido Popular y el contundente triunfo en Andalucía de Juanma Moreno.
La crónica del Partido Popular
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Luego de la victoria electoral de Juntos por el Cambio en las elecciones legislativas de medio término del año pasado, la principal coalición opositora no logró sacar el rédito suficiente en la sociedad como para asegurarse el regreso a la Casa Rosada en 2023, más teniendo en cuenta el fracaso estrepitoso del gobierno del presidente Alberto Fernández y su vice Cristina Fernández de Kirchner.
Las figuras más relevantes de JxC son Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Los tres pertenecen al PRO, el espacio político que es visualizado como el Partido Popular local, aunque la primera línea partidaria, sobre todo cuando estaban en el gobierno nacional, no quiso ir por ese camino y se cansaron de repetir que estaban más cerca ideológicamente de los demócratas de los Estados Unidos. Recién ahora cuando las encuestas reflejan un giro a la derecha de la sociedad, en el PRO comienzan a salir de su posición vergonzante.
Es cierto que las comparaciones suelen ser odiosas, pero para muchos analistas la pésima gestión del socialista Pedro Sánchez se asemeja en estas costas a la administración de su amigo Alberto Fernández. Con matices, ambos han fracasado y comienzan a despedirse del poder. Hasta ha surgido una imitación de Vox como el diputado libertario Javier Milei, quien en las últimas semanas ha cometido tantos errores políticos que comienza a evaporarse su sueño de arañar un lugar en la segunda vuelta.
El economista que sorprendió con su irrupción en la política a propios y extraños parece estar tan lejos de la Casa Rosada, como Santiago Abascal del Palacio de La Moncloa. Vox quedó herido porque su performance en Andalucía no fue la esperada, producto del apabullante triunfo de Moreno, pero su estructura a nivel nacional y la cantidad de dirigentes lo diferencia de La Libertad Avanza que sólo exhibe a Milei y mucha improvisación.
Volviendo a Juntos por el Cambio, las peleas internas y las profundas diferencias dejan entrever que coexisten dos modelos de país. Como suele ocurrir en muchos partidos políticos en el mundo, las discrepancias se reducen a «halcones» y «palomas». El ala dura es liderada actualmente por el expresidente Macri y la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, un símil de Isabel Díaz Ayuso, pero sin experiencia de gestión de un ejecutivo.
El jefe de las «palomas» es el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien expresa un discurso moderado como el del senador Alberto Núñez Feijóo. Ambos vienen de gestionar sus respectivas ciudades y esta semana se reunieron en Madrid. «Horacio quiere mostrarse como el nuevo presidente del PP, pero no logra generar el alto grado de consenso del gallego», comentan en Buenos Aires.
Si bien Rodríguez Larreta es uno de los dirigentes políticos con mejor imagen positiva, lo cierto es que no es visualizado por muchos dentro de la coalición como alguien que esté construyendo un liderazgo. Probablemente encuentre dificultades en la base electoral propia del PRO que mayoritariamente se inclina por la estrategia de los «halcones» frente al kirchnerismo. Esa es la ventaja que empieza a aprovechar Macri sin que se haya confirmado su decisión volver a competir electoralmente el año próximo.
Paradójicamente, el expresidente empieza a exhibir una recuperación en las encuestas que pone nerviosos a sus socios de la Unión Cívica Radical, un centenario partido político que aún sigue afiliado a la Social Democracia. «Mauricio va a decidir si se presenta como candidato a presidente recién en marzo, todo va a depender de lo que refleje las encuestas y si Cristina Kirchner confirma sus supuestas aspiraciones electorales», revelan sus allegados.
La fotografía actual muestra un Macri que puede ser el Núñez Feijóo argentino, aunque con un discurso muy similar al de Díaz Ayuso, una dirigente muy popular y valorada entre los votantes del PRO. Su triunfo contra Pablo Iglesias en Madrid fue festejado como propio por ese electorado. Pero el desmadre económico que están provocando los Fernández con sus peleas internas y la incertidumbre sobre la gobernabilidad anticipan una dinámica tan intensa que todo puede cambiar en pocos meses. Se vota a mediados del año próximo, para la Argentina es un siglo.
* Beto Valdez, Periodista y autor